COMO LEER LA BIBLIA PTE 6

Requisitos para estudiar la Biblia/W.Nee Pte.6

LOS HECHOS NARRADOS POR EL ESPIRITU SANTO

A. La impresión que dejan los hechos

Cuando leemos la Biblia, el Espíritu Santo requiere que tengamos una impresión definida de los hechos. No toda la Biblia consta de enseñanzas; gran parte de ella se compone de hechos y relatos. El Espíritu Santo desea que los hechos, las historias y los relatos produzcan cierta impresión en nosotros. Una vez que obtengamos por el Espíritu Santo una impresión de esos hechos, le será fácil comunicarnos la palabra de Dios. Si los hechos no producen una impresión en nosotros, la Palabra de Dios no permanecerá en nosotros ni producirá el efecto apropiado.

La impresión a la que nos referimos no es estar informados en general de las narraciones, sino a una visión de los puntos característicos que dejan una impresión duradera en la mente. Cada evento en la Biblia tiene sus características. Si no entendemos estas características, no podremos entender la Palabra de Dios. Cuando leemos un contrato, no es suficiente verificar si tiene la firma o no; debemos verificar de quién es la firma. La impresión de la que hablamos no es una impresión general, sino una impresión específica. Cuando descubrimos la característica especial, podemos saber lo que Dios desea decir en el texto. Es posible que una persona pueda recordar y transmitir un relato bíblico sin notar su carácter especial. Esto muestra que no entiende la Palabra de Dios.
El Nuevo Testamento consta de los cuatro evangelios, Hechos, las epístolas y Apocalipsis. Para penetrar en las epístolas tenemos que entrar en el pensamiento del Espíritu Santo. Sin embargo, en los cuatro evangelios y en Hechos, además de abrir nuestro corazón al Espíritu de Dios, tenemos que permitirle que nos deje una profunda impresión con los hechos. Tenemos que descubrir la diferencia entre ciertos hechos y tenemos que detectar las características específicas que presentan esos hechos. Una impresión es semejante a una fotografía. La cámara usa una película plástica delgada, cubierta de cierto material químico llamado bromuro de plata. Hace unas décadas, esta película solamente podía contener decenas de millares de partículas de bromuro de plata por centímetro cuadrado. Esta es la causa por la cual las fotografías que se producían en ese entonces no eran muy nítidas, pues tenían una apariencia granular. Más tarde, la película fue mejorada, y ese granulado desapareció. La imagen es ahora más clara porque cada pulgada cuadrada de la película puede contener millones de partículas de bromuro de plata. De la misma manera, cuanto más fina sea nuestra constitución interior, mejor impresión tendremos. Si nuestro corazón y nuestro espíritu están abiertos a Dios, y si somos sensibles, el destello de hechos que el Espíritu Santo ponga delante de nosotros va a generar una profunda impresión en nosotros. Si somos sensibles y flexibles, veremos dos cosas:
primero, localizaremos el énfasis de la Palabra de Dios y el enfoque de Su revelación, y en segundo lugar, sabremos qué es lo que Dios desea comunicar con los hechos. Así podremos diferenciar entre diferentes hechos.
Una persona tosca nunca verá los puntos finos de la Biblia. Un hombre debe ser blando, y sus sentimientos deben ser muy sensibles para que la Palabra de Dios pueda dejar una impresión clara en él. No solamente vislumbrará el panorama completo, sino que también recibirá una impresión exacta de los puntos más específicos y de los delineamientos, y tendrá certeza de cada aspecto delicado e intrínseco que contienen los hechos.

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