Hay algunas cosas en la vida que no se pueden alcanzar por medios baratos o superficiales. Un gran número de escrituras nos llaman a algo mucho más consumidor y satisfactorio que sólo tener una religión acerca de Jesucristo. Y aun así, el reto es enfocarnos y concentrar nuestros esfuerzos para hacernos con aquello que Jesús vino a dar. Él nos advertió: "Porque como en los días de Noé, así será la venida del Hijo del Hombre. Pues como en aquellos días antes del diluvio estaban comiendo y bebiendo, casándose y dándose en casamiento hasta el día en que Noé entró en el arca, no se dieron cuenta hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos, así será también la venida del Hijo del Hombre" (Mateo 24:37-39).
REDIMAMOS EL TIEMPO
La mayor batalla que tal vez lidiemos cada uno es mantenernos enfocados en Dios el tiempo suficiente para aprender a morar en Su presencia. Antes de poder redimir al mundo, debemos redimir nuestro tiempo. Tal vez hayamos creído que con todas las comodidades modernas para ahorrar tiempo que tenemos en la vida esta sería tarea fácil, pero no es así.
La verdadera prueba al final del siglo es: ¿Podemos morar en un lugar de renovación enfocada? Aquellos a quienes he conocido que han caído en el pecado no fueron nunca tomados súbitamente por el enemigo. Su fracaso siempre fue precipitado por una erosión anterior de su enfoque, su tiempo con Dios era cada vez más reducido siendo reemplazado por cosas no espirituales. Sin la ayuda de Dios, la tentación de Satanás vino al corazón vulnerable y sin fuerzas para resistir.
"Pero sabed esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría dejado que forzaran la entrada a su casa" (Mateo 24:43).
LO PRIMERO QUE ROBA EL DIABLO ES...
Hablando del diablo, Jesús dio la advertencia que "el ladrón no viene sino para robar, matar y destruir" (Jn 10:10). Amados, lo primero que el diablo roba es tiempo. Una vez rindamos nuestro tiempo devocional con Dios a las cosas no espirituales, una vez que este mundo se haga más importante para nosotros que el siguiente, el enemigo tiene acceso para "matar y destruir"
nuestra virtud y nuestra fuerza espiritual.
Una vez más, Jesús enseñó una parábola acerca de cierto hombre que estaba celebrando un banquete y "envió a su siervo para decir a los invitados: 'Venid, porque ya está preparado'. Pero todos a una comenzaron a disculparse" (Lucas 14: 17-18).
Cuando el Señor nos llama a que nos acerquemos a Él, ¿le damos excusas? Estoy cansado. Tengo hambre. Estoy ocupado. Jesús nos dice que las razones para evitarle parecerán legítimas: "He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que me disculpes"; "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me disculpes"; El otro dijo: "Acabo de casarme y por tanto no puedo ir". (Lucas 14:19-20).
Sé que parece radical, pero lo que Jesús está expresando finalmente es tan contrario a la imagen que tenemos de Él que su próxima exhortación casi no parece cristiana. Dejen que les recuerde que no le estaba hablando sólo a Sus apóstoles o a otros "de importancia" entre sus trabajadores, sino que se volvió y le habló a las "grandes multitudes que iban con Él" (Lucas 14:25).
"Si alguno no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que así mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14: 26-27).
ESCOJÁMOSLE A ÉL POR ENCIMA DE TODO
Así siento Sus palabras en mi corazón, para mí está diciendo que no debemos permitir que ninguna relación desafíe Su amor y llamado sobre mi vida. Además, si hay que tomar alguna decisión acerca de hacer Su voluntad, debo siempre escogerle a Él por encima de los intereses de todos los demás, incluidos los míos. Toda otra relación que yo pueda tener parecería ser de odio por comparación, al medirla según mi amor y obediencia a Jesús.
Claro que el amar a Jesús trae a todas mis otras relaciones lo mejor del cielo, poseo algo de la vida de Cristo que le da un mayor amor a mi familia y amigos, e incluso a mi propia alma.
Por encima de todo, hay que escoger a Cristo.
Dirás, "Esto no se parece al Jesús que conozco, Él ama a todos". Sí, pero también sabe que la batalla por nuestras almas será feroz, y que para que tengamos éxito en nuestro trayecto espiritual, Él debe estar en primer lugar.
UN TIEMPO PARA BUSCAR A DIOS
En la vida hay muchas estaciones. En Proverbios vemos que hay un tiempo para cada propósito debajo del cielo. Amados, creo que es el momento para acercarnos a Dios, para preparar nuestros corazones para Su presencia. Simplemente no hay sustituto para la presencia de Dios.
David era un rey. Su vida estaba llena de numerosas responsabilidades y claramente le apasionaban muchas cosas. Aun así, escribió "El corazón me dice: 'Busca la presencia del Señor.' Y yo, Señor, busco Tu presencia" (Salmo 27:8).
Si el Espíritu Santo susurra a tu corazón que quiere más de tu tiempo, cuando el Señor dice "Busca Mi presencia", ¿qué dices tú? Oh, amado, aquí está la verdadera batalla por tu alma. Tu victoria no está en lograr más consejería, sino en que respondas a la llamada del Señor.
El resultado de buscar a Dios es que Él nos guía en una vida absolutamente carente de temor (ver Salmo 27:1-4). David dice: "Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo Su sombra me protegerá. ¡Me pondrá a salvo sobre una roca!" (Salmo 27:5).
Hoy, con tantas distracciones, ¿qué lugar ocupa el Señor en tu vida? Si te llamara a profundizar tu caminar, a buscar Su rostro, ¿cómo responderías? Cuando Él dice "Busca Mi presencia", ¿qué le responde tu corazón?
REDIMAMOS EL TIEMPO
La mayor batalla que tal vez lidiemos cada uno es mantenernos enfocados en Dios el tiempo suficiente para aprender a morar en Su presencia. Antes de poder redimir al mundo, debemos redimir nuestro tiempo. Tal vez hayamos creído que con todas las comodidades modernas para ahorrar tiempo que tenemos en la vida esta sería tarea fácil, pero no es así.
La verdadera prueba al final del siglo es: ¿Podemos morar en un lugar de renovación enfocada? Aquellos a quienes he conocido que han caído en el pecado no fueron nunca tomados súbitamente por el enemigo. Su fracaso siempre fue precipitado por una erosión anterior de su enfoque, su tiempo con Dios era cada vez más reducido siendo reemplazado por cosas no espirituales. Sin la ayuda de Dios, la tentación de Satanás vino al corazón vulnerable y sin fuerzas para resistir.
"Pero sabed esto: Si el dueño de casa hubiera sabido a qué hora habría de venir el ladrón, habría velado y no habría dejado que forzaran la entrada a su casa" (Mateo 24:43).
LO PRIMERO QUE ROBA EL DIABLO ES...
Hablando del diablo, Jesús dio la advertencia que "el ladrón no viene sino para robar, matar y destruir" (Jn 10:10). Amados, lo primero que el diablo roba es tiempo. Una vez rindamos nuestro tiempo devocional con Dios a las cosas no espirituales, una vez que este mundo se haga más importante para nosotros que el siguiente, el enemigo tiene acceso para "matar y destruir"
nuestra virtud y nuestra fuerza espiritual.
Una vez más, Jesús enseñó una parábola acerca de cierto hombre que estaba celebrando un banquete y "envió a su siervo para decir a los invitados: 'Venid, porque ya está preparado'. Pero todos a una comenzaron a disculparse" (Lucas 14: 17-18).
Cuando el Señor nos llama a que nos acerquemos a Él, ¿le damos excusas? Estoy cansado. Tengo hambre. Estoy ocupado. Jesús nos dice que las razones para evitarle parecerán legítimas: "He comprado un campo y necesito salir para verlo; te ruego que me disculpes"; "He comprado cinco yuntas de bueyes y voy a probarlos. Te ruego que me disculpes"; El otro dijo: "Acabo de casarme y por tanto no puedo ir". (Lucas 14:19-20).
Sé que parece radical, pero lo que Jesús está expresando finalmente es tan contrario a la imagen que tenemos de Él que su próxima exhortación casi no parece cristiana. Dejen que les recuerde que no le estaba hablando sólo a Sus apóstoles o a otros "de importancia" entre sus trabajadores, sino que se volvió y le habló a las "grandes multitudes que iban con Él" (Lucas 14:25).
"Si alguno no me ama más que a su padre, a su madre, a su esposa, a sus hijos, a sus hermanos y a sus hermanas, y aun más que así mismo, no puede ser mi discípulo. Y el que no toma su propia cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo. (Lucas 14: 26-27).
ESCOJÁMOSLE A ÉL POR ENCIMA DE TODO
Así siento Sus palabras en mi corazón, para mí está diciendo que no debemos permitir que ninguna relación desafíe Su amor y llamado sobre mi vida. Además, si hay que tomar alguna decisión acerca de hacer Su voluntad, debo siempre escogerle a Él por encima de los intereses de todos los demás, incluidos los míos. Toda otra relación que yo pueda tener parecería ser de odio por comparación, al medirla según mi amor y obediencia a Jesús.
Claro que el amar a Jesús trae a todas mis otras relaciones lo mejor del cielo, poseo algo de la vida de Cristo que le da un mayor amor a mi familia y amigos, e incluso a mi propia alma.
Por encima de todo, hay que escoger a Cristo.
Dirás, "Esto no se parece al Jesús que conozco, Él ama a todos". Sí, pero también sabe que la batalla por nuestras almas será feroz, y que para que tengamos éxito en nuestro trayecto espiritual, Él debe estar en primer lugar.
UN TIEMPO PARA BUSCAR A DIOS
En la vida hay muchas estaciones. En Proverbios vemos que hay un tiempo para cada propósito debajo del cielo. Amados, creo que es el momento para acercarnos a Dios, para preparar nuestros corazones para Su presencia. Simplemente no hay sustituto para la presencia de Dios.
David era un rey. Su vida estaba llena de numerosas responsabilidades y claramente le apasionaban muchas cosas. Aun así, escribió "El corazón me dice: 'Busca la presencia del Señor.' Y yo, Señor, busco Tu presencia" (Salmo 27:8).
Si el Espíritu Santo susurra a tu corazón que quiere más de tu tiempo, cuando el Señor dice "Busca Mi presencia", ¿qué dices tú? Oh, amado, aquí está la verdadera batalla por tu alma. Tu victoria no está en lograr más consejería, sino en que respondas a la llamada del Señor.
El resultado de buscar a Dios es que Él nos guía en una vida absolutamente carente de temor (ver Salmo 27:1-4). David dice: "Cuando lleguen los días malos, el Señor me dará abrigo en su templo; bajo Su sombra me protegerá. ¡Me pondrá a salvo sobre una roca!" (Salmo 27:5).
Hoy, con tantas distracciones, ¿qué lugar ocupa el Señor en tu vida? Si te llamara a profundizar tu caminar, a buscar Su rostro, ¿cómo responderías? Cuando Él dice "Busca Mi presencia", ¿qué le responde tu corazón?
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