Guerreros de Oración en el Evangelismo

Por Jessie Penn Lewis

En cierta ocasión ocurrió una lección especial en la oración, que enseña el modo de conseguir la victoria sobre Satanás.

La campaña de misión había llegado a la fase en que el Espíritu de Dios ya había reunido una compañía de unos veintitantos «guerreros de oración», que estaban sentados juntos en el centro de la sala. Pero la batalla era difícil. La población estaba relacionada con la industria del alcohol, y la «atmósfera» parecía bloqueada y dura, presa de una inercia imposible de sacudir. La sala aquella noche estaba llena de gente, las fuerzas de las tinieblas descendieron sobre la reunión con tal intensidad y negrura que nadie podía orar. El grupo de guerreros de oración estaba mudo.

El evangelista mismo sentía la presión de modo tan grande que las palabras morían en sus labios, y parecía que el público estaba paralizado. En esta situación se dirigió al Señor exclamando: «Señor, muéstrame el camino de la victoria.» El Señor le contestó inmediatamente: «Toma la espada del Espíritu y corta...» «Señor, ¿qué espada del Espíritu debo tomar?» Y se le contestó: Apocalipsis 12:11. Ante ello el evangelista, de rodillas, y repitió en alta voz: «Y ellos le han vencido por medio de la sangre del Cordero y de la palabra del testimonio de ellos y menospreciaron sus vidas hasta la muerte.» Y lo repitió una y otra vez, hasta que de súbito todo el grupo de oración, sentado en medio del público, pro¬rrumpió simultáneamente en una oración de victoria.

Parecía que se había rasgado la oscura nube, cortada en dos por la «espada» de Apocalipsis 12:11, y habían alcanzado el Trono de victoria, y luego, a través de los cielos abiertos descendió sobre toda la congregación el poder del Espíritu Santo. De todos lados surgieron almas que pasaron adelante buscando a Cristo, y los obreros estuvieron ocupados con numerosas personas en estado de ansiedad por la salvación de sus almas hasta más tarde de la una de la madrugada, sin poder abandonar la sala.

«¡Corta!» ¡Cuan poco entendemos la «campaña» y el camino de la victoria! Nos damos cuenta una y otra vez de la densidad de la atmósfera, y de la consiguiente dureza de la gente. Pero, hemos mirado «la carne y sangre», y nos hemos ido diciendo: «ese lugar es demasiado difícil». El mismo Señor nos enseña los secretos de la campaña en los lugares celestiales. El es el Señor, «poderoso en batalla». Es este «corta» con la espada del Espíritu, que los guerreros de oración tienen que entender para abrir paso al mensaje de la Cruz por todo el mundo. Todos los que proclaman el victorioso mensaje de la Cruz necesitan la fuerza de la oración ante el trono para «cortar», o sea, abrir el camino a la verdad y alcanzar los corazones de los oyentes.

Ahora necesitamos la ORACIÓN. La oración corta y se abre paso a través de todas las densas fuerzas del mal en la atmósfera que impedirían el mensaje, y activamente se oponen en toda alma en la cual el mensaje empieza a obrar con energía divina. Hay que «preparar» el «camino del Señor», «abriéndole paso» por medio de la oración de su pueblo.


APOCALIPSIS 12:11 tiene que ser la espada del Espíritu usada en favor del mensaje. «¡Señor, enséñanos a orar!»

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