“El desafío del almendro, Dios te pregunta: ¿Qué ves?”
Por Kathie Walters
Tengo una pregunta para usted hoy y creo que viene de parte de Dios. Dios le hizo a Jeremías la misma pregunta que le estoy haciendo a usted. ¿Listo?
Primero, veamos un poco el panorama. Recuerde que al principio, el ministerio de Jeremías no estaba muy establecido. Quiero decir, no corría por Israel dictando grandes conferencias y hacienda seminarios. Era un niño. Bueno, un adolescente.
Cuando Dios habló por primera vez con Jeremías acerca de su llamado a predicar, le dijo: “Jeremías, sabes que te llamé desde antes de tu nacimiento y te ordené como profeta a las naciones”. Bueno, Jeremías se enloqueció. Había oído esto antes, después de todo, su padre era un predicador. Pero en su mente siempre está el pensamiento: “Alguna vez, cuando sea más maduro”.
Jeremías le respondió al Señor diciendo: “Debes estar bromeando. Soy sólo un niño, no me llames. No puedo hacer nada”. Ahora, esta es mi traducción personal, pero siga leyendo, esto es lo que dice. Si quiere la versión bíblica, Jeremías dijo: “¡Ah! ¡ah, Señor Jehová! He aquí, no sé hablar, porque soy niño” (Jeremías 1:6). Pero usted sabe que la gente no hablaba con estas palabras, tampoco lo hacemos nosotros hoy día.
Dios ignoró la visión que Jeremías tenía de sí mismo como un niño inútil. Le respondió: “No digas eso, porque Yo puse mi Palabra en tu boca”. Luego Dios le entregó una comisión bien fuerte, justo allí. ¿Le dijo: “Ahora Jeremías, vete a la escuela bíblica y estudia duro hasta el día en que madures y luego pueda usarte para el ministerio?”. ¡No! Más allá de todo sentimentalismo, Dios le dijo al adolescente: “Oh, sí, te llamé a ir a las naciones; de hecho, te envié sobre naciones y reinos” (la palabra reinos usualmente incluye muchos países). “Puedes derribar y plantar cualquier toda clase de cosas poderosas”. Le dijo a Jeremías que no debía temerle a sus caras: “Yo estaré allí contigo”. Cuando dicen que la cara (o los ojos) son el espejo del alma, permítame decirle que es así.
Sin siquiera detenerse a preguntarle a Jeremías si estaba de acuerdo, Dios le sigue diciendo: “Bueno, ¿qué ves Jeremías?”. El padre de Jeremías era un sacerdote y fue usado por Dios, pero no en ese momento. Dios dijo: “¿Qué ves Jeremías?”. Jeremías tenía que desarrollar su fe y rápido. Eso implica ver por fe. El joven Jeremías tuvo una visión: “Veo una vara como de almendro”.
La vara de Aarón era de una rama de almendro y en Hebreo significa “despertador”. Jeremías estaba viendo su destino en su fe (pero aún no se había dado cuenta). Fue llamado a ser un “despertador”. Dios le dijo que profetizara y desafiara al pueblo de Israel acerca de su llamado y su destino. Dios le dijo que fuera y los despertara. Personalmente, le pidió a Dios que enviara a cualquier otro porque se consideraba ignorante. Bueno, trató de hacerlo, pero no funcionó.
¿Sabe por qué? A menudo a la gente no le gusta despertarse. No mucha gente se despierta de su letargo con buen humor. Usted sería muy infeliz con la causa del “despertador”. El “despertador” era un buen nombre para Jeremías. “Sr. Popularidad” no era exactamente su descripción personal.
Entonces, esta es mi pregunta del Señor para usted: “¿Qué es lo que ve?”. No estoy hablando de la realidad natural.
Tómese un tiempo para relajarse, disfrute de una buena comida, descanse, tómese un par de días y luego vaya a sentarse a los pies de Jesús. Luego entre en un descanso y pídale al Espíritu Santo que le muestre lo que ve sobre su vida. No para su ciudad, su Iglesia, su esposo o su esposa, sino para usted a nivel personal. Su visión debe comenzar con usted, ¿cierto? Si usted no tiene una visión real de sí mismo, no podrá ser capaz de creer con alguien más para su visión.
El punto acerca de la visión
¿Recuerda aquellos viejos aparatos de TV? Tenían un tubo y cuando envejecía, comenzaba a apagarse. ¿Recuerda qué sucedía cuando el tubo comenzaba a agotarse? La imagen se reducía más y más. Nadie quería comprar un tubo nuevo porque era demasiado caro, entonces se esperaba hasta el último momento. Había que ponerse de costado para ver las imágenes distorsionadas.
¿Qué es lo que ve? Mucha gente está viendo una imagen distorsionada. Mi esposo David dice: “Muchos cristianos no le apuntan a nada y le disparan”. Usted sólo puede apuntarle a lo que ve. Si ve un llamado pequeño, un destino pequeño o una visión pequeña, eso es todo a lo que le va a apuntar.
Mi desafío para usted es este: Vea lo que Dios ve para su vida. Él tiene una gran visión, ¡una visión enorme! Vemos nuestra ciudad, nuestra familia o un pequeño lugar en medio de un gran esquema de cosas. Pero Dios ve naciones, Dios ve un lugar sin paredes. Dios no tiene limitaciones en su visión. No ve límites para usted, puede tener todo lo que crea y puede creer todo lo que ve; si puede verlo por fe. Tiene la fe de Dios en usted, ¡créalo! Porque: “…a todos los hombres se les dio una medida de fe” (Romanos 12:3).
¿Cuál es su aventura?
La Biblia dice que la voluntad de Dios es agradable, “Me deleito haciendo tu voluntad, Oh Dios” (Salmo 40:8).
Dios pone sus deseos en su corazón. En otras palabras, pone sus deseos en su corazón para que al obrar de acuerdo a su corazón, sea agradable, hermoso, lleno de aventura y lleno de Dios. Todo lo que tiene que hacer es permitir que el Espíritu Santo le muestre lo que Él ve para usted. Tiene un destino hermoso, maravilloso, grandioso y enorme que alcanzar.
Si está haciendo algo en cuanto a servir a Dios y no es agradable, olvídelo; sólo son obras. Y Dios no está interesado en nuestras obras, sólo en las obras de Él. Nunca ungirá nuestras obras, sólo las de Él. La gloria de Dios nunca vendrá sobre lo que usted hace, sino sobre lo que Él hace. No es tratando, es rindiéndose a la unción.
¿No es más sencillo rendirse en lugar de tratar y desgastarse trabajando? Tratar puede ser muy cansador. Dios no está corriendo alrededor de la ciudad para reclutar obreros para el Reino, sólo está esperando que sus hijos e hijas se levanten y sean lo que Él los llamó a ser. Usted no es un pecador salvo por gracia, fue un pecador salvo por gracia, pero ahora es un hijo o hija del Dios Todopoderoso. Usted es la realeza de la Realeza, un heredero de justicia y un heredero del Reino. No tiene que ganárselo, no puede calificar para ello, Jesús le entregó esta herencia gratuitamente. Pagó por ella al 100% cuando murió y resucitó.
Pero primero, alégrelo a Él
Casi me olvido de recordarle que su primer llamado es alegrar a Dios. Él lo llamó a alegrarlo en primer lugar. No sirva al Señor si primero no lo alegra. ¿Sabía que Jesús está enamorado de usted? Él lo adora por completo, no lo tolera. Él lo creó desde su naturaleza divina, la eternidad está en usted. Él le entregó su poder y su justicia, vistiéndolo con la hermosura de su Salvación.
Este es un camino nuevo y vivo; camine en él y comience a ver lo que Él ve para usted.
Kathie Walters