el León de la tribu de Judá, la Raíz de David

Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío.

Tenemos también la palabra profética más segura

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos HOMBRES DE DIOS hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida

Pero levantándose Pedro, corrió al SEPULCRO; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

Porque en él fueron creadas todas las cosas

El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo

El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto

INTERCESION

TRES CONCEPTOS IMPORTANTES EN LA INTERCESIÓN
niños rezando (9)Una simple definición del vocablo intercesión: "Orar a favor de otros, bajo el poder y la dirección del Espíritu, sabiendo que habrá resultados divinos".



 Ampliamos nuestra  definición de intercesión con tres palabras diferentes  Las tres palabras suenan muy similares, pero cada una tiene un significado muy especial. Son las siguientes: intervención, intersección e interceptación. Las diremos una por una.



1. Intervención

En el sentido en el que estamos usando esta palabra, "intervenir" significa entrar en una situación con el propósito divino en mente. Jesús entró en nuestro mundo para que pudiéramos conocer y experimentar el propósito redentor de Dios para la humanidad. Tenía el poder y la autoridad para hacer eso. Y al hacerlo, colocó bajo Sus pies los poderes de las tinieblas (Mt 28:18).


Ahora nos envía al mismo mundo con la misma autoridad: "Como el Padre me ha enviado, así os envío yo… Mira, te he dado autoridad y poder para hollar serpientes y escorpiones, y sobre todo el poder del enemigo. Nada os podrá dañar" (Jn 20:21; Lc 10:19).

En otras palabras, Jesús está diciendo: "Miren, vosotros sois miembros de mi cuerpo. Si estas cosas malas van a ser mantenidas bajo vuestros pies, tenéis que pisarlas. Cuando veáis a las fuerzas malas del mundo, el demonio y la carne obrando, tenéis autoridad para intervenir. No seáis pasivos e indiferentes".

Usted dice: "Pero, ¿qué podemos hacer?" ¡ORAR! Muchos responderían: "Ya hemos orado; ¿qué haremos ahora?" ¡Orar!, entonces ¡OBEDECER! La intercesión es el terreno desde el cual viene la dirección divina. Recuerde que la iglesia en Antioquía ayunó, oró, escuchó la voz del Espíritu y obedeció Su orden. Después de hacer todo esto ante Dios, Él les respondió. Las personas que continúan preguntando lo que deben hacer, tal vez necesiten examinar la calidad y la profundidad de su vida de oración.

2. Intersección 

Una intersección es el lugar donde dos caminos se encuentran y se cruzan el uno al otro. A veces lo llamamos encrucijada. Dios traerá toda clase de gente, lugares y sucesos con sus necesidades y problemas "cruzando" nuestros caminos.



Cuando llevamos la victoria y el poder de la cruz de Cristo a tales lugares de reunión, verdaderamente se convierten en "encrucijadas" divinas. En Su cruz, Jesucristo destruyó todos los poderes del mundo, la carne y el diablo. Fue un triunfo total, una victoria completa.
Sin embargo, el poder de la cruz tiene que ser enfocado personalmente sobre los puntos cruciales de la necesidad del mundo. La oración, es lo que lleva el poder de la cruz de Cristo a los lugares problemáticos de nuestro globo terrestre.

Cristo ya hizo lo necesario para la salvación del mundo. El principio se ve claramente en el plan de salvación. Dios amó tanto al mundo que envió a Su Hijo a morir en la cruz por nuestros pecados.
Esa fue su parte. Nuestra parte es venir a Dios en oración y confesar tanto nuestro pecado como la obra salvadora del Hijo de Dios.

El poder de la cruz no tocará nuestras vidas o mundo hasta que las llevemos a Jesús en oración. Esa es nuestra parte: orar y llevar las buenas nuevas a otros.
Hay muchos en el mundo diario de nuestras vidas que saben poco del amor de Dios o Su poder. No saben cómo venir a Él en oración. Necesitan a alguien que pueda orar a su favor. Las necesidades empiezan en nuestro propio vecindario y se extienden a todo el mundo.
Un amigo que se está enfrentando con un divorcio; la situación de las drogas en nuestras escuelas locales; el crimen que está en nuestra ciudad; las crisis que suceden en nuestros gobiernos locales y nacionales; la pérdida de la libertad personal y religiosa en bloques completos de naciones; el hambre y la enfermedad mundial... y la lista sigue, casi o sin fin.
Estas son encrucijadas de la experiencia humana en que nuestra oración puede determinar el resultado.

Dios está levantando un ejército poderoso de guerreros de oración a través de las naciones y alrededor del mundo. Se están uniendo por millares, decenas de millares e incluso centenares de millares como verdaderos soldados de la cruz.
En términos muy prácticos, esto significa que en cualquier momento que usted ore se convierte en parte de una reunión de oración que está creciendo en tamaño y que nunca terminará hasta que Jesús venga. Esto no es algo pequeño, porque es la clave para el avivamiento del tiempo final de Dios que va a extenderse por el globo entero.

Una de las llaves del reino, sin duda alguna, es la oración intercesora. Las mismas puertas del infierno no pueden prevalecer contra la Iglesia de Jesucristo cuando está de rodillas.
Puede que todavía haya algunos que quieran decir: "Pero se tiene que hacer más que orar". Es verdad. Pero nunca he visto gente que "sólo" orara y se acabó, no sería así si en realidad se ora.
Como en Antioquía, la oración y el ministerio siempre irán juntos.
Sin embargo, tengo que añadir que he visto muchas personas que intentaron hacer "cosas que les mantenían muy ocupadas", pero sin oración. Las cosas que requieren ocupación y la gente ocupada sin oración, nunca son productivas. Todo lo que hacen es usarse a sí mismas y a todos los demás hasta desgastarse, con muy pocos resultados que demostrar por tantos esfuerzos hechos.


Sí, el ministerio y la oración siempre tienen que ir juntos.



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3. Interceptación 

"Interceptar" significa detener, apoderarse y aun invertir la dirección de algo. Vemos esto en ciertos tipos de juegos de pelotas. La pelota es llevada a una meta. Un jugador opuesto detiene la pelota, se apodera de ella y la mueve hacia la otra meta. Lo que empieza como una jugada de victoria para un equipo es cambiada y, debido a la "interceptación", el otro equipo gana.



La oración intercesora hace justamente eso. El enemigo está viniendo como un diluvio. La situación parece sin esperanza. Entonces, alguien entra (intervención), aplica el poder de la cruz a través de la oración (intersección) y la situación pasa a las manos de Dios, de esa manera la circunstancia sufre una total reversión (interceptación). Lo que parecía como una victoria para el diablo, se convierte en un triunfo para el Señor. Este es el poder del Reino en acción.
Cuando Pablo y Bernabé volvieron a Antioquía de su viaje misionero a Chipre y Asia Menor, tenían muchas interceptaciones (victorias) que compartir con quienes los habían sostenido con oración.

Gif Animados GratuitosTiene que haber sido un tiempo de celebración feliz (Hch 14:26-28).
Los tres principios de intercesión obraron bien para ellos, y también obrarán bien para nosotros.

APOSTOLES Y PROFETAS

Por John Eckhardt

Es imperativo que los apóstoles y profetas ocupen sus posiciones señaladas en el liderazgo de la Iglesia. Estos son dones de gobierno que tienen una tremenda autoridad para ejecutar los planes y propósitos de Dios. Para poder hacer esto, deben ser identificados y liberados.



Cuando los apóstoles y profetas se ubican en su lugar, la Iglesia experimenta una gran bendición. Los individuos deben comenzar a caminar en estos llamados con confianza y audacia. Necesitan conocer las funciones de sus oficios para poder ejercerlos con fidelidad. La claridad y la comprensión de estos dones y llamados, los ayudará a caminar plenamente en ellos. Esto incluye plantar, activar, impartir y demostrar el Reino de Dios.

Estos dones necesitan confirmarse y fortalecerse. La Iglesia avanzará y experimentará aperturas como resultado de la manifestación de estos dones. Los santos experimentarán un nuevo nivel de perfeccionamiento, madurez y entrega. El temor, la ignorancia y la incredulidad impedirán que estos dones se manifiesten en plenitud. Vencer al temor con coraje y audacia, vencer la ignorancia con conocimiento y revelación, y vencer la incredulidad con fe. El alineamiento apostólico es importante en este tiempo. Debemos alinearnos con el mover apostólico y profético.

Las siguientes son sesenta tendencias que veo surgir en la Iglesia con la plena restauración de los apóstoles y profetas.

Sesenta tendencias que surgirán con la plena restauración de los apóstoles y los profetas:
1. Habrá un mayor énfasis en la importancia de las señales, maravillas y milagros (especialmente de liberación). Esto protegerá a la Iglesia de la dependencia de las formas racionales e intelectuales de encarar el ministerio (vea 2 Corintios 12; Mateo 10). Habrá mayores demostraciones del poder de Dios (1 Corintios 2:4).


2. Habrá un mayor acceso a la revelación y las impresiones de los misterios de Dios. Muchas partes de la Escritura volverán a la vida y serán relevantes para el mover de los últimos tiempos (vea Efesios 3; 1 Corintios 4)

3. Continuará la expansión de la visión y el alcance de la Iglesia para quebrar la complacencia, la apatía y la visión limitada. Esto incluye la expansión hacia nuevas naciones y territorios. Se suelta la unción pionera (protones) (vea 1 Corintios 12:28).

4. Se levantarán nuevos líderes y ministerios, confirmando, ordenando y activando nuevos dones y llamados. Esto asegurará un aporte continuo de nuevos ministerios para la expansión del Reino. Aumenta la aparición de los apóstoles y profetas mentoreados por otros apóstoles y profetas establecidos (vea 2 Timoteo 2).

5. Entrarán en vigencia los estándares bíblicos para el liderazgo, incluyendo los ancianos (obispos). Esto ayudará a detener la ola de inmoralidad y mal carácter en el liderazgo. Los estándares concernientes al matrimonio, la familia y el divorcio, volverán a enfatizarse como un estándar para el liderazgo (vea 1 Timoteo 3).

6. Se establecerá el Reino en nuevas regiones y territorios plantando Iglesias. Esto incluye el envío de equipos apostólicos para plantar Iglesias. Se levantan Iglesias tipo Antioquía con una mentalidad de enviados (vea Hechos 13).

7. Habrá un mayor énfasis en la guerra espiritual, incluyendo atar y desatar. Una mayor autoridad sobre las fortalezas territoriales, incluyendo principados y poderes (vea Mateo 16, 18).

8. Se soltará una mayor gracia para manejar un mayor sufrimiento y persecución de la Iglesia por todo el mundo.

9. Se soltará una mayor audacia para perseverar avanzando a pesar del sufrimiento, la persecución y el aumento de la oposición al mensaje del Reino de Dios.

10. Se soltarán mayores recursos para el avance del Reino, incluyendo las finanzas y los recursos humanos. Habrá un mayor envío de misioneros, de largo y corto plazo, para la expansión del Reino. Esto incluye hombres de negocios del Reino y apóstoles de mercado (vea Hechos 4:34-37).

11. Se fortalecerán las Iglesias existentes y se confirmarán las nuevas Iglesias. Esto fortalecerá la Iglesia a nivel mundial (vea Hechos 14:22, 15:32).


12. Se soltará y se mantendrá una atmósfera de libertad en las Iglesias que será conductiva para el mover del Espíritu Santo y la operación de los dones del Espíritu, incluyendo la profecía (vea Hechos 15:10).

13. Se contendrá contra las herejías y las doctrinas divisionistas que mantienen a la Iglesia separada y dividida. Se defenderá la verdad y se impedirá que la apostasía infiltre a la Iglesia.


14. Se liberará a los santos en sus destinos y propósitos individuales. Se liberará a las Iglesias en sus destinos y propósitos corporativos. Se activará a los creyentes en sus llamados y los capacitarán para hacer las obras de Jesucristo.


15. Se soltará el espíritu de la fe en los creyentes y las asambleas para que el Reino explote. Los apóstoles y los profetas nos ayudan a creer en las aperturas sobrenaturales. Como ministerios de poder, a menudo operan con el don de fe y liberan el espíritu de fe. Ayudan a destruir y vencer los espíritus de duda e incredulidad que les impiden a los santos operar en la fe. Advierten a la Iglesia de los peligros de la incredulidad (vea Hechos 13:40-41).


16. Se liberará el temor por el Señor con una gran reverencia y respeto por las cosas de Dios (vea Hechos 5).


17. Se liberará el espíritu de oración e intercesión en un mayor nivel. Se incrementará la carga de oración e intercesión. Se liberarán guerreros proféticos de oración sobre regiones y territorios. Se restaurarán las oraciones nocturnas, las caminatas de oración, las vigilias del Señor y las oraciones corporativas (vea 1 Timoteo 2).

18. Se alentará el ayuno que liberará la humildad y un mayor nivel de gracia (vea 2 Corintios 11:27).

19. Se alentará a las personas y a las Iglesias a abrazar la visión global y una mentalidad de enviados (vea Hechos 13:47).

20. Se enfatizará en las verdades fundacionales e importantes que establecen a los creyentes en la fe y los prepara para perfeccionarse (madurez). Se rechazarán las enseñanzas y cualquier énfasis que no sean importantes y no tengan peso. Se definen los términos y las doctrinas que se enseñaron erróneamente.


21. Se alentará el bautismo del Espíritu Santo como la puerta hacia la realidad sobrenatural y una vida llena del Espíritu. Se enfatizará la importancia de la declaración, incluyendo las lenguas y la profecía, junto con la impartición y la entrega de estas cosas por medio de la imposición de manos (vea Hechos 2, 8, 10, 19).

22. Las Iglesias y las regiones se actualizarán ante la verdad de hoy (vea Hechos 19).


23. Se crearán nuevos odres para recibir el vino nuevo que se está soltando desde el Cielo. Se renovarán los antiguos odres, incluyendo las estructuras y las Iglesias denominacionales (vea Marcos 2:22).

24. Viene la reforma y el cambio. Se establecerán y se soltarán nuevos modelos para el ministerio (vea Hebreos 9:10).

25. Se ayudará a las Iglesias en la transición hacia nuevos movimientos y patrones ministeriales. Los apóstoles se levantarán durante los tiempos de transición (vea Josué 1).

26. Se ayudará a interpretar los nuevos movimientos y validarlos escrituralmente (vea Hechos 2).


27. Se cambiarán y transformarán los climas espirituales sobre regiones y territorios, causando una nueva receptividad para el Evangelio y las cosas del Espíritu Santo.

28. Se aliviará y ayudará a los pobres, los huérfanos y las viudas. Hay una mayor liberación de buenas obras (vea Hechos 11; Tito 3:8).

29. Habrá una mayor liberación de la actividad angelical a través de la adoración a Dios, la oración y las declaraciones, incluyendo los decretos apostólicos y las declaraciones proféticas (vea Hechos 12:5-7).

30. Se volverán a excavar los pozos antiguos. Se restablecerá y restaurará la verdad que se ignoró o subestimó (vea Génesis 26:18).

31. Se soltarán grandes juicios contra la inmoralidad y el pecado, dentro de la Iglesia y en la sociedad. Se pronunciarán juicios sobre los gobernantes corruptos, los gobiernos corruptos y los sistemas religiosos, económicos y políticos corruptos (vea Hechos 12:23, 13:6-13).

32. Se soltarán una gran paz y gracia en las Iglesias, especialmente las que padecieron persecución y sufrimiento (vea Efesios 1:2).

33. Se soltará un gran favor hacia las Iglesia desde los gobiernos locales (vea Hechos 2:47).

34. Habrá una gran multiplicación y crecimiento en la Iglesia por medio del evangelismo y el discipulado (vea Hechos 6:1,7).

35. Se derribarán las fortalezas y las ideologías, incluyendo al humanismo, que le impidieron a la gente recibir la verdad (vea 2 Corintios 10:4).

36. Habrá una gran aceleración de los propósitos de Dios a escala mundial, incluyendo el cumplimiento de las profecías bíblicas y las declaraciones proféticas (vea Jeremías 1:12).

37. Habrá una gran manifestación de la gloria de Dios en la Iglesia, incluyendo Su presencia manifiesta y la restauración del tabernáculo de David (vea Hechos 15; 2 Corintios 3:8).

38. Habrá una gran liberación de la unción profética, incluyendo la profecía personal, la profecía corporativa, los equipos y las compañías proféticas, los profetas, la adoración profética, las artes, la danza y los estandartes, junto a la enseñanza y la predicación proféticas. Los apóstoles alentarán el mover profético en las Iglesias locales y en las regiones (vea 1 Corintios 14).


39. Habrá una gran claridad y entendimiento de los propósitos de Dios, incluyendo la Gran Comisión (vea Isaías 14:24-27; Mateo 28:19-20).

40. Habrá una gran unidad y cooperación entre líderes y ministerios en las localidades (vea Efesios 4:3).

41. Habrá una gran liberación de las mujeres y las minorías en el ministerio y en lugares de autoridad. Se destruirán los espíritus de racismo y sexismo en la Iglesia. Naciones pequeñas y grupos de personas se soltarán en sus destinos y propósitos redentivos (vea Hechos 2).

42. Se soltarán muchos grupos pequeños a través de las estructuras celulares, impulsando a más creyentes a compartir sus dones con el Cuerpo (vea Hechos 2:46).

43. Se soltará un gran testimonio en la tierra, incluyendo el martirio (vea Apocalipsis 12:11).

44. Habrá un mayor impacto y apertura entre el pueblo judío y musulmán, sumado a otros pueblos que históricamente resistieron al Evangelio. Los líderes apostólicos confrontarán la rebelión histórica y generacional (vea Hechos 7:51).

45. Habrá una gran apertura en los medios para la promoción del Evangelio, incluyendo Hollywood.

46. Habrá una mayor manifestación de los demonios por la dureza del corazón, mientras la realidad demoníaca reacciona al avance de la Iglesia y el aumento de la apertura (vea Hechos 16).

47. Se restaurará el gobierno apropiado en la Iglesia, incluyendo la restauración del gobierno a través de los presbiterios de los apóstoles, profetas y maestros. Se desafiarán los gobiernos falsos, incluyendo el control congregacional y el episcopal (vea 1 Corintios 12:28).

48. Habrá un mayor énfasis en la santidad y la rectitud en la Iglesia. Esto ayudará a detener la ola de mundanalidad y carnalidad (vea 1 Tesalonisenses 4:1-7).

49. Habrá una mayor impartición por medio de la imposición de manos y la profecía. Esto acelerará a la gente en sus llamados y dones (vea Romanos 1:11; 1 Timoteo 4:14; 2 Timoteo 1:6).

50. Habrá una mayor unidad y equipos ministeriales. Esto será especialmente cierto sobre los apóstoles y profetas trabajando juntos para edificar, plantar y producir aperturas. Habrá un mayor entendimiento de estos dones que ayudará a los creyentes a caminar correctamente en ellos y traer una mayor bendición a la Iglesia. El resultado será el perfeccionamiento de los santos para la obra del ministerio y la edificación del Cuerpo de Cristo, en la medida que se sueltan los cinco ministerios y trabajan juntos (vea Efesios 4:11).

51. Se establecerán y reconocerán los porteros espirituales y las Iglesias en las puertas de las ciudades, regiones y territorios, que operarán con autoridad apostólica (vea Lamentaciones 5:14).

52. Se incrementará el conocimiento y la destrucción de la ignorancia y las tinieblas espirituales, incluidas la superstición y la idolatría (vea Daniel 12:4).

53. Habrá grandes aperturas en ciudades interiores y en áreas que fueron descuidadas y abandonadas (vea Isaías 54:3).

54. Habrá un mayor énfasis en la justicia y la rectitud en la sociedad, tratando con la injusticia, la desigualdad, el racismo y la discriminación (vea Isaías 56:1, 59:4).

55. Habrá un mayor énfasis en el alcance internacional, en los ministerios en las calles y en las caminatas de oración. Visiblemente se manifestará la visión fuera de las cuatro paredes de la Iglesia (vea Hechos 5:15).

56. Habrá un mayor aliento para vender y abandonar todo por causa del Reino. Habrá más conversiones radicales y compromisos de los santos (vea Mateo 19:27).

57. Se soltarán los jóvenes y los niños en salvación, los dones del Espíritu y el ministerio (vea Isaías 44:3).


58. Se soltarán los apóstoles y profetas, junto a otros ministerios, en sus llamados, siendo inspirados a moverse en esos dones por causa de aquellos que los precedieron. Se vencerá el temor y la incredulidad que impidieron que muchos caminaran en estos llamados. La restauración de estos dones significa que la abundancia de estos dones se verá en la Iglesia de los últimos tiempos. Surgirán por miles en diferentes ciudades, regiones y naciones (vea Deuteronomio 1:11).

59. La Iglesia comenzará a batallar por la fe que una vez se soltó sobre los santos (vea Judas 1:3).



60. Habrá un avivamiento y refrigerio continuo sobre la Iglesia (vea Hechos 3:19). Este es el resultado del arrepentimiento que viene por la convicción del Espíritu Santo y anunciará la llegada del Señor (vea Hechos 3:20). Se restaurará todo lo que hablaron los profetas (vea Hechos 3:21).


ADORACION

Dos tipos de ministros engañosos

Debemos tener bien en claro que Satanás no es creativo; así que si Dios constituyó cinco ministerios, el diablo constituyó cinco antiministerios, y aún, cinco falsos ministerios.


En la tierra existen dos tipos de ministros engañosos: los antiministros, que son los que sierven abiertamente a otros dioses aparte de Jehová; y los falsos ministros, que son los que dicen servir a Jehová pero no lo hacen. Los primeros son dañinos pues traen engaño a las naciones, mas los segundos son "muy" dañinos, pues traen engaño a la Iglesia y a las naciones.

Por ejemplo:

"Envía, pues, ahora y congrégame a todo Israel en el monte Carmelo, y los cuatrocientos cincuenta profetas de Baal, y los cuatrocientos profetas de Asera, que comen de la mesa de Jezabel". (1 Re. 18:19)

"Entonces dijo el profeta Jeremías al profeta Hananías: Ahora oye, Hananías: Jehová no te envió, y tú has hecho confiar en mentira a este pueblo. Por tanto, así ha dicho Jehová: He aquí que yo te quito de sobre la faz de la tierra; morirás en este año, porque hablaste rebelión contra Jehová. Y en el mismo año murió Hananías, en el mes séptimo". (Jer. 28:15-17)

Veamos ejemplos del primer grupo, de los antiministros:

Antiapóstol:
-Fredrich Nietzsche
Este filósofo alemán sentó una doctrina antiDios muy fuerte, tanto que hasta hoy sigue matando espiritualmente a hombres y mujeres, incluso a creyentes.

Nietzsche terminó su vida esquisofrénico, lo cual fue producto de las experiencias en el AntiLugar Santísimo y experiencias demoniácas.

Antiprofeta:

-Nostradamus
Este hombre profetizó muchas cosas sembrando temor en el corazón de los hombres, de las cuales ninguna se ha cumplido. Sin embargo muchísima gente cree en él.

Antievangelista:
-Spencer Tunick
Este fotógrafo viaja por el mundo sacando fotos de pueblos enteros al desnudo. Con esto desata hordas de demonios de carácter sexual, trayendo destapes a los lugares que visita.

Antipastor:

-Todos los líderes sectarios que usted conozca.

Antimaestro:

-Ricky Martin
Este cantante enseña en sus letras estilos de vida completamente en contra de la Palabra de Dios. Por ejemplo: "living la vida loca"

Tentación



Tentación 
Autor: Thomas Lieth
En el mundo realmente vemos que la tentación pulula por doquier, pero el problema no está en el mundo como tal, sino que el problema somos nosotros mismos. Mas...“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.






Un fabricante de golosinas publicita su mercadería de esta manera: “La tentación más irresistible desde que existe el chocolate”. En el mundo realmente vemos que la tentación pulula por doquier, pero el problema no está en el mundo como tal, sino que el problema somos nosotros mismos.

Mas en Santiago 1:12 al 15, leemos lo siguiente…

“Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman. Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie; sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y seducido. Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el pecado, siendo consumado, da a luz la muerte”.

Seguramente algunos de nosotros hemos experimentado la siguiente situación: estamos sentados cómodamente en el sillón, completamente satisfechos luego de comer una cena apetitosa, cuando repentinamente alguien aparece con un paquete de papitas chips y las abre. Para escapar de la tentación tenemos sólo una escapatoria: pararnos e ir inmediatamente al baño, cepillarnos los dientes y desaparecer debajo de las sábanas de la cama. Sería extremadamente peligroso que permaneciéramos allí sentados. De ser así, sucumbiríamos a tan tentadora situación. Quizás podríamos resistirnos cinco minutos, pero sabemos que la mano terminará dentro del paquete, para llevarse dos o tres papitas a la boca. ¡Entonces, estaremos perdidos! Ya que la situación no terminará con el hecho de comer dos o tres papitas, sino que continuaremos comiendo hasta ver que la bolsa esté vacía. Una vez disfrutado ese deleite, tal vez reflexionemos y digamos: “en realidad hubiera sido mejor si hubiese resistido esta tentación”. Sí, el tema son esas palabras: “en realidad”.
En realidad no debería comer tanto dulce. En realidad debería dejar el cigarrillo. En realidad no debería beber tanto alcohol. En realidad no debería conducir tan rápido. En realidad no debería mentir. En realidad debería orar más seguido. En realidad debería anotar esto y aquello en mi declaración jurada. En realidad no debería hablar continuamente mal de aquella persona. En realidad no debería ser envidioso ni celoso. En realidad no debería codiciar a aquella mujer. En realidad no debería tener estos pensamientos. En realidad no debería jugar este juego, ni ver esta película. En realidad sería mejor si no escuchara esta música, y también si no tuviera estas revistas en mis manos. Y ¿sabe algo? En realidad ya sabemos todo esto. Pero no parece ser tan importante para nosotros, porque de ser así, en realidad ya lo habríamos dejado. ¿Sabe a qué se debe este comportamiento inconsecuente? No se debe a la tentación, ni tiene que ver con la prueba… 


... sino a la: Desobediencia 

Este comportamiento paradójico, me refiero a hacer algo a pesar que uno sabe que sería mejor no hacerlo, está arraigado en la desobediencia. En teoría ya sabemos las cosas, pero no es más que un mero conocimiento intelectual, que no ha llegado a nuestro corazón. Es decir, la fe aún no se ha manifestado en nuestra obediencia. Y es precisamente por eso que tantos cristianos juegan con fuego, porque todo comienza en una forma muy inocente. Pero ya hemos visto cómo diminutas colillas de cigarrillo ocasionan grandes incendios forestales… 

Por eso, no debemos: Jugar con fuego 

Pensemos en el siguiente ejemplo. Un muchacho bien parecido va de vacaciones con una chica bonita. Ambos creen en el Señor Jesucristo y ambos saben que “en realidad” no deberían ir solos. Es sabido que este tipo de viaje de vacaciones presenta ciertos peligros y tentaciones. Pero ¿qué podría suceder?, se dicen, ya que ambos conocen los límites. Basados en ese conocimiento, cuando planifican las vacaciones queda en claro que cada uno tendrá su propia habitación. Eso se da por sobreentendido. Dicho y hecho. Durante los primeros días del viaje, cada uno duerme contento y tranquilo en su propio cuarto. Pero evidentemente, el sol de la playa y el agua del mar, el estar lejos de la familia y del hogar, el ser desconocidos en ese lugar, el no tener amigos ni enemigos allí, los incentiva a no sentir que tienen que andar casi como esquimales, y menos con una temperatura de 35 grados a la sombra. Eso hace que paulatinamente se despierte en ellos el deseo de los ojos, y con el tiempo ya ninguno de los dos trata de evitar algún tipo de contacto físico. Pero obviamente, ambos saben dónde “en realidad” están los límites. A medida que hacen diferentes escalas en su viaje de vacaciones, sin quererlo, comienzan a pedir habitaciones dobles en los hoteles. Es que cuando tímidamente preguntaban si había dos habitaciones simples, recibían una mirada incrédula y hasta una sonrisa burlona. Luego, el administrador del hotel les hace percatarse que dos habitaciones simples son bastante más caras que una habitación doble. Este es un argumento que consideran importante, por lo cual deciden darle un vistazo a la habitación doble. ¡Y miren eso! ¡Qué maravilla! ¡Hasta hay dos camas separadas en la habitación! Una pequeña mirada les alcanza para decidir. “Sí, claro, nos quedaremos con esta habitación doble”. Una vez tomada esa decisión, a la segunda noche, una de las dos camas queda libre… 

¿Qué fue lo que faltó?: Firmeza al principio… 

Se debe ser firme al principio, luego el pecado huirá. Esto es lo que nos quieren decir las palabras de Santiago 4:7 y 8: “Someteos, pues, a Dios”. Este no debe ser un episodio único cuando nos convertimos y nacemos de nuevo, sino algo que se repita una y otra vez, pues la Biblia dice: “Resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros”. Acercarse a Dios es el principio y el final de la cuestión. ¿De qué manera nos acercamos a Dios? A través de la comunión constante con Él, a través de la oración, de la lectura, de escuchar su Palabra, y a través de la comunión con los santos, al asistir a todas las reuniones de la iglesia. Cuanto más involucrados estemos con Dios y su Palabra, menos cabida habrá en nuestro corazón para las tentaciones y los astutos ataques de Satanás. 

Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones”, dice la Palabra de Dios. El doble ánimo es la gran problemática de muchos cristianos. Implica que somos cristianos a medias. Sí, creemos que sabemos muchas cosas, que “en realidad” queremos agradar a Dios y servirle, pero al mismo tiempo queremos disfrutar del mundo. Es precisamente esta estrategia la que no funciona. No podremos resistir las tentaciones si realmente no nos decidimos a llevar de todo corazón una vida de santidad. 

Comencemos a: Andar en el Espíritu 

En Gálatas 5:16 leemos: “Digo, pues: andad en el Espíritu, y no satisfagáis los deseos de la carne”. La tentación no consiste meramente en el erotismo y la sensualidad, sino que estamos hablando de tentaciones en general. La cuestión es: ¿queremos ser obedientes a Dios y dejar a un lado todas las cosas que nos conducen a la tentación? ¿Queremos alegrar o entristecer al Señor con nuestras vidas? 1 Juan 2:15 al 17 nos dice: “No améis al mundo, ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él. Porque todo lo que hay en el mundo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no proviene del Padre, sino del mundo. Y el mundo pasa, y sus deseos; pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre”. ¿Estamos dispuestos a llevar a la práctica nuestro conocimiento teórico (“en realidad no debería hacer esto”)? ¿Acaso no queremos demostrar nuestra fe por medio de la obediencia?
No le demos cabida al pecado 

Dejemos de decir: “En realidad no debería hablar mal de mi prójimo” y, directamente, ya no lo hagamos. Debemos dejar de decir “En realidad no debería conducir tan rápido”, y ya no hacerlo. Debemos dejar de decir “En realidad ya no debería mentir”, y ya no hacerlo. Debemos dejar de decir: “En realidad no debería estar constantemente celoso y envidioso” y, directamente, ya no hacerlo. Debemos dejar de decir: “En realidad no debería continuar con esta relación”, y terminar directamente con la misma. Debemos dejar de decir “En realidad ya no debería leer estas revistas”, y directamente ya no tomarlas siquiera. Debemos dejar de decir: “En realidad debería agradar más a mi Señor y orar más”, y hacerlo. Atesoremos las palabras de Santiago 1:12 al 15. Ya no le dé cabida al pecado en su vida, sino ábrale el corazón a las palabras y a las obras de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. 

El Señor es quien fortalece 

Una persona incrédula no puede resistir las tentaciones, pero el Señor Jesucristo fortalece a quienes creen en Él y le aman, si así lo quieren. Si se lo pedimos con sinceridad, Él nos dará la fuerza necesaria para vencer las tentaciones, para ponerle fin a nuestros deseos y concupiscencias tentadoras. “¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?” (nos dice 1 Juan 5:5). El propio Jesús resistió la tentación, venciendo la seducción del mundo y obteniendo la victoria sobre lo satánico de este mundo. Tenemos la promesa de también disfrutaremos de esta victoria. La cuestión es si así lo deseamos. 


En 2 Tim. 2:22 dice: “Huye también de las pasiones juveniles, y sigue la justicia, la fe, el amor y la paz, con los que de corazón limpio invocan al Señor”. ¿Queremos atesorar esto? ¿Queremos agradar a Dios y vivir una vida que le satisfaga? 

El Señor nos dé a cada uno de nosotros la fuerza para querer hacer Su voluntad, y para hacerla. Amén. 

“Recuperando nuestra tierra para Él”

Por Francis Frangipane

Uno de los grandes errores de la Iglesia es basar su fe y sus estándares por los logros del pasado.

 Muchas promesas se deben cumplir antes que vuelva Jesús. La Biblia nos dice que la Iglesia no sólo experimentará “tiempos peligrosos”en los últimos días (2 Timoteo 3:1), sino tiempos de renovación y restauración (Hechos 3:21).

Consecuentemente, en medio de los conflictos mundiales, el Reino de Dios en la tierra será restaurado y renovado continuamente hasta que sea como el Reino de Dios en los Cielos. Espere ver nuevas cosechas y expresiones del poder y la gloria de Dios. Debemos esperar ver maravillas que nuestros padres no vieron (Hechos 2:19–21). Sí, también debemos confiar que nuestros hijos caminarán en las promesas que no pudimos poseer.

¡No sea condicionado por el pasado!

Una vez más podemos encontrar aliento y guía en la vida de David. Él nació en un tiempo similar al nuestro. Los hebreos estaban en la tierra prometida, pero compartieron la tierra con enemigos que no conquistaron. Cuando David llegó a ser rey, supo que Dios prometió más para Israel que las cosas que alcanzaron los judíos. En particular era el hecho que los Jebuseos aún ocupaban el área que hoy se conoce como Jerusalén. Si David se hubiera medido a sí mismo por los éxitos de sus predecesores, nunca habría contemplado un ataque contra los Jebuseos. Estos eran un pueblo fiero de los montes y, a pesar de estar en la lista de las naciones que Israel debía desalojar, nunca los habían conquistado.
Piense en esto: Los mayores héroes de Israel desde Josué hasta los Jueces, trataron de conquistar a los Jebuseos y fallaron. Por tanto, los Jebuseos despreciaron los planes de David para poseer la ciudad principal, Jebús (Jerusalén). Se burlaban del joven rey de Israel diciendo: “Aquí no entrarás; para ponerte en retirada, nos bastan los ciegos y los cojos” (2 Samuel 5:6).

Aquí vemos dos lecciones. 

Primero: cualquiera que desee ver el cumplimiento de las promesas asombrosas de Dios, el Señor le dice: ¡No sea condicionado por el pasado! Aunque no haya visto el poder de Dios sobre su Iglesia, ciudad o nación, Dios puede cambiar todas las cosas en una noche.

 Segundo: Es probable que no sea el diablo quien lo ataca para derrotarlo, quizá deba cuidarse del consejo equivocado de los cristianos incrédulos. Recuerde, la burla de los jebuseos era que “… aun los ciegos y los cojos te echarán”. Podemos mantenernos firmes en la fe contra las huestes espirituales de maldad sólo para ser derrotado por “la ceguera y la cojera” espiritual sentada a nuestro lado en la congregación.


¿Quiénes son los ciegos?

Los que no ven la visión que usted ve. Son ciegos para ver el futuro de fe que Dios puso en su corazón. No podemos permitir que la gente que no comparte nuestra visión sean nuestros consejeros. Cuídese de simpatizar con los ciegos espirituales. Un poco de levadura de su incredulidad puede minar su fe en el tiempo de batalla.
Junto a los ciegos espirituales están los cojos emocionales. Esta gente tropezó con todo (o todos) en el pasado. Ya no le siguen el paso al Señor. Cuídese de compartir sus sueños con los cínicos. Si consideramos las advertencias de los cojos, sólo será una cuestión de tiempo antes que sus excusas nos quiten las fuerzas.Nosotros también podemos volvernos demasiado cautos o suspicaces.

Aunque necesitamos el consejo de otros cristianos y debemos perdonar a los que se nos oponen, no podemos permitir que nos guíen las palabras de los ciegos espirituales y los cojos emocionales.

Dios es la Palabra

En nuestro mundo, nuestros enemigos reales no son las personas, sino las fuerzas espirituales de maldad que influencian nuestras comunidades. Debemos recordar que si estamos sufriendo por ser ciegos o cojos, Jesús nos puede sanar. Pero el hecho es que como aquellos jebuseos, satanás observó las fallas de muchos cristianos antes que nosotros. Podemos sentir el desprecio del diablo mientras los pastores e intercesores oran por un avivamiento en la ciudad o en la nación. El escarnio del diablo nunca carece de sustancia, generalmente hablando, nuestros antecesores espirituales no tuvieron éxito en desarraigar las fortalezas de maldad sobre sus ciudades. La historia está del lado del adversario.

Pero Dios nos entregó su Palabra inalterable e inmutable. Nos promete: “Pues la visión se realizará en el tiempo señalado; marcha hacia su cumplimiento, y no dejará de cumplirse. Aunque parezca tardar, espérala; porque sin falta vendrá. El insolente no tiene el alma recta, pero el justo vivirá por su fe” (Habacuc 2:3-4).
Vivir por fe es creerle a Dios hasta que la visión se cumpla. David creyó en Dios y a pesar que la historia estaba del lado de los jebuseos, leemos: “Pero David logró capturar la fortaleza de Sión, que ahora se llama la Ciudad de David” (2 Samuel 5:7).

Había algo en David desde sus primeros años que lo urgía hacia la victoria sobre los jebuseos. Las Escrituras nos dicen que cuando David era joven, después de matar a Goliat tomó la cabeza del filisteo y la llevó a Jerusalén (1 Samuel 17:54). Recuerde que en ese tiempo Jerusalén se llamaba Jebús y estaba ocupada por los jebuseos. Fue como si dijéramos: “Ok, sólo soy un joven, pero conquisté al gigante filisteo. Recuérdenme, volveré”. Menos de veinte años después, David regresó como rey de Israel. Luego de conquistar a Goliat, conquistó la fortaleza de los jebuseos y la llamó “la ciudad de David”, aunque luego se llamó Jerusalén.stern006.gif (3070 bytes)

Como puede ver, esto no tiene que ver con el cumplimiento de nuestro propósito sino con la Palabra de Dios, porque ella no puede regresar a Él sin cumplir aquello para lo cual fue enviada. Cuando el rey David oyó las burlas de los jebuseos, no permitió que la incredulidad lo arrastrara, tampoco que su fe se quebrara por las fallas de sus antecesores. En lugar de ello, y esto es importante, David emprendió la batalla a la luz de las promesas de Dios. Se afirmaba en la promesa hecha por el Señor a Abraham y su simiente: “…tus descendientes conquistarán las ciudades de sus enemigos” (Génesis 22:17). Mientras el enemigo pudo haber escrito la historia de este lado, David tenía la Palabra inalterable de Dios de su lado.
La influencia de Dios en nuestras comunidades

La herencia de los hijos espirituales de Abraham es llevar la influencia prevaleciente de Dios hacia las comunidades y por medio de Cristo, poseer las ciudades. Esa no es mi palabra o la de ustedes, sino una promesa del Dios todopoderoso, lo dijo y lo cumplirá. Su pueblo poseerá las puertas de sus enemigos. ¡Nuestro reproche es que el diablo quiere más nuestras ciudades que la Iglesia! El deseo de David por Jerusalén venía de Cristo, porque más adelante se transformó en la ciudad de David y luego en la ciudad de Dios.stern006.gif (3070 bytes)

Así como David creyó las promesas de Dios, nosotros también. El Señor juró que “todas las naciones vendrán a la luz” (Isaías 60:3). ¿A quién le creemos? ¿Tomaremos consejo de los ciegos si no pueden ver el potencial que vemos nosotros? Tomemos a Dios por su Palabra. Permítame establecer esto otra vez: Jesús mismo nos aseguró que “todas las cosas son posibles para el que cree” (Marcos 9:23). ¿Usted cree o sólo es un buen incrédulo que va a la Iglesia?

Amado, si fallamos no debemos avergonzarnos. Simplemente debemos unirnos a las filas de los héroes espirituales que fueron antes que nosotros y “murieron en fe, sin recibir las promesas” (Hebreos 11:13). En verdad, es mejor morir en fe que vivir dudando.Considere esto: ¿Qué ocurriría si tenemos éxito? ¿Qué ocurriría si a través del proceso de creer en Dios nos imparte la perseverancia y el carácter de Cristo, descubriendo cómo nos ayuda a recuperar nuestra tierra para Él?stern006.gif (3070 bytes)

Señor, prometiste que las naciones vendrían a nuestra luz. Perdóname por ser incrédulo y aferrarme a los errores del pasado. Creo que tú preparaste nuestra nación para grandes cosas.Seguiremos tu promesa para desalojar a nuestros enemigos, aún como David conquistó la gran ciudad que llevaría el nombre de Jerusalén.stern006.gif (3070 bytes)

En el nombre de Jesús, Amén.