Subiendo a lugares altos

Usted no debe pasar la vida mirando cómo los trenes pasan y después contarle a sus nietos, sino que debe ser todo lo contrario, sus nietos contarán sobre el legado espiritual que usted les ha dejado.

Tiene que abrazar las promesas de Dios y afirmarlas en su vida cuando habla. Hay varios ejemplos en las Escrituras que dicen que Jesús fue a la montaña y la gente con Él para experimentar algo sobrenatural. Estamos acá en nuestra iglesia y somos parte de una visión divina para experimentar algo glorioso con Dios. Usted comenzará a recibir luz y revelación sobre la tarea que Dios le ha asignado en esta tierra. Jesús dijo: “El que en mí cree, las obras que yo hago, él las hará también; y aun mayores hará…” Lo que Él quiere es que nosotros vivamos una vida poderosa y tenemos todo para lograrlo, crea que ira manifestando la Palabra en su vida. No debemos conformarnos con que otro fue bendecido. Él nos ha asignado todo lo mejor para llevarlo a cabo. Ahora no estoy hablando de ascender en jerarquía humana, sino en lo personal. Tenemos que hacer mayores obras que Jesús y ascender con Él.
Mateo 28:16 “Pero los once discípulos se fueron a Galilea, al monte donde Jesús les había ordenado.”
Dice que los discípulos se fueron “al monte”, a un lugar alto, “donde Jesús les había ordenado.” En esta palabra, podríamos decir que Jesús los había citado para asignarles alguna responsabilidad o autoridad. Ascendiendo a lugares más altos, usted recibe la asignación de Dios para cumplir su tarea. Dios pone en orden su vida para estar en lugares más altos de autoridad espiritual.
Diga: “¡Dios me ha citado a un lugar más alto!”
Usted tiene en su interior Su presencia para tener esa conexión divina. No tiene que subir a una montaña para ir a un lugar más alto sino que tiene que tener comunión con Dios para poner las cosas en orden. A veces, luchamos para cambiar un poquito, pero puede tener una experiencia con Dios para manifestar cosas más grandes con Él.
Podemos ver que Josué tenía un lugar, llamado Gilgal, para que Dios se le manifieste. Sepa que hay ríos de agua viva que están encerrados dentro de usted, para que al estar en comunión con Dios sean liberados y bendigan a la gente. En ese momento de comunión, Dios siempre le va a traer cambios. Usted debe estar determinado para que lo que va experimentando con el Señor lo dirija en algo para operar cambios. Con la autoridad que nosotros tenemos, vamos a ver que los demonios se van a ir sujetando, pero primero tenemos que saber usar la autoridad para cambiar el mal carácter. No es lo mismo subir que quedarse abajo. No es lo mismo decir: “¡Qué paz me da ir a la iglesia!” y después decir: “¡Mejor voy el mes que viene de nuevo!” Jesús bajó de la montaña y luego fue donde estaban los discípulos que se encontraban en el mar en medio de las tinieblas. Ellos dijeron: “¡Un fantasma! Y Jesús habló de entre las tinieblas y les dijo: “Tened ánimo; yo soy, no temáis.”
En medio de estas tinieblas actuales, de gripe, de problemas, Jesús está caminando sobre las aguas y nos dice: “…no temáis.” Uno de los que estaban arriba del barco dijo: “¡Es Jesús!” Dice la Palabra de Dios, que cuando Pedro vio eso, dijo: “Señor, si eres tú, manda que yo vaya a ti sobre las aguas.” Pedro está diciendo que si Jesús, lo hace él también puede hacerlo. A todos nos gusta imitarlo a Jesús pero primero hay que imitarlo subiendo la montaña como Jesús, en intimidad con el Padre. Jesús vino de la montaña y ni siquiera se puso a dormir, sino que fue directo a los discípulos.
Confiese: “¡Yo voy a caminar sobre las aguas!”
No hace falta que vaya a caminar literalmente sobre el Río de la Plata, sino que como usted sabe, hay muchas cosas que hoy están afectando la vida de las personas, pero la buena noticia es que usted caminará por encima de eso.
Ahora le pregunto algo:
  1. ¿Está dispuesto a ir a la montaña que Dios le ha asignado?
  2. ¿Está dispuesto a ascender adonde Dios le ha asignado paso a paso, no de un solo tiro, sino que cada día ir recibiendo la Palabra y tomando una decisión de fe?
  3. ¿Está preparado para salir fuera de su rutina diaria para alcanzar a los perdidos, ayudar a otros a caminar en victoria, y emprender cosas exitosamente?
  4. ¿Está dispuesto a ir adonde se reunirá a solas con Dios, en el lugar asignado, en el lugar donde le caerá una idea divina para vivir una vida bendecida?
Algunos dicen: “Yo con lo que tengo, me las arreglo.” Pero usted tiene que ser la persona que tiene tanta bendición financiera que alimenta a todo el barrio. Nosotros, los que tenemos comunión con el Padre, estamos destinados a traer los cielos a la tierra. Hay gente que dice: “¡Es mucho trabajo llevar a mis hijos a la iglesia!” Pero fíjese, más trabajo le será orar para que dentro de unos años ellos salgan de los problemas. El que está subiendo al monte sabe que se encontrará con problemas pero también sabe que saldrá en victoria de cada uno de ellos.
Mateo 28:17-20 “Y cuando le vieron, le adoraron; pero algunos dudaban. Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Toda potestad me es dada en el cielo y en la tierra. Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo; enseñándoles que guarden todas las cosas que os he mandado; y he aquí yo estoy con vosotros todos los días, hasta el fin del mundo. Amén.”
Esta es la visión de Dios para los discípulos de Jesús y para nosotros también. Tenemos que enseñarle a alguien lo que recibimos. Lo que el Señor les está dando aquí es la gran comisión.
Les está dando la visión para que la expandan. Esto significa que debemos ascender al lugar asignado, paso a paso hacia el lugar que Dios tiene para nosotros. Usted debe vivir los cielos en la tierra y experimentar todo lo de Dios en su vida.
Declare: “¡Tengo que subir al monte, porque es ahí donde lo sobrenatural toma lugar para mi vida, mi comunión con el Padre y mi intimidad crecerá!”
Ap. Juan Crudo

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