LA UNCIÒN Y EL CARÀCTER



por Guillermo Maldonado
Dios desea un balance entre lo que es el carácter, el carisma, el fruto y el poder. Sin embargo, hay lìderes que le dan demasiado énfasis al carisma y poco al carácter, mas lo que sostiene el carisma es el carácter. Màs adelante, en este capìtulo, ampliaremos conceptos de lo que es carisma y carácter. Por el momento, vamos a definir ambos puntos de la siguiente manera:



¿Què es carisma? Es el conjunto de habilidades y dones dados por Dios y por los cuales no tuvimos que hacer nada para recibirlos
Te pido oh Dios que te manifiestes ahora , gracias en ti espero. Porque preocuparme por alguien ¿ no es mejor hacerme el desentendido? No es mejor obviar y vivir mi mundo, además no hay un curso establecido un proceso natural que le llevara a otros lugares , o su sitio esta en tus propósitos? No habrá otros que puedan ser tomados por ti?



¿Què es el carácter? Es lo que somos internamente, es lo que pensamos y hacemos cuando estamos solos. Además, es la manera de reaccionar cuando estamos bajo presiòn, tanto en pùblico como en privado, la actitud que tenemos cuando nos maldicen y nos critican.



Sin lugar a dudas, el fundamento de un lìder es su carácter, y sobre esta base es donde se edifica un ministerio, y la edificación misma es su carisma. Si el ministro està bien fundamentado, podrà levantar un ministerio fuerte, o si por el contrario, es de carácter dèbil, serà un ministerio vulnerable a la tentaciòn y a las circunstancias.



Una persona con un mal carácter puede destruir en un segundo lo que le ha tomado años edificar. Con un mal carácter, se puede herir a otros, y con un mal testimonio, se puede manchar el evangelio, causar grandes conflictos en las iglesias, tener matrimonios en conflicto, entre todos. Los individuos, con un mal carácter, mienten y hacen todo tipo de cosas que desagradan a Dios.
Un buen ejemplo es el de un pastor que lleva a su congregación una persona que canta maravilloso y toca piano de una manera espectacular, pero es un individuo que vive una doble vida. En su casa es un mal padre y un mal esposo, tiene una personalidad explosiva, maltrata a sus hijos verbalmente y no tiene privilegiada y toca el piano perfectamente. El ministerio de este individuo està basado en dones, talentos y carisma, mas no en el carácter. El resultado de esto, es que puede caer en cualquier momento.



¿Què hacemos con esta persona? Esta persona necesita que su carácter sea formado. Para ello, Dios ha puesto hombres y mujers para desarrollarlo.
Pero a cada uno de nosotros fue dada la gracia conforme a la medida del don de Cristo. Por lo cual dice: Subiendo a lo alto, llevò cautiva la cautividad y diò dones a los hombres. Y eso de que subiò, ¿què es, sino que tambièn habìa descendido primero a las partes màs bajas de la tierra? El que descendiò, es el mismo que tambièn subiò por encima de todos los cielos para llenarlo todo. Y èl mismo constituyò a unos, apòstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas, a otros, pastores y maestros. Ef 4.7-11



Personas como èl necesitan de un mentor que los tome de la mano, los guìe, los corrija, que los ame y que los ayude a madurar su carácter. Cuando nosotros como pastores deseamos poner a alguien en liderazgo, siempre debemos preguntarnos si esa persona tiene el carácter como el de Cristo, si es el mismo en pùblico y en privado. Èsta es solamente una de las razones por las cuales es muy importante conocer la diferencia entre carisma y carácter.
Entonces, carisma es el talento y la habilidad dada por Dios cuando somos llamados a servirle, y para lo cual no tuvimos que hacer nada para ganarlo. ¿Còmo la recibimos?...por su gracia; no toma mucho tiempo para desarrollarla. Como pastor, yo no tuve que hacer nada para tener la habilidad de predicar. Predicar, para mì, fue un don que Dios me impartiò cuando me llamò. Yo no tuve que pagar un precio por esto.



¿QUÈ ES CARÁCTER?
Como mencionamos anteriormente, el carácter es lo interior de una persona y es demostrado en sus acciones, principalmente, cuando està bajo presiòn.
Lo podemos definir como la suma total de sus caracterìsticas positivas y negativas que salen a la superficie en su diario caminar. El verdadero carácter de una persona se revela cuando las circunstancias, las personas y los problemas traen presiòn a su vida.



Tomemos como ejemplo a una mujer que se enamorò de un hombre. Cuando estaban de novios, èl era muy dulce, amable y cortès, pero cuando se casaron, empezaron a tener roces. Cuando vino la presiòn, èl explotò en ira, hablaba malas palabras, entre otras cosas. Èste era el carácter real de aquel hombre desde el principio, pero que vino a relucir cuando tuvo conflictos con su esposa. El carácter de una persona sale a la superficie, cuando la presiòn de la vida està sobre èl.



El carácter de una persona se manifiesta :



.En el pensamiento- es cuando un individuo, frecuentemente, tiene malos pensamientos y medita en ellos. La palabra dice que, de la manera en que el hombre piensa en su corazón, asì es èl.
“porque cual es su pensamiento en su corazón, tal es èl” Prov. 23.7

.En los valores- los valores los podemos definir como algo que hacemos de forma constante y està basado en los principios de la palara. Es actuar de acuerdo a nuestras creencias y a lo que somos interiormente.

.En las motivaciones- lo que nos motiva a ejecutar lo que hacemos, nace del carácter. Si la motivación es incorrecta, refleja quiènes somos por dentro.

.Las actitudes- estas nacen del carácter. Tanto las positivas como las negativas. Una actitud negativa o positiva es contagiosa. Debemos observar nuestra actitud hacia la vida.

-Los sentimientos- los sentimientos los expresamos a travès de nuestro carácter; algunas veces tenemos malos sentimientos hacia otros.

.Los acciones- el carácter se refleja por nuestras acciones hacia Dios y hacia los demàs.

A diferencia del carisma, que es regalo de Dios y nada tenemos que hacer para desarrollarlo, el carácter no es instantàneo. Para tener un buen carácter, tenemos que morir a nuestro ego, a nuestra imagen, a nuestros sueños, a nuestros propios deseos, crucificar la carne y modelar la imagen de Cristo; tenemos que desarrollarlo a la imagen de Dios. El desea cambiar y formar nuestro carácter.
En el curso de mi propio ministerio, he aprendido que Dios nos usa sòlo en la medida en que nuestro carácter se va perfeccionando, porque de no ser asì, los dones y las habilidades que hemos recibido vendrìan a ser nuestra propia destrucción. El carisma es dado, el carácter es desarrollado.

¿Còmo se desarrolla el carácter de Dios en nosotros?

.Con los tratos de Dios –èstos son instrumentos diseñados por Dios para desarrollar nuestro carácter. Algunas veces, Dios tiene que lidiar con nosotros de una manera fuerte, trayendo un trato para cambiar nuestra vida.

.Las pruebas y las tribulaciones- èstas estàn diseñadas para lidiar, desarrollar y mejorar nuestro carácter.
¿Cuàles son algunas de las cualidades màs importantes del carácter para incrementar y fluir en la Unciòn del Espìritu Santo?


Para tener un ministerio con buen fundamento, existen virtudes que deben ser parte de nuestro carácter y de nuestra vida. A continuación, vamos a estudiar cada una de ellas:
.La integridad- cuando decimos que alguien es ìntegro, nos referimos a uno que no tiene mancha moral, uno que no tiene motivaciones impuras, alguien que no tiene corrupción, sino que es puro, completo, unificado en espìritu, alma y cuerpo.
“Presentàndote tù en todo como ejemplo de buenas obras; en la enseñanzas mostrando integridad, seriedad” Tito 2.7
La integridad debe ser parte de la vida de todo creyente que desea moverse en la unciòn. El Señor no usa ni derrama su Unciòn en personas cuyas motivaciones y propòsitos sean para engrandecer al hombre, al ministerio o la organización. Un hombre ìntegro es siempre el mismo, no importa donde estè, con su familia, en la iglesia, en el trabajo, en pùblico y en privado, no tiene miedo de mostrar sus debilidades y faltas, porque no vive por apariencias, sino que es transparente y maduro. Las personas ìntegras cumplen su palabra todo el tiempo.
“Alegraos, oh justos, en Jehovà; en los ìntegros es hermosa la alabanza” Salmos 33.1
“La integridad de los rectos los encaminarà; pero destruirà a los pecadores la perversidad de ellos” Prov. 11.3
.La humildad- es reconocer que todo lo que somos y tenemos viene de Dios. Es saber quiènes somos y tenemos viene de Dios. Es saber quiènes somos en Cristo, sin jactarnos o deprimirnos. Es tener la habilidad de transferir la gloria a Dios. Todo el que desee fluir en la Unciòn debe caminar en humildad, reconociendo siempre su dependencia total de Dios, transfirièndole la gloria en todo tiempo. Es tambièn, considerar a los demàs superiores a nosotros.
“Porque asì dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espìritu, para hacer vivir el espìritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados” Is. 57.15

.La obediencia- Hay virtudes que hacen a un hombre y a una mujer grandes delante de Dios. Una de esas grandes virtudes es la obediencia. Cuando Dios unge a una persona y le confìa su Unciòn, espera que sea obediente. El mismo dijo: quiero obediencia y no sacrificio. Un pequeño acto de obediencia puede abrir grandes puertas en el Señor. Juan Bautista nunca sanò un enfermo, nunca resucitò un muerto, nunca abriò el mar, ni hizo algùn milagro, sin embargo, Jesùs dijo lo siguiente de èl:
“De cierto os digo: entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; pero el màs pequeño en el reino de los cielos, mayor es que èl” Mateo 11.11
La pregunta que surge es: ¿Què hizo grande a Juan si no hizo ningùn milagro? Por supuesto que fue su obediencia al llamado de Dios en su vida.
En otras palabras, la obediencia impresiona al Señor y nos puede llevar a ser grandes delante de sus ojos y no delante de los ojos del hombre.

.La sumisión- es cuando le damos cuentas a alguien por nuestras acciones y decisiones. Tenemos que dar cuentas de todo (matrimonio, ministerio, entre todos). Es sabio y prudente que todo creyente, lìder o ministro le dè cuentas a alguien de su vida. Es efectivo hacer esto por diferentes razones:
.Para tener cobertura espiritual: debemos tener a alguien que nos corrija cuando nos equivocamos, que estè sobre nosotros para dar cuentas de nuestra doctrina, nuestra familia y de nuestras propias decisiones.

Yo creo que no hay un hombre o una mujer que haya escalado tan alto que no necesite cobertura espiritual. No importa si es apóstol, profeta, maestro, evangelista, pastor o reverendo, usted necesita una cobertura espiritual, aunque esto no significa estar afiliado a algùn concilio.
Personalmente, yo como pastor le doy cuentas a hombres con madurez y peso espiritual. No lo hago por obligación, sino voluntariamente, basado en una relaciòn de pacto, de amor, de compañerismo sin que esto afecte la visiòn del ministerio. Hoy dìa encontramos gran cantidad de ministros, especialmente, algunos cantantes que no se someten ni le dan cuentas de su ministerio ni de su vida a nadie y eso puede ser muy peligroso. Porque ¿quièn le puede corregir a esa persona si entra en falsa doctrina, si cae en pecado o si està haciendo algo indebido?
.Para protecciòn de nuestra vida y ministerio. Cuando tenemos una cobertura espiritual, siempre habrà alguien que nos corrija si hacemos algo mal. Esta es la ùnica manera de crecer efectivamente. Esta cobertura servirà para proteger nuestros ministerios, familia y otros.
Los pastores tambièn necesitamos tener quièn nos aconseje y nos ministre. No podemos buscar esa consejerìa en nuestras ovejas, debido a que algunas no estàn lo suficientemente maduras como para que abramos nuestro corazón sin afectarlas. En cambio, si tenemos una cobertura espiritual o un mentor en nuestra vida, èste nos podrà escuchar sin divulgar lo que le decimos, nos ayudarà y nos restaurarà. Obviamente, debe ser alguien que sepa màs que nosotros y que tenga màs virtudes que nosotros. Es importante obedecer y someterse a Dios y a una cobertura espiritual para nuestra propia protecciòn.

.La pureza. En el Antiguo Testamento, cuando una persona era ungida, pasaba por un proceso de limpieza. Por eso, Dios derramaba su Unciòn en vasos limpios y puros. Cuando hablamos de pureza, hablamos de dos cosas específicamente: motivos e intenciones. Dios no puede derramar su Unciòn en un individuo que tiene motivos e intenciones impuras para ministrarla. A continuación detallarè principios que yo siempre aplico a mi vida y que usted tambièn puede y debe aplicar para mantener sus motivaciones e intenciones puras:
.Todo lo que lleve a cabo, hàgalo en el nombre de Jesùs. Cuando hacemos algo en el nombre de Jesùs, desde un principio, tenemos la garantìa de que Dios nos respalda.
“Y todo lo que hacèis, sea de palabra o de hecho, hacedlo todo en el nombre del Señor Jesùs, dando gracias a Dios Padre por medio de èl” Col. 3.17
.Hàgalo de todo corazón. De todo corazón implica con todas sus fuerzas, con su inteligencia, con todo lo que puede dar, y no para los hombres, sino para Dios. Si canta, si predica, si danza, no lo haga a medias, sino con todo su corazón.
Y todo lo que hagàis, hacedlo de corazón, como para el Señor y no para los hombres. Col 3.23
.Hàgalo para la gloria de Dios. Para nosotros mantenernos puros y para que la unciòn pueda fluir en nuestra vida, primero tenemos que hacer todo en el nombre de Jesùs, de todo corazón y para la Gloria de Dios. El hombre o mujer de corazón puro no busca su propia agenda, no hace las cosas para ser visto, ni tampoco lo hace a medias. La intenciòn y el motivo son engrandecer el reino y el nombre de Jesùs.

. La compasión significa sentir el dolor de otro, ser tocado en las entrañas por la necesidad de otro, sentir lo mismo que otro siente. Entre màs compasión tenemos por el perdido, por el enfermo, el que està en pecado, mayor es la unciòn en nuestra vida. La unciòn es dada a aquellos hombres y mujeres que andan y caminan en compasión. Entre màs sentimos el dolor del pueblo, mayor unciòn veremos manifestada en nuestra vida. Hay personas que quieren la unciòn de sanidad, pero no la reciben porque no tienen compasión por los enfermos. Èsta es una de las razones por las cuales la unciòn no puede fluir en sus vidas. La mayor parte de los milagros que Jesùs hizo fue porque tuvo compasión de la gente.
Y saliendo Jesùs, vio una gran multitud, y tuvo compasión de ellos, y sanò a los que de ellos estaban enfermos. Mt 14.14

.El denuedo. La palabra denuedo viene del griego PARRHESIA que significa osadìa, audacia, atrevimiento, franqueza para hablar. Denuedo es lo opuesto al temor. No es una cualidad del carácter humano, sino una virtud que Dios imparte sobre nosotros.
Todo creyente, lìder, ministro, hombre y mujer que desea fluir en la unciòn tiene que tener denuedo como parte de su vida. Debe tener el atrevimiento para hablar, predicar con franqueza y sin miedo por lo que tiene que decir. Debe tener la osadìa de echar fuera demonios, la audacia de tomar grandes pasos de fe que otros no intentan y de hacer cosas que otros no hacen. Algunas veces, Dios pedirà cosas que son ilògicas y tontas a la mente humana, pero si hay denuedo en nuestra vida, nos atreveremos a actuar.
Cuando estàbamos en nuestra antigua iglesia, le dije a la congregación que ìbamos a comprar el templo que hoy dìa tenemos y me dijeron que estaba loco, que era muy costoso para nosotros, pero yo me mantuve firme y confiado en el Señor. Al cabo de un año, ya habìamos comprado el templo con un costo de tres millones de dòlares. A pesar de que no tenìamos dinero, el Señor proveyó para comprarlo.
En las cruzadas de milagros, algunas veces Dios me ha pedido que haga cosas por los enfermos que no tienen sentido, pero el denuedo en mi vida me lleva a hacerlo. Creo firmemente que es preferible equivocarme pensando que estoy obedeciendo a Dios, que quedarme pasivo sin hacer nada. El denuedo es importante en nuestra vida para movernos en la Unciòn. Aunque no lo entendamos, simplemente no razone y atrèvase a ser osado en el espìritu. Hable con franqueza la palabra y cualquier otro sentir que el Espìritu Santo ponga en usted.

.La unidad. Significa ser todos de una sola mente y compartir un sòlo propòsito. Hay ciertas cosas que abren los cielos para que la Unciòn se derrame: la unidad, la oraciòn, el diezmo y la ofrenda.
Mirad cuàn bueno y cuàn delicioso es habitar los hermanos juntos en armonìa. Es como el buen òleo sobre la cabeza, el cual desciende sobre la barba, la barba de Aaròn, y baja hasta el borde de sus vestiduras. Sal 133.1-2
¿Còmo aplicamos esto a nuestra vida? Toda persona que ame la unidad del cuerpo de Cristo en la iglesia y en la familia, siempre tendrà mayor Unciòn sobre su vida. Lo contrario de un espìritu de unidad es tener un espìritu de divisiòn. Dios considera la divisiòn como una de las cosas que odia y abomina. Sin embargo, Dios ama a todo el que busca y desea la unidad. La unidad trae una multiplicación de poder y de Unciòn.

.La madurez. Consiste en reconocer quiènes somos y estar seguros de nuestro llamado, sin sentirnos ofendidos o amenazados por el èxito o los talentos de otros. Madurez no es otra cosa que tener nuestra seguridad en Cristo. La seguridad no proviene del ministerio, ni de la iglesia, ya que èse es el trabajo del Señor y no el nuestro. Hemos encontrado muchos creyentes que son lìderes y ministros inmaduros, que se ofenden fácilmente y se sienten amenazados por los talentos y las habilidades de otros. Inclusive, se sienten ofendidos por la opinión y la personalidad de otros cuando es diferente a la de ellos. Esto es parte de ser inmaduro. Toda persona que desea fluir en la Unciòn debe actuar con madurez. La Unciòn es algo santo y Dios nos ha puesto como mayordomos de ella.
Una de las razones por las cuales podemos perder la UNCIÒN, es si abusamos de ella. Algunos no estamos bien delante de Dios y, por el hecho de que Dios nos sigue usando, creemos que èl està agradado; continuamos viviendo nuestra vida como queremos, pero después viene el juicio de Dios. El,
creyente maduro no se ofende porque otra persona tiene mayor unciòn que èl, o mayor èxito que èl, sino que se goza y se alegra porque tiene su seguridad en Cristo. Con todo esto en mente, podemos concluir que para que el Señor nos confìe mayor unciòn, debemos desarrollar ciertas virtudes importantes. Las cuales deben ser parte de nuestro carácter, porque es èste, el que va a sostener todo el peso de nuestro ministerio. Si el carácter està desarrollado, todo lo demàs podrà sostenerse. La madurez de un creyente no se mide por sus acciones, sino por sus reacciones en los momentos difíciles.

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