Evangelista del Señor

El testimonio de un evangelista usado por Dios

Jack Coe, "El hombre de la fe temeraria"

Jack Coe fue un gran evangelista usado por Dios en sanidad. También fue una figura de "padre" amoroso y compasivo para los huérfanos de su hogar de niños. Fue considerado un evangelista radical porque, junto con otros, hizo mucho para combatir los prejuicios raciales en la iglesia.



"¡Caracoles, lo tengo!"
Llegó el domingo, y Coe no tenía idea de adónde ir. Así que fue a su oficina para buscar en la guía telefónica. Tomó el grueso libro y lo dejó caer, y al abrir los ojos, vio el nombre y la dirección de una iglesia nazarena y fue para allá. Después del sermón, cuando el pastor preguntó si alguien quería ir al cielo, y dijo: "Tenemos para usted una experiencia en la que puede nacer de nuevo", Coe corrió hacia el altar, mientras gritaba: "¡Eso es lo que yo quiero! ¡Eso es lo que yo quiero!" Una pequeña señora de cabello gris oró con él. Entonces, repentinamente, sintió algo que nunca antes había sentido. Dado que no conocía la "jerga cristiana", comenzó a correr por toda la iglesia y gritaba: "¡Caracoles, lo tengo! ¡Caracoles, lo tengo!" Regresó a su casa a las 04:00 de la madrugada. Se había quedado en la iglesia todo ese tiempo, orando y alabando a Dios.

Después de un año y medio de ser salvo, Jack se encontró con una iglesia pentecostal donde recibió el bautismo en el Espíritu Santo. Lo único que pudo hacer durante los tres días siguientes, fue hablar en lenguas. Para hacerse entender en inglés, tenía que escribir en un papel.
Instituto Bíblico, Juanita y el ejército
Desde 1939 a 1940, Coe asistió al Instituto Bíblico Southwestern, de las Asambleas de Dios. P. C. Nelson era presidente del Instituto en ese momento. Mientras estudiaba allí, Coe conoció a una joven llamada Juanita Scott. Después de algunos años, se casaron. Durante este tiempo, también comenzó a orar y pedir entendimiento con relación a la sanidad divina.

En 1945, fue a Texas, donde estudió y oró continuamente por el tema de la sanidad divina. Pidió a Dios una manifestación especial de su poder, y luego decidió anunciar una reunión de sanidad. "Dios va a abrir los ojos de los ciegos esta noche, y hará que los cojos caminen y los sordos oigan. Lo hará aquí, en esta iglesia, mañana por la noche", fue su osada confesión de fe. La noche siguiente, la iglesia estaba atestada de gente. Después que predicó, la gente formó una fila. Las enfermedades no parecían gran cosa. Algunos dolores de estómago, de cabeza, dolencias menores. Pero entonces Coe levantó la vista y vio... a una mujer ciega. "Oh, Señor, ¿qué voy a hacer con ella?", pensó. Después de esquivarla, oró y ungió a la mujer con aceite. Sus ojos se abrieron y la mujer comenzó a gritar: "¡Puedo ver! ¡Puedo ver!"
El hombre y el ministro Su fe era "temeraria y desafiante", pero a la gente que era sanada, esto no parecía molestarle en absoluto. También fue el primer evangelista que atrajo y recibió a grandes cantidades de personas de la comunidad negra en sus reuniones. Predicaba en forma directa y brusca, y llamaba a las cosas por su nombre.

Deja al pasado en el pasado
Una de las características más importantes de Coe fue que nunca permitió que su pasado lo detuviera. Su pasado podría haber influido en su actitud, pero nunca lo detuvo ni lo obligó a retirarse.
¡Pero era un hombre dispuesto a hacer algo con ese anhelo que había en su corazón! Estaba decidido a tomar control de esa vida que lo había puesto en una terrible desventaja, en lugar de permitir que continuara controlándolo.

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