el León de la tribu de Judá, la Raíz de David

Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío.

Tenemos también la palabra profética más segura

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos HOMBRES DE DIOS hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida

Pero levantándose Pedro, corrió al SEPULCRO; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

Porque en él fueron creadas todas las cosas

El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo

El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto

LIBERACION PROGRESIVA


POCO A POCOLIBERACION PROGRESIVA
Apóstol John EckhardtJehová tu Dios expulsará estas naciones de delante de ti , poco a poco. No podrás exterminarlas de inmediato , no sea que los animales del campo se multipliquen contra ti
Deuteronomio 7:22

No los echar de tu presencia en un solo año, par que la tierra no quede desolada ni se multipliquen contra ti ñas fieras del campo. Poco a poco los echaré de tu presencia, hasta que multipliques y tomes posesión de la tierra.
Éxodo 23: 29,30


Algunos argumentan que la verdadera liberación no debe tomar mucho tiempo .Debería ser rápida e instantánea. Estos dos versículos muestran el principio de la liberación Progresiva. El Señor saco a las naciones fuera de Canaan poco a poco . Los enemigos carnales de Israel representan a nuestros enemigos espirituales .


El Señor quiso que Israel ingrese primero numéricamente antes que él sacase a sus enemigos. El Señor estaba interesado en toda la tierra que ellos iban a poseer y mantener : Nuestra liberación es proporcional a cómo crecemos en las cosas del Señor .El proceso es con frecuencia poco a poco.


A menos que usted entienda este principio se cansará de orar por una persona , y tal vez aún se desanimará de alcanzar su propia liberación. Hay áreas de nuestras vidas las cuales el Señor nos liberará en determinadas ocasiones .El conoce que áreas de nuestras vidas esperan recibir limpieza. El sabe el tiempo preciso .No se engañe pensando que cada uno recibirá su liberación en una sola sesión de altar. Alguno tal vez diga no le daré tanta atención al asunto de la liberación. Pero el Seño sabe cuanta tierra necesita ser conquistada.


Siendo Josué ya viejo y de edad avanzada, le dijo Jehová :”Tu eres ya viejo y de edad avanzada, y queda todavía muchísima tierra por conquistar” Josué 13:1


Aún después de toda la lucha librada bajo el liderazgo de Josue , todavía había mucha tierra para ser poseída . En Canaan muchas tierras deshabitadas no habían sido tomadas durante toda una generación .


Cada uno de nosotros se sorprendería al conocer la cantidad de espíritus malignos de los cuales mucha gente necesita ser liberada .
Los espíritus malignos han tenido el tiempo para penetrar en nuestras vidas por generaciones , incluyendo el número de años en las que hemos caminado en pecado e ignorancia, NO menospreciemos la fuerza numérica del enemigo . El está escondido y profundamente enraizado en la tierra . El debe ser desenmascarado y desarraigado de su lugar de morada, y esto con frecuencia toma mucho tiempo en guerra espiritual .


CONOZCA ESTE HECHO : LA LIBERACION ES MAS PROGRESIVA QUE INSTANTANEA.

Cuanto mas crezcamos en la gracia y rompamos todo acuerdo con el enemigo y sus huestes en nuestras vidas, el Señor nos librará de ellos.


ANULANDO PACTOS DEMONIACOSEntonces vuestro pacto con la muerte será anulado, y vuestro convenio con el Seol no prevalecerá , Cuando pase el torrente arrollador , seréis aplastados por él. Isaisas 28:18

Cuando Israel entró a la tierra de Canaán, se les dijo que no tomen acuerdos con el enemigo. Ud. No podrá sacar un espíritu malo con el cual ha hecho algún acuerdo . Cuando la gente se pone de acuerdo con ciertas actitudes y espíritus , El Señor no podrá echar fuera esos espíritus. Muchos creyentes desconocen completamente que en su interior tienen acuerdos con los malos espíritus . Debemos romper con toda clase de acuerdos que se expresan en actitudes de orgullo , rebelión , lujuria , odio, amargura y temor si deseamos ser liberados .
A menudo el Espíritu Santo revelará acuerdos que hayamos hecho con el enemigo sir realizarlos deliberadamente . Los demonios harán su fortaleza de esos convenios , pero el Señor nos llevará al punto de quebrarlos atreves de su azote .Azotar significa disciplinar o corregir .El tratamiento de Dios trayendo convicción a nuestras vidas es para conducirnos a romper con las operaciones malignas en nuestras vidas .


El Señor no podrá librarnos a menos que rompamos con los acuerdos demoniacos . El no libera en contra de nuestra voluntad. El Señor trata pacientemente con nosotros a través de su disciplina con la mira de hacernos libres .
He ministrado multitudes d creyentes que no rompían con el odio y la amargura , o el orgullo y la rebelión.
Pero el Señor es fiel y tratará con sus hijos corrigiéndolos hasta que alcancen la madurez de ser hijos e hijas de Dios


Una vez identificado el enemigo , su nombre , su ubicación y roto el acuerdo que le permite operar , entonces podremos sacar a esos espíritus de sus escondites y los destruiremos.

También es posible identificar demonios que entraron a la persona en una determinada etapa de su vida. Por ejemplo, con frecuencia guiado por el Señor he echado fuera espíritus malignos que entraron en las personas cuando eran bebes o niños pequeños. Algunas veces el Señor da palabra de conocimiento para saber lo que ocurrió en la vida de una persona en una determinada etapa de su vida . El Espíritu Santo conoce los traumas o accidentes en l a vida de una persona la cual puede haber abierto las puertas para que entren los espíritus malignos. El sabe el tiempo exacto en la vida de una persona cuando entró el enemigo.

En otras ocasiones los espíritus malignos que eché fuera entraron en la persona en su edad adolescente; en otros casos mientras ellos estaban casados ; otras veces cuando se divorciaron o separaron. Algunas personas fueron violadas o acosadas en cierta etapa de su vida y si ustedes depende del Espíritu Santo , él te hará saber el tiempo en que esto ocurrió en la vida de una persona. A veces, no será necesario porque la misma persona confesará la época o el tiempo en que sufrió de algún trauma que abrió la puerta al enemigo,


Recuerde la llave es la identificación. Un vez que tu identifiques al enemigo por su nombre, modo de operar, ubicación o tiempo de entrada, tu le descubrirás y sacarás de su escondite de tinieblas.


ALMA Y ESPIRITU 4 / W NEE




COMO CONOCER AL HOMBRE
Es vital que todo obrero del Señor conozca al hombre. Cuando una persona viene a nosotros, deberíamos percibir su condición espiritual, qué clase de persona es y su nivel de transformación. Debemos discernir si sus palabras concuerdan con la intención de su corazón o si trata de ocultarnos algo, y debemos percibir sus características, si es obstinado o humilde y aun si su humildad es genuina o falsa. La efectividad de nuestra obra depende en gran parte del discernimiento que tengamos de la condición espiritual de otros. Si el Espíritu de Dios capacita a nuestro espíritu para que conozca la condición de quienes se nos acercan, seremos aptos para darles la palabra exacta que necesiten. 

En el relato de los evangelios vemos que cada vez que alguien venía al Señor, El le daba la palabra precisa. ¡Esto es maravilloso! El Señor no le habló a la mujer samaritana acerca de la regeneración ni a Nicodemo del agua viva. La verdad de la regeneración era para Nicodemo y la del agua viva para la sama
ritana. ¡Cuán exactas fueron sus palabras! El hizo un llamamiento a los que no le seguían y a los que deseaban seguirle les habló de llevar la cruz. Cuando alguien se ofreció de voluntario, le habló del alto precio que había que pagar, y cuando uno estuvo indeciso de seguirle le replicó: “Deja que los muertos entierren a sus muertos”.


 El Señor siempre tuvo la palabra precisa para cada caso, ya fuera para aquellos que venían a El con un corazón que le buscaba con sinceridad o para los que sólo se acercaban por mera curiosidad o para tentarle, pues conocía perfectamente a todos. El está muy por encima de nosotros en cuanto a la manera de conocer a los hombres; por consiguiente, debemos tomarlo como nuestro modelo, aunque nos encontramos muy por debajo de Su norma. De todos modos debemos seguir Su ejemplo. Que el Señor nos conceda Su misericordia para que aprendamos de El la manera de conocer a los hombres como El los conoce.

Si dejamos que un hermano que no tiene discernimiento se encargue de un alma, no sabrá cómo hacerlo. Sólo le hablará de su experiencia personal. Si tiene cierto sentir y un tema favorito, de eso hablará con todo el que se encuentre. ¿Cómo espera esta persona efectividad en su labor? Ningún médico prescribe la misma receta a todos sus pacientes. Desafortunadamente, muchos siervos de Dios tienen una sola receta. No tienen la capacidad de diagnosticar acertadamente las diferentes dolencias de otros; aun así, tratan de sanarlos. 

No saben que el hombre puede tener problemas complejos, ya que nunca han sido adiestrados para discernir la condición espiritual del ser humano, y creen tener la medicina apropiada para todos. ¡Qué insensatez! No esperemos sanar con la misma medicina todas las enfermedades espirituales. Eso es imposible.
No debemos pensar que sólo aquellos que tienen poca capacidad de percepción tienen dificultad para discernir al hombre, ni que los que son perspicaces podrán hacerlo fácilmente, pues ni los perspicaces ni los que no lo son tienen el debido discernimiento. Conocer a los hombres no depende de la mente ni de los sentimientos. No importa cuán aguda sea nuestra mente, esto no nos capacita para penetrar hasta lo más íntimo del hombre a fin de escudriñar su condición.

Cuando un obrero cristiano se relaciona con una persona, la tarea primordial y básica es percibir la verdadera condición de ella ante Dios. Muchas veces ni el paciente mismo sabe cuál es su enfermedad. Tal vez piense que su problema radica en su cabeza, pues ésta le duele, sin saber que eso puede ser sólo un síntoma de otra enfermedad. No sólo porque sienta su frente caliente, significa que tenga fiebre. Lo que el paciente diga tal vez no sea confiable. Muy pocos pacientes saben realmente qué enfermedad tienen. Es por eso que necesitan que nosotros les diagnostiquemos qué tienen y les demos el tratamiento correspondiente. Es posible que ellos no puedan decir con exactitud cuál sea su condición. Sólo quienes han estudiado medicina, esto es, los que han sido adiestrados para discernir los problemas espirituales, pueden diagnosticar acertadamente el padecimiento de la persona y recetar el tratamiento correspondiente.

Cuando formulamos un diagnóstico, debemos estar seguros de lo que estamos diciendo. No podemos diagnosticar apresuradamente. Una persona encerrada en su propia experiencia insistirá en que el mal que otro tiene es el que ella se imagina. Así que, corre el riesgo de asignar una enfermedad que la otra persona no tiene. Por lo general, la persona enferma o con problemas, desconoce su condición, y necesita que se le indique cuál es. Por consiguiente, nunca debemos ser subjetivos al diagnosticar.

Sólo si discernimos el problema específico de los hermanos y les recetamos la medicina adecuada, seremos aptos para ayudarles. Si nuestro diagnóstico es acertado, les podemos ayudar. En ocasiones nos enfrentamos a problemas que están fuera de nuestro alcance, pero por lo menos sabemos con certeza en qué dirección ir. Algunos casos están dentro de nuestra posibilidad de ayudar, pero otros no. En tales circunstancias, no debemos ser necios pensando que podemos ayudarle a todo el mundo en todos los casos.

 Cuando nos sintamos en condición de ayudar a algún hermano en su problema espiritual, hagámoslo con todo nuestro corazón; pero cuando descubramos un caso que esté fuera de nuestro alcance, debemos reconocerlo y decirle al Señor: “No puedo resolver este problema; no soy capaz de atender a este enfermo; no estoy capacitado para afrontar esta situación. Ten misericordia de él”. Tal vez en ese momento recordemos la función específica de ciertos miembros del Cuerpo que son idóneos en el tratamiento de casos como éste, y reconozcamos que ellos son los indicados para ocuparse de él y lo dejemos al cuidado de ellos. Si estamos conscientes de nuestras limitaciones, sabremos que esto será lo más indicado, pues sería insensato pretender monopolizar toda la obra espiritual; tenem
os que aceptar nuestras limitaciones y, a la vez, darles su lugar a otros hermanos para que funcionen y comuniquen algún suministro al Cuerpo. Debemos tener la humildad de decir a estos hermanos: “No tengo la capacidad para resolver esto, usted es la persona indicada para hacerlo”. Este es el principio básico del Cuerpo, el principio de laborar juntos, y no independientemente.

Todo el que labora para el Señor y sirve a Dios debe aprender a conocer al hombre. Aquellos que no son capaces de discernir la condición espiritual de otros, no son aptos para la obra. Es lamentable que la vida de muchas personas sea arruinada por las acciones de hermanos incompetentes, los cuales son incapaces de proporcionar ayuda espiritual. Ellos no pueden satisfacer las necesidades objetivas de los creyentes, sólo procuran imponer sus puntos de vista personales.

 Este es el problema más serio que afrontamos, pues por lo general diagnostican una enfermedad que el creyente en realidad no padece, e insisten en ello. Nuestra responsabilidad es aprender a detectar la verdadera condición espiritual de las personas. Si no podemos detectarla con exactitud, no seremos aptos para ayudar a los hijos de Dios.

LAS HERRAMIENTAS PARA CONOCER A LA GENTE
Cuando un doctor formula un diagnóstico en cuanto a un paciente, se vale de muchos instrumentos. Sin embargo, nosotros no contamos con ninguno. No tenemos termómetros ni rayos X ni ningún aparato que analice la condición espiritual de la gente. ¿Cómo podemos entonces determinar si un hermano está enfermo espiritualmente o no? ¿Cómo podemos formular un diagnóstico? Aquí es donde Dios interviene. Dios transforma todo nuestro ser en un verdadero instrumento de medición, obrando en nosotros para lograr que podamos examinar a otros y determinar si están enfermos y cuál es el carácter de su enfermedad. Esta es la manera en que Dios nos usa. Podríamos decir que éste es un trabajo más especializado que el de un médico. Debemos estar conscientes de la seria responsabilidad que esto implica.

Supongamos que un doctor no cuenta con un termómetro, entonces tocará al paciente con la mano para determinar si tiene fiebre o no; su mano le servirá de termómetro. Si tal es el caso, su mano debe ser muy sensitiva y precisa. Esto es exactamente lo que sucede en el terreno espiritual. Nosotros somos los termómetros y los instrumentos médicos; por lo tanto, necesitamos un entrenamiento profundo en nuestra relación con los creyentes. Si no hemos sido tocados en alguna área, no podremos tocar esa área en los demás; tampoco podremos ayudar a otros con lecciones que nosotros mismos no hemos aprendido. 

Primero debemos asimilarlas nosotros delante del Señor. Cuanto mejor las aprendamos, más nos usará el Señor. Por el contrario, si no estamos dispuestos a recibir las lecciones, a pagar el precio y a que nuestro orgullo, estrechez, opiniones y sentimientos sean quebrantados, Dios no podrá utilizarnos. Si encubrimos algo de nuestro yo, no seremos capaces de descubrirlo en otros. 

Una persona orgullosa no puede adiestrar a otra que está en la misma condición, de la misma manera que una persona cerrada no puede ayudar a otra que tenga ese mismo problema. Una persona falsa no puede tocar la falsedad de otros, ni un perezoso puede ayudar a otro. Si todavía queda en nosotros alguna debilidad, no podremos censurar eso mismo en otros, ni detectarlo, y mucho menos brindarles ayuda al respecto. Puede suceder que un médico cure a otros a pesar de que él mismo esté enfermo. No obstante, en el terreno espiritual esto no sucede. El obrero tiene que ser el paciente primero; debe sanar de la enfermedad para después poder ayudar a los que padezcan de eso mismo. Nunca logrará que otros vean lo que él mismo no ha visto, ni podrá producir en otros experiencias que él mismo no ha tenido, ni que aprendan lecciones que él no ha aprendido.

Debemos ver que ante el Señor, nosotros somos los instrumentos que Dios utiliza para discernir a los hombres. Por lo tanto, nuestra persona, nuestra percepción y nuestros juicios, deben ser confiables. Para que esto se dé, debemos pedirle al Señor que no nos deje como estamos. Debemos permitir que Dios produzca en nosotros algo que ni siquiera nos hemos imaginado, que obre en nosotros a tal grado que le podamos ser útiles. Si un termómetro no es exacto al indicar la temperatura, con seguridad el médico no lo usará. Cuando tratamos de discernir los problemas espirituales de los creyentes, nos enfrentamos con un asunto mucho más serio que diagnosticar enfermedades físicas. Para llegar a ser útiles tenemos que ser quebrantados por Dios, debido a que nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras opiniones son muy inestables e imprecisas.

¿Nos damos cuenta de la seriedad que conlleva nuestra responsabilidad? 

El Espíritu de Dios no obra directamente en el hombre. Siempre lo hace por medio de otros hombres. Aunque la disciplina del Espíritu Santo proporciona al creyente lo que éste necesita, siempre obra por medio del ministerio, esto es, el ministerio de la palabra. Sin el ministerio de la palabra, los problemas espirituales de los hermanos no podrían resolverse. Esta es la seria responsabilidad que pesa sobre nosotros. La provisión de la iglesia depende de que seamos personas útiles a Dios. 

Supongamos que cierta enfermedad siempre provoca temperaturas de 39 grados. El doctor no puede, con el solo contacto de su mano, decir que el paciente tiene una temperatura de aproximadamente 39 grados. Tenemos que ser muy exactos para estar seguros de determinar con certeza la temperatura exacta antes de afirmar que el paciente padece la enfermedad asociada con esa temperatura. Ya que Dios nos usa para diagnosticar la enfermedad de un creyente, necesitamos la debida capacitación por parte del Señor. Aun así, es muy arriesgado diagnosticar con base en nuestra percepción, nuestras ideas, nuestra opinión o nuestro entendimiento espiritual; ya que éstos pueden estar equivocados. Pero si somos exactos y confiables, el Espíritu de Dios fluirá de nosotros. 


El comienzo de toda obra 
espiritual se basa en un proceso de ajuste y calibración ante el Señor. Todo termómetro debe ser fabricado de acuerdo con ciertas normas. Debe ser probado cuidadosamente, y satisfacer el nivel de calidad para que pueda ser confiable y exacto al tomar la temperatura. Ya que nosotros funcionamos como termómetros de Dios, debemos ser confiables y valiosos y, para ello, tenemos que ser calibrados por el proceso más estricto de quebrantamiento. Ya que nosotros somos los médicos y los instrumentos de Dios, debemos aprender estas lecciones cabalmente.

COMO CONOCER AL HOMBRE: EN CUANTO AL PACIENTE

Para determinar la condición de un paciente, debemos tomar en cuenta dos puntos de vista: el paciente y nosotros mismos.
En cuanto al paciente, ¿cómo podemos determinar su enfermedad? Si queremos detectar su enfermedad primero debemos descubrir su característica más notoria, la más obvia. Esta saltará a la vista aunque trate a toda costa de ocultarla. Una persona orgullosa será delatada por su propio orgullo; aunque trate de actuar humildemente, no podrá disfrazar su orgullo. Una persona triste expresará su tristeza aun en su sonrisa. Un hecho invariable es que lo que una persona sea determinará tanto la expresión de su rostro como la impresión que deje en todo el que tenga contacto con ella.


La Biblia describe en muchas formas la condición espiritual del hombre. Algunos son iracundos, otros obstinados y otros retraídos. De hecho, hay una larga lista de términos para describir la condición del hombre: frívolo, oprimido, etc. ¿pero cuál es la fuente de todas estas diferentes condiciones espirituales? Por ejemplo, cuando decimos que alguien es obstinado, orgulloso o violento, ¿de dónde vienen la obstinación, el orgullo y la violencia? En principio nuestro espíritu no tiene ninguna característica propia, sólo la capacidad de manifestar al Espíritu de Dios. Pero debido a que el hombre exterior no está separado del hombre interior, seguimos hablando de un espíritu obstinado, orgulloso, arrogante, rencoroso, celoso, etc. La condición del hombre exterior viene a ser la del hombre interior, de tal manera que cuando hablamos de un espíritu obstinado, orgulloso o celoso, nos referimos a que el hombre interior de dicha persona ha asumido el carácter obstinado, orgulloso o celoso de su hombre exterior. Esto se da cuando el hombre exterior y el interior no se han separado. Aunque el espíritu en sí no tiene característica alguna, debido a la falta de separación del hombre exterior del interior y a la falta de quebrantamiento del hombre exterior, las características del hombre exterior llegan a ser las características del espíritu.

Nuestro espíritu provino de Dios y no tenía ninguna característica propia; pero como el hombre exterior ha sido dañado, lo contamina. De esta manera, y debido a que el hombre exterior no está quebrantado, la obstinación y el orgullo del hombre exterior enturbian y contaminan el espíritu. Así, cuando el espíritu se libera, la condición del hombre exterior, que está mezclada con él, brota juntamente con él. Por eso cuando una persona orgullosa, obstinada o celosa libera su espíritu, a éste se adhiere su orgullo, obstinación o celo. También es la causa de que en nuestra experiencia sigamos hablando de espíritus orgullosos, necios o celosos, características que, en realidad, no son parte del espíritu, sino del hombre exterior. Por lo tanto, para expresar un espíritu limpio, no tenemos que purificar el espíritu mismo, pues el problema no reside allí, sino en el hombre exterior. Las características que se expresan cuando alguien libera su espíritu, muestran claramente las áreas en las que la persona no ha sido quebrantada, pues la clase de espíritu que percibimos, manifiesta las características del hombre exterior que están mezcladas con él. Así, su espíritu viene envuelto en aquello que expresa la condición de su hombre exterior.

Si sabemos cómo tocar el espíritu de otros, podremos conocer la necesidad específica de cualquier hermano, porque la clave de conocer al hombre es tocar su espíritu. Tenemos que tocar las características que acompañan a su espíritu. Esto no significa que el espíritu mismo tenga algo que debamos tocar, sino que siempre viene acompañado de alguna característica. Conocer la condición del espíritu del hombre equivale a conocer la condición de su hombre exterior. Queremos hacer hincapié en que éste es el principio básico para conocer a una persona. La condición del espíritu del hombre es la condición de su hombre exterior. Siempre que el espíritu del hombre se manifiesta, refleja la naturaleza del hombre exterior. Las características del espíritu son las características del hombre exterior. Un hermano puede ser muy fuerte y sobresaliente en cierto aspecto, lo cual llamará nuestra atención tan pronto como nos relacionemos con él. Inmediatamente percibiremos sus características y nos daremos cuenta de que éstas brotan de su hombre exterior inquebrantado. Al tocar su espíritu conocemos su condición y percibimos lo que él trata de mostrar y también lo que trata de esconder.

 Concluyendo, se puede conocer a una persona conociendo su espíritu.

COMO CONOCER AL HOMBRE: EN CUANTO A NOSOTROS MISMOS

¿Qué debemos hacer para conocer la condición del espíritu del hombre? Debemos prestar especial atención a la disciplina del Espíritu Santo como lecciones que provienen de Dios. Cuando el Espíritu Santo nos disciplina, lo que busca es quebrantarnos; cuanto más nos disciplina, más nos quebranta. Toda área de nuestra vida que el Espíritu toque, será quebrantada. Esta disciplina y quebrantamiento no sucede de una vez por todas, pues hay muchas áreas de nuestra vida que requieren disciplina y quebrantamiento progresivo, para que lleguemos a ser útiles al Señor.

 Cuando hablamos de tocar a un hermano con nuestro espíritu, no nos referimos a que debamos tocar todos los aspectos espirituales de cada hermano. Lo que queremos decir es que el Espíritu Santo nos ha disciplinado en cierto aspecto, y por ende, podemos tocar ese aspecto de un hermano. Si el Señor no nos ha quebrantado ni ha tocado nuestro espíritu en cierta área, no podremos ayudar a nadie que tenga una necesidad específica en dicha área. En otras palabras, la disciplina que recibimos del Espíritu Santo es proporcional a nuestra percepción espiritual.

 Cuanto más quebrantamiento recibamos, más se liberará nuestro espíritu. Este es un hecho espiritual que nunca puede ser falsificado; o se tiene o no se tiene. Esta es la razón por la cual debemos aceptar la disciplina y el quebrantamiento del Espíritu Santo. El que tenga mucha experiencia, podrá brindar mucha ayuda. Sólo los que han recibido mucho quebrantamiento tienen mucha sensibilidad, y aquellos que han sufrido mucha pérdida, tienen mucho que dar. Si tratamos de salvarnos en cierto asunto, perderemos nuestra utilidad espiritual en ello. Y si nos tratamos de proteger o excusar en algún aspecto, perderemos nuestra sensibilidad y nuestra provisión espiritual en ese aspecto. Este es un principio básico.


Sólo quienes han aprendido estas lecciones pueden participar en el servicio del Señor. Un hermano puede aprender en un año lo que se llevaría diez años, o puede extender la lección de un año a veinte o treinta. Cuando alguien demora su aprendizaje, retrasa su servicio. Si Dios nos ha dado un corazón para servirle, debemos estar decididos acerca de nuestro camino.

 El camino de nuestro servicio es el camino del quebrantamiento; es un camino que se adquiere por medio de mucha disciplina del Espíritu Santo. Los que nunca han experimentado esta disciplina y nunca han sido quebrantados no son aptos para participar en este servicio. La medida de disciplina y de quebrantamiento que recibamos del Espíritu determinará nuestro servicio. Nadie puede modificar este principio. El afecto y la sabiduría humana no caben aquí. El grado al que Dios obra en nosotros determina la medida de nuestro servicio. Cuanto más El nos adiestre, más conoceremos a la gente, y cuanto más experimentemos la sabiduría del Espíritu Santo, más podremos tocar a otros con nuestro espíritu.

Me aflige mucho ver que tantos hermanos estén escasos de discernimiento en muchos aspectos. No pueden discernir si algo es del Señor o del hombre natural, ni pueden reconocer cuando una persona está valiéndose de su fuerza mental o cuando es guiada por sus emociones. No tienen discernimiento debido a que su aprendizaje es deficiente. Dios nos dio Su Espíritu una vez y para siempre, pero tenemos que esforzarnos por aprender las lecciones que se nos presentan a lo largo de nuestra vida. Cuanto más aprendamos, más veremos. Si el Señor nos da un fuerte golpe en cierto asunto, reaccionaremos cuando veamos brotes de este mismo asunto en otros hermanos, no esperaremos a que eso crezca y dé fruto, sino que actuaremos de inmediato al detectar el más mínimo indicio de propagación de ese problema. El grado en el que el Señor obra en nosotros está en relación directa al grado de discernimiento que tengamos. La sensibilidad espiritual se adquiere poco a poco. A medida que Dios nos adiestre, obtendremos esta sensibilidad. Suponga que un hermano condena en su mente el orgullo; tal vez pueda predicar al respecto, pero en su espíritu realmente no percibe cuán maligno es el orgullo. Cuando otras personas actúan orgullosamente, él no sentirá desagrado; por el contrario, tal vez hasta sea solidario con ellos. Pero cuando el espíritu de Dios opere en él, se dará cuenta de lo negativo que es el orgullo, y el orgullo que hay en él será consumido. Cuando vuelva a predicar en contra del orgullo, tal vez la enseñanza sea la misma, pero habrá una gran diferencia. Tan pronto detecte un espíritu orgulloso en algún hermano, sentirá que algo está mal y sentirá aversión. Esta sensación de desagrado será producida por lo que ha aprendido de Dios. Creo que la palabra aversión describe bien esta sensación.

 De ahí en adelante, él será apto para ayudar a cualquier hermano, pues conoce bien esa enfermedad, ya que él mismo la padeció y fue sanado de ella. Tal vez no pueda asegurar que está totalmente sano, pero sí puede afirmar que ha sido librado de ella por lo menos en cierta medida. Esta es la manera en que adquirimos la sabiduría espiritual.

El don del Espíritu Santo nos es dado una vez y para siempre, pero la adquisición de la sensibilidad espiritual es un proceso. Cuanto más aprendemos, más sensibilidad adquirimos, y viceversa. ¿De qué nos sirve tratar de preservar o salvar nuestro yo? Aquellos que salven la vida de su alma, la perderán. Si en alguna situación tratamos de salvar nuestro yo, perderemos la oportunidad de obtener el beneficio que el Señor procuraba para nosotros.

 Debemos pedir al Señor que no detenga Su disciplina y que continúe adiestrándonos. No hay nada más desalentador que ver que el Señor nos da una lección tras otra sin obtener ningún resultado. Debemos entender que Su mano está obrando en nosotros, y no rebelarnos ante Su disciplina. Cuando un cristiano carece de discernimiento, ello se debe a su falta de aprendizaje espiritual. Que el Señor nos dé entendimiento para ver que cuanto más nos discipline, más podremos conocer al hombre, y más tendremos que ofrecer a los demás. Cuanto más se amplíe la esfera del adiestramiento de Dios, más se ensanchará la esfera de nuestro servicio. Esta no se aplicará mientras no se expanda la esfera del quebrantamiento

ALGUNOS ASUNTOS PRACTICOS

Cuando el Señor nos ha quebrantado y hemos aprendido las lecciones básicas, nuestro espíritu es liberado y podemos usarlo al relacionarnos con los hermanos para así conocer la condición de ellos. Ahora abarcaremos algunos pasos prácticos que debemos seguir para poner en práctica la fina tarea de conocer al hombre. 

Para tocar el espíritu de otros, primero debemos escucharlos. Muy pocos son los santos que pueden tocar el espíritu de otros sin antes escucharlos. Por lo general, tenemos que esperar hasta que otros se expresen. La palabra de Dios dice que de la abundancia del corazón habla la boca. Lo que el hombre dice pone de manifiesto lo que hay en su corazón, aunque él trate de ocultarlo. Si es falso, la falsedad que brota con su espíritu falso lo pondrá en evidencia, y si es celoso, su espíritu lo manifestará. Lo que haya en su corazón será revelado por sus palabras. Al escucharlo podremos tocar su espíritu. Siempre que un hombre hable, no sólo debemos poner atención a lo que dice sino a la condición de su espíritu.


 No conocemos a los hombres meramente por sus palabras, sino por su espíritu.

En cierta ocasión que el Señor Jesús iba camino a Jerusalén, dos de sus discípulos al ver que los samaritanos los rechazaban, dijeron: “Señor, ¿quieres que mandemos que descienda fuego del cielo y los consuma? Mas El, volviéndose, los reprendió, diciendo: Vosotros no sabéis de qué espíritu sois” (Lc. 9:54-55). Aquí el Señor mostró que el espíritu de uno puede ser discernido por lo que uno expresa. Tan pronto como las palabras son emitidas, el espíritu queda manifiesto. De la abundancia del corazón habla la boca. Cualquiera que sea la condición del corazón, las palabras la reflejarán. 

Cuando escuchamos a otros, debemos poner atención no sólo a sus argumentos sino también a su espíritu. Suponga que dos hermanos discuten y ambos se culpan entre sí del problema. Si le presentan a usted el caso, ¿qué haría? Cuando el problema se inició, sólo ellos dos estaban presentes, usted no estaba ahí y por lo tanto no sabe lo que sucedió; pero tan pronto ellos abren la boca usted percibe algo, puede tocar el espíritu de ellos. 


Cuando hay conflictos entre cristianos, no juzgamos basándonos en errores que se hayan cometido, sino en la medida en que se hayan desviado del espíritu. Cuando un hermano habla, tal vez no podamos determinar si está equivocado según los hechos, pero inmediatamente podremos percibir si está mal en su espíritu. Quizá uno acuse al otro de difamación, pero lo hace con un espíritu incorrecto. Todo depende del espíritu que tengan. Una persona que exhibe un espíritu incorrecto no sólo está mal en lo que haya hecho, sino también en su mismo ser.

El bien y el mal delante de Dios se determinan por la clase de espíritu expresado, no meramente por los hechos. Por consiguiente, cuando escuchamos a otros, debemos tocar su espíritu. En la iglesia muchos problemas se relacionan con la actitud del espíritu, no con las acciones. Si lo juzgamos todo según los hechos, conduciremos a la iglesia a un ámbito equivocado. Debemos permanecer en la esfera del espíritu y no en la de los hechos; nunca debemos ser arrastrados por los hechos.

Si tenemos un espíritu abierto podemos percibir cualquier condicional espiritual y detectaremos cuando alguien tiene un espíritu atado y cerrado.

Tenemos que aprender a discernir con nuestro espíritu para conocer a las personas .Que podamos decir juntamente con Pablo : “A nadie conocemos según la carne”, sino según el espíritu. Una vez que aprendamos esta lección básica podremos avanzar en la obra de Dios.



GUERRA ESPIRITUAL

BATALLANDO CONTRA LAS HUESTES DEL INFIERNO /LIBRO


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Escuelas Apóstolicas/ Seminarios

¿PORQUE A LOS SEMINARIOS A VECES SE LES LLAMA “CEMENTERIOS”?
Por Peter Wagner
En el ambiente seminarista, en donde yo pase cuarenta años de mi vida adulta , el ocasional desliz de la lengua al llamar “cementerio” al seminario, es recibido con sonrisas diplomáticas, como si dijera : “¡Sé lo que quieres decir!” Pues bien, tal vez no siempre cuando se habla frente a profesores de seminario, como yo. Pero a nuestras espaldas, ¿qué? Muchos, en verdad , realmente quieren decir eso . Pienso que es tiempo de que los que tenemos intereses creados en los seminarios empecemos a dejar de engañarnos nosotros mismos y que enfrentemos la realidad.
Reggie Mc Neal dice:
¿Dónde tendrá lugar la preparación para el liderazgo apostólico? El proceso tradicional para otorgar licencias , en su mayoría , hallará extraordinariamente difícil elevarse a la altura de este reto. Típicamente, en la cultura prevaleciente en la iglesia, las universidades bíblicas , seminarios y programas de respaldo denominacional han servido como terrenos de preparación, pero solo las más dinámicas e innovadoras de estas instituciones mantendrán viabilidad como fuentes fidedignas de preparación para el ministerio.
ALGUNAS LAPIDAS:
Los seminarios tienen por lo menos algunas características en común, como las conocemos , que con toda probabilidad no les permitirán convertirse en las instituciones “dinamicas e innovadoras “ de las que habla Reggie . Los seminarios que de alguna manera rompan ese molde florecerán. Los que no , a menos que cuenten con fondos inagotables, enfrentan un futuro lúgubre. Llamemos a estas características “lápidas”.

1.- EL LOGRO ACADÉMICO SE CONSIDERA MÁS IMPORTANTE QUE LAS HABILIDADES PARA EL MINISTERIO

Los seminarios tradicionales han escogido cultivar la imagen pública de que su producto , por así decirlo, es la “educación teológica”. Su programa de estudios consecuentemente , ha evolucionado para incluir algo así como un ochenta por ciento de teoría y un veinte por ciento de práctica. Por otro lado , las nuevas ESCUELAS APOSTOLICAS quieren ser vistas como ofreciendo “preparación ministerial” su programa de estudios es un veinte por ciento teoría y un ochenta por ciento práctica.
A modo de ilustración diremos que , las publicaciones de la facultad que invariablemente reciben la más alta aclamación de los colegas en las comunidades de seminarios, son las que dialogan con otros colegas eruditos de generaciones presentes y pasadas . Sus escritos :
Usan frecuentes citas del alemán, latín, griego y hebreo.
SE basan en investigaciones bibliográfica.
Exhiben apuntalamientos filosóficos.
Se abren camino hacia las bibliotecas académicas.
Reciben revisiones en las revistas académicas.

La relevancia para el ministerio por lo general es una consideración secundaria.
Por otro lado , las publicaciones de la facultad que se escriben de la siguiente manera son ignoradas casi por completo por los colegas de la facultad. Son :
Escritas en estilo popular.
Se enfocan en la efectividad del ministerio a todo nivel.
Están sazonadas con anécdotas.
Tratan de simplificar las complejas cuestiones teológicas
SE basan en la investigación en el campo
Se abren camino hacia la biblioteca de los pastores y librerías cristianas
Reciben revisión en revistas populares.
El presidente de un seminario ,hablando a la facultad , con sorna se refirió a tales libros como: “Escritos baratos” implicando que consideraba por debajo de la dignidad de su facultad dedicarse a tales esfuerzos literarios baratos.


LÁPIDA 2: LA MAYOR PRIORIDAD CON FRECUENCIA ES IMPRESIONAR A LOS COLEGAS ACADÉMICOS, NO PREPARAR A LOS ESTUDIANTES

A muchos profesores de seminarios les encanta enseñar a sus alumnos, pero como regla general , son la minoría. Los profesores , con harta frecuencia , consideran que enseñar clases es un fastidio inescapable que les impide dedicarse al esfuerzo más solido de la investigación erudita y de producir ensayos para las comunidades académicas. Un comentario salaz entre profesores es : “El seminario sería un gran lugar donde trabajar si no fuera por los estudiantes “
El erudito John Leith ,describe la situación en los seminarios de corriente tradicional tan bien como cualquiera :
Los seminarios enfrentan una crisis de creencia . Muchas doctrinas básicas corren riesgo en los planteles de muchos seminarios actuales .Es más, hay escasa evidencia de alguna proclamación apasionada de las convicciones fundamentales de la fe cristiana o del evangelio cristiano de lo que Dios ha hecho para la salvación de los seres humanos .Convicciones apasionadas sí existen en los planteles de los seminarios , pero con frecuencia hallan su mas vigorosa expresión en abogar por causas tales como la agenda del movimiento feminista , la defensa de la raza negra, u organizaciones políticas de izquierda . Hay poca evidencia de que las facultades de los seminarios tengan una pasión similar para proclamar las doctrinas fundamentales de la fe cristiana en una era secular . Censuran a los conferencistas por la corrección política de su lenguaje, pero no en cuanto a su ortodoxia o integridad de su teología.
¿A dónde conduce todo esto? John Lieth dice :
“la consecuencia es que los seminarios teológicos ya no se les ve como instituciones primarias para la preparación de pastores , sino como institutos para debatir y estudiar la religión”Ese peligro se halla en tradiciones teológicas de toda clase.


3.- LÁPIDA 3 LA ACADEMIA TIENDE IRRESISTIBLEMENTE A ATRINCHERAR LA IRRELEVANCIA MEDIANTE LOS CARGOS PERMAENETES DE LA FACULTAD Y LOS CURSOS OBLIGATORIOS


El juego académico , según he observado por décadas cómo se juega, es fascinador. La meta de la facultad es elevarse al pináculo de su campo en particular.

Una manera de triunfar en esto es estrechar el campo tanto como sea posible , técnica y profundamente esculpida en el proceso del doctorado en filosofía .Si el campo llega a ser lo suficientemente estrecho, el pináculo está completamente abierto.
Una vez que un profesor llega a la cima o casi a la cima, la manera de permanecer allí es conseguir que lo nombren como profesor de la planta , que quiere decir lo máximo en seguridad de empleo.
Thomas Oden dice : Una vez que a alguien se le ofrece el cargo permanentemente , es virtualmente imposible retirarlo.”… “El matrimonio tiene su anulación, separación y divorcio, pero no hay anulación, ni procedimiento fácil para separar al catedrático a quien se ha dado el cargo permanentemente…. No hay ninguna seguridad en ningún trabajo en nuestra sociedad tan fija en cemento como el de catedrático académico permanente. La preservación total del empleo se ha convertido en uñate perfecto , no en los salones de sindicatos, sino en los clubes de las facultades”


Debido a que la erudición es un valor elevado para los miembros de la facultad , se da por sentado que también debe ser un requisito para los pastores practicantes. De alguna manera se ha infiltrado un axioma de que si los pastores pueden leer el Antiguo Testamento en Hebreo y el Nuevo Testamento en griego , aumentará su eficiencia en el ministerio. Las cifras que arroja la investigación muestra que la mayoría de los graduados de seminario nunca vuelven a leer la Biblia en los idiomas originales después de su graduación, pero eso no cambia el marco mental de la facultad. NO se deja impresionar significativamente por el hecho de que pocos pastores de megaiglesias , que están guiando a las iglesias que está ejerciendo la mayor influencia en su comunidad , jamás se dedican a la exégesis en griego o hebreo.
El retoño de esto , como ya lo he señalado , es que el programa de estudios llega a ser un ochenta por ciento teoría y un veinte por ciento práctica. Mucho de la teoría es especialmente irrelevante debido a los cursos obligatorios . El modelo tradicional del programa de estudios del seminario da por sentado que los estudiantes son jóvenes que están colocando un cimiento para el ministerio futuro. Por consiguiente , no se espera que los alumnos tengan la sabiduría necesaria para decidir cual es cursos serán los mas relevantes para el ministerio, Así que la presumiblemente más sabia facultad debe decidir por ellos . Debido a que los miembros de la facultad son académicos , el contenido teórico naturalmente será alto, Igualmente , debido a que algunos son tan especializados al punto que virtualmente nadie elegiría tomar sus cursos , tienen el poder para exigir el curso como requisito para graduación, la irrelevancia fácilmente se atrinchera ..

Solo un acto de Dios podrá producir cambios significativos en muchos de los seminarios existentes.

“¡Vienen hacia ti oportunidades grandes"

Por Keith Miller
“…porque se me ha presentado una gran oportunidad para un trabajo eficaz, a pesar de que hay muchos en mi contra” (1 Corintios 16:9).
¿Se mantuvo fiel en lo que Dios le entregó? Si es así, ¡dígale adiós a lo mediocre! Dios está promoviendo la fidelidad, abriendo puertas y pozos grandes y efectivos este año. Usted está a punto de despertar a realidades de la vastedad de Dios que lo llevarán a nuevos campos de su gracia y su favor, ¡regocíjese! ¡El Capitán de las huestes va delante de usted!
Dios está abriendo su futuro
La promoción está aquí. ¡Existe un gran favor que viene para este nuevo nivel de su destino! Jeremías 29:11 dice: “Porque yo sé muy bien los planes que tengo para ustedes, afirma el Señor, planes de bienestar y no de calamidad, a fin de darles un futuro y una esperanza”.
El Señor está abriendo su futuro, nuevas puertas de oportunidad y apertura, unción y favor en nuevos campos. No debe temer, porque su techo será el piso para el siguiente nivel. No comenzará en cualquier rincón, porque esa cuadra o realidad de destino en la que se estableció y fue fiel, será su punto de partida, porque se están abriendo puertas más grandes para su vida.
Este es el año de expansión en el Reino de Dios. Las estacas se extenderán hacia el norte, el sur, el este y el oeste en la realidad de la revelación en el dominio del Reino, donde caminará en una mayor dimensión de la manifestación del Reino para su vida.
Muchos desearon, soñaron y se prepararon para este momento. Oí decir a muchas personas que se sentían en un tiempo de transición. Los fieles están soñando en grande y creen que lo imposible será posible. Si este es su caso, Dios ya lo preparó para las nuevas oportunidades y campos. Cualquier cosa que Él planeó para usted, será mucho más efectivo para el Reino.
Dios lo está promoviendo
La fidelidad para su llamado trae promociones de Dios y oportunidades espaciosas en el Reino. Esto se traduce como un gran favor e influencia. Quizá usted se encuentre en el mercado y Dios le dará nuevas oportunidades de negocios para afectar a la gente para el Señor Jesús. Por ejemplo, si usted está en el ministerio, se abrirán pozos de salvación y sanidad en varias ciudades y regiones. Si usted tiene un talento, quizá Dios le abra una oportunidad en el mundo del entretenimiento.
Cualquiera sea su apariencia, tenga cuidado de no comparar o definir la grandeza con otra cosa que no sea cumplir lo que Él lo llamó a realizar. Puede ver a alguien realizando cosas más monumentales que las que usted está llamado a hacer, según su apreciación, pero lo que usted hace es igualmente grande si lo cumple. Romanos 12:15 dice: “Alégrense con los que están alegres…”. Regocíjese con los que se alegran en sus avivamientos. Lo fortalecerá y quizá pueda ayudar a que su avivamiento llegue más rápido.
La Iglesia hoy está tomando una nueva dirección. Estamos aprendiendo a no ver sólo por nuestra promoción. Quizá falló en el pasado, siempre nos deprimimos porque la gente nos hace deprimir. Pero cuando entramos en la revelación donde Él abre la puerta que ningún hombre puede cerrar, debemos dejar de ver al hombre para nuestra promoción. Debemos mirarlo a Él y atravesar nuestras puertas.
Oportunidades grandes y efectivas
La palabra grande en el contexto de “una puerta grande y eficaz”, significa “larga y espaciosa”. Dios está por revelarse a sí mismo de una manera que nos hará caminar este año maravillados en Él, por su gloria. Se abrirán grandes puertas en el Espíritu, las antiguas y las nuevas se están abriendo.
“Grande” también significa “bendiciones, tener estatura, grandes y antiguas”. Se abrirán de golpe puertas antiguas de redención, puertas de bendición, largas, espaciosas y prominentes. Los pozos fluirán con bendiciones del Señor. Pozos nuevos y antiguos, espaciosos y fructíferos. Isaac volvió a cavar los pozos de su padre, dándoles nombres originales que honraron a Abraham. Finalmente, Isaac edificó un pozo nuevo llamado Rehobot que significa, “… Espacios libres, y dijo: El Señor nos ha dado espacio para que prosperemos en esta región” (Génesis 26:22).
¡Prepárese para su Rehobot!
Se están abriendo en su vida puertas y pozos, espaciosos, grandes, nuevas, antiguas, establecidas y fructíferas. La puerta de Apocalipsis 4:1 se abrirá para usted, la puerta que dice “ven y ve” el lugar de revelación. ¿Conoce lo que hace a la puerta tan poderosa? El Elegido que se sienta en el trono y dice: “Sube acá: voy a mostrarte lo que tiene que suceder después de esto”.
Vienen encuentros frescos con el Señor Jesucristo para soltar impartición y fructificar para el Reino. Su tiempo de comunión con el Señor se levantará para que “suba con Él, para que le muestre algo que hasta ahora no conoce”, ese lugar para un avivamiento sustancial.
¡Obras efectivas de su poder!
Analice el significado literal de efectivo: ser operativo, algo que es efectivamente activo en su vida, lo opuesto de ser inactivo, inefectivo u ocioso. Estas no son oportunidades ociosas, inactivas o inefectivas, sino tremendas oportunidades para avivamientos.
En griego, la palabra oportunidad alude a una puerta. El Señor está abriendo puertas nuevas y antiguas, soltando bendiciones para ver la obra efectiva de su poder para que podamos entrar en sus promesas para nuestra vida, con confianza y poder asombroso.
El Capitán de las huestes va delante de usted
La puerta que se abrió para Pablo fue una oportunidad grande y efectiva. Pero también dijo que allí había muchos enemigos. Sabemos que eso es cierto, ¿verdad? Cuanto mayor sea la oportunidad para que el Reino avance, parece ser que se levantan enemigos mayores para arruinar los planes de Dios.
Dios trata con adversarios
¡El Señor está ocupado tratando con nuestros adversarios! Mientras atraviesa esas puertas, entrando en su Rehobot y oye las puertas que se abren, nada le podrá impedir entrar y poseer. Las oportunidades y avivamientos que debían ocurrir, las promesas que recibimos, las palabras proféticas y las confirmaciones que recibimos que sabíamos debieron cumplirse tiempo atrás, no tendrán más retrasos.
Los ríos que se supone debía cruzar hacia el cumplimiento de las promesas de Dios, pero no logró hacerlo por la intensidad de la batalla. Ahora podrá cruzarlo porque el Señor soltará ángeles para pelear la batalla por usted.
Un viento ungido
Mientras los Filisteos se preparaban para la guerra contra Israel, David, como siempre lo hizo, le pidió consejo al Señor. Dios le reveló el momento justo cuando debía ir en contra de sus adversarios. 2 Samuel 5:22-25 dice: “Pero los filisteos volvieron a avanzar contra David, y desplegaron sus fuerzas en el valle de Refayin, así que David volvió a consultar al Señor. No los ataques todavía, le respondió el Señor; rodéalos hasta llegar a los árboles de bálsamo, y entonces atácalos por la retaguardia. Tan pronto como oigas un ruido como de pasos sobre las copas de los árboles, lánzate al ataque, pues eso quiere decir que el Señor va al frente de ti para derrotar al ejército filisteo. Así lo hizo David, tal como el Señor se lo había ordenado, y derrotó a los filisteos desde Gabaón hasta Guézer”. Cuando David oyó el sonido de “salida”, se movió avanzando con confianza hacia la victoria.
Este viento ungido habla mucho de la actividad que viene desde el trono de Dios, soltándose a su favor para traer avivamiento. Cuando oye el sonido que le dice que se está peleando la batalla por usted en su puerta o pozo.
Revelación del Capitán de las huestes
¿Conoce al Capitán de las huestes? La revelación de Él le dará la fuerza y el coraje para avanzar. Josué tuvo un encuentro con el Capitán de las huestes y supo lo que Dios podía hacer. Dios le dijo: “Sé fuerte, sé fuerte”. Josué supo que cuando Dios peleaba sus batallas, ganaría. Si Dios está con usted, ¿quién puede en su contra? Josué, al liderar a su pueblo, avanzó con fuerza porque sabía que Dios iba delante de ellos.
El Capitán de las huestes abre ante usted puertas dobles que no se podrán cerrar. Él va delante de usted para enderezar los caminos torcidos. Él quebranta las puertas de bronce y corta los barrotes de hierro para darle los tesoros de las tinieblas y las riquezas guardadas en lugares secretos (Isaías 45:1-3). Las puertas de hierro representan las puertas cerradas que retienen algo. Cuando Dios las parte en pedazos, se suelta lo que está retenido o escondido.
“¡Destilen, cielos, desde lo alto! ¡Nubes, hagan llover justicia! ¡Que se abra la tierra de par en par! ¡Que brote la salvación! ¡Que crezca con ella la justicia! Yo, el Señor, lo he creado” (Isaías 45:8).
Los pozos que se estuvieron inflando e inflando con salvación y justicia, repentinamente estallarán y brotarán. Espere ver chorros amplios fluyendo de los pozos de salvación y justicia, saltando en ciudades y regiones. ¡Los chorros comenzarán a fluir!
“¡Dios es mi salvación! Confiaré en él y no temeré. El Señor es mi fuerza, el Señor es mi canción; ¡él es mi salvación!” (Isaías 12:2).
Prepárese para una promoción
¡Fortalézcase en el Señor! David fue ungido tres veces como rey sobre Israel antes de ocupar el cargo. Durante ese tiempo, el Señor lo llevó por un tiempo de preparación antes de gobernar y reinar sobre Israel. David aprendió cómo fortalecerse en el Señor y al hacerlo, aprendió a caminar en el coraje para pelear y ganar sus batallas. Cantar y orar al Señor. David ganó muchas de sus batallas cantando y orando al Señor.
¡Grite! Su grito es clave para ganar la batalla. Eso es correcto. La próxima vez que sienta que se levanta un grito desde su vientre, no lo retenga. Cuando sé que algo está ocurriendo en el Espíritu, cuando el Señor me dice que Él preparó una senda recta y abrió una puerta o cuando hizo algo por mí, grito: ¡Sí!
¡Deje de castigarse a sí mismo! Apocalipsis 3:7-8 dice: “Escribe al ángel de la Iglesia de Filadelfia: Esto dice el Santo, el Verdadero, el que tiene la llave de David, el que abre y nadie puede cerrar, el que cierra y nadie puede abrir: Conozco tus obras. Mira que delante de ti he dejado abierta una puerta que nadie puede cerrar. Ya sé que tus fuerzas son pocas, pero has obedecido mi palabra y no has renegado de mi nombre”.
Si es fiel en la medida que Dios le entregó, Él abrirá las puertas. Algunas personas piensan que deben ser más fieles y se castigan a sí mismos porque no se consideran suficientemente fieles. Pero si es fiel en la medida que Dios le asignó, Él abrirá la puerta que nadie puede cerrar. Cuando Él abre la puerta, siempre seguirá abierta, porque Él tratará con el adversario.
Esto también es cierto cuando Él cierra las puertas. Una vez que Él cierra las puertas, nadie puede volver a abrirlas. Habrá algunas puertas que Él cerrará en su vida para que el enemigo no pueda atravesarlas. Cuando Jesús cierra una puerta, está cerrada y sellada con su Sangre, por eso el enemigo no la puede abrir.
Este es el tiempo para desechar algunas cosas del pasado y avanzar hacia las cosas nuevas que Dios tiene para usted. No trate de golpear las puertas que están cerradas, se lastimará a sí mismo tratando de volver a abrirlas. ¡Sólo confíe que Dios abrirá una puerta nueva para usted!
¡Dios está a punto de soltar las claves de acceso hacia nuevas puertas excitantes! ¡Vienen el favor, la promoción y la restauración! ¿Qué son estas puertas y qué significan el favor, la promoción y la restauración para usted?
Keith Miller