CUANDO HAY QUE ESPERAR UN AVIVAMIENTO


Por Charles G. Finney

1. Cuando hay falta de amor fraternal y confianza cristiana entre los que profesan ser religiosos, entonces es necesario un avivamiento. Entonces hay una clara Ilamada de Dios para avivar su obra.

2. Cuando hay disensiones, celos, murmuraciones entre los que profesan ser religiosos, entonces hay gran necesidad de un avivamiento. Estas cosas muestran que los cristianos se han alejado de Dios, y es hora de pensar seriamente en un avivamiento.

3. Cuando hay un espíritu mundano en la Iglesia. Es evidente que la Iglesia se ha hundido en un estado bajo y resbaladizo, cuando se ve a los cristianos que se ajustan al mundo en cuanto a vestido, comportamiento y fiestas, buscando diversiones mundanas, leyendo novelas y otros libros que el mundo lee.

4. Cuando la Iglesia encuentra que sus miembros caen en pecados graves y escandalosos, es el momento de despertar y clamar a Dios por un avivamiento de la religión.

5. Cuando los pecadores son descuidados e indiferentes, es hora de que los cristianos se muevan. Es su deber, no menos que lo es el de los bomberos cuando suena la campana de incendios, en una gran ciudad, el ir a apagarlo. La Iglesia tendría que apagar los fuegos del infierno que alcanzan a los malvados. ¡Dormir! ¿Puede dormir el bombero y dejar que arda toda la ciudad? ¿Que pensaríamos de un bombero asi? Y con todo, su culpa no puede compararse con la de los cristianos que duermen mientras los pecadores que les rodean se van hundiendo en los fuegos del infierno.

6. Si un ministro encuentra que ha perdido en algún grado la confianza de su grey, tendría que trabajar para un avivamiento, como el único medio de ganar la confianza de los suyos otra vez. Y no ya para ganar su confianza, sino que un avivamiento conseguido por medio de él como instrumento restaurará la confianza de los suyos que oran. De modo que si un anciano o un miembro particular de la Iglesia encuentra a sus hermanos fríos hacia él, sólo hay un modo de restaurarlos. Es siendo avivado él mismo, vertiendo desde sus ojos e irradiando de su vida el esplendor de la imagen de Cristo.

El hecho es, que los cristianos tienen más culpa de no ser reavivados que los pecadores de no ser convertidos.

7. Una Iglesia que declina de esta manera no puede continuar existiendo sin un avivamiento. Si recibe nuevos miembros, éstos, en general, serán personas poco o nada piadosas. Sin un avivamiento no habrá, probablemente, tantas personas nuevas convertidas como las que morirán en un año. Ha habido iglesias en este pais cuyos miembros se han ido muriendo, y como no había avivamientos para convertir a otros en su lugar, la Iglesia ha ido muriendo y la organización se ha disuelto.

8. Sin un avivamiento los pecadores se irán endureciendo bajo la predicación y experimentarán una condenación más horrible que si no hubieran oído el Evangelio. Vuestros hijos y amigos irán a una condenación más horrible en el infierno, como consecuencia de no hacer caso de los medios de gracia, si no hay avivamientos para convertirlos a Dios. Mejor sería para ellos que no hubiera medios de gracia, ni santuario, ni Biblia, ni predicación, que el vivir y morir donde no hay avivamiento. El Evangelio es un cauce para llevar la muerte o lo muerto, si no es hecho un cauce de vida para vida.

9. No hay otro medio por el cual la Iglesia pueda santificarse, crecer en la gracia y ser preparada para el cielo. ¿Qué es crecer en la gracia? ¿Es oír sermones y oír nuevas nociones sobre religión? No; de ninguna manera. El cristiano que hace esto, y nada más, está empeorando cada día, se endurece y cada semana será más dificil ponerle a la altura de su deber.

10. Puede esperarse un avivamiento cuando los cristianos tienen un espíritu de oración para el avivamiento. Esto es, cuando oran como si sus corazones estuvieran dedicados a ello. A veces los cristianos no se dedican de modo definido a orar por un avivamiento, ni cuando son fervientes en la oración. Su mente está en otras cosas; oran por otras cosas --la salvación de los paganos y cosas así-- y no por un avivamiento entre ellos mismos. Pero cuando sienten la necesidad de un avivamiento, entonces oran pidiéndolo; sienten que lo necesitan para sus propias familias y la vecindad; piden por ellos como si no se les pudiera negar aquello que piden.

¿Qué es lo que constituye un espíritu de oración? ¿Son muchas oraciones y palabras fervientes? ¡No! La oración es un estado del corazón. El espíritu de oración es un estado de deseo continuo y ansia de la mente para la salvación de los pecadores. Es algo que pesa sobre uno. Es Io mismo, en cuanto se refiere a la mente, que cuando un hombre está ansioso por algún interés mundano. Un cristiano que tenga este espíritu de oración siente angustia por las almas. Este es el tema de sus pensamientos en todo momento, y hace que parezca y que obre como si tuviera una carga en su mente. Piensa en ello de día, sueña en ello de noche. Esto es propiamente el "orar sin cesar". Sus oraciones parecen fluir del corazón como fluiría un líquido: "Oh, Señor, aviva tu obra." Algunas veces este sentimiento es muy profundo; hay personas que se han inclinado tanto orando que su espalda ha quedado doblada.

11. Este espíritu no es en modo alguno entusiasmo. Es exactamente lo que sentía Pablo cuando dice: "Hijitos míos, por quienes sufrí dolores de parto." El sufrimiento de esta alma es una profunda agonía, que las personas sienten cuando han echado mano de Dios para esta bendición, y no le dejan ir hasta que la reciben. No quiero decir que es esencial para un espíritu de oración que su tensión tenga que ser asi. Pero un deseo ferviente, persistente, profundo, para la salvación de los pecadores es lo que constituye el espíritu de oración para un avivamiento.

12. Cuando este sentimiento existe en una iglesia, a menos que este espíritu sea agraviado por el pecado, habrá infaliblemente un avivamiento de cristianos, generalmente, el cual implicará la conversión de pecadores a Dios. Un pastor me contó una vez de un avivamiento entre su grey, que había comenzado con una mujer celosa en la fe y de gran piedad de la Iglesia. Esta mujer sentía ansia por los pecadores, y se entregó a orar por ellos; oró y su afiicción aumentó; y finalmente fue a su pastor y habló con él, pidiéndole que convocara una reunión para personas interesadas, porque sentía que era necesario. El pastor no compartió su opinión, porque él no sentia que hubiera esta necesidad.

La semana siguiente ella fue a verle otra vez y le rogó que convocara esta reunión. Ella sabía que alguien acudiria, porque sentía que Dios iba a derramar su Espíritu. El pastor se negó otra vez.

Finalmente ella le dijo: "Si usted no convoca la reunión, yo voy a morir, porque no me cabe la menor duda que va a haber un avivamiento." El domingo siguiente el pastor convocó la reunión, y dijo que si algunos deseaban conversar con él sobre la salvación de su alma, podrian reunirse con él una noche de la semana, que indicó. No sabía que hubiera nadie interesado, pero cuando se dirigió al lugar de la reunión se quedó aturdido al ver una gran cantidad de personas ansiosas de inquirir. ¿Ahora bien, no creéis que esta mujer sabía que iba a haber un avivamiento? Llámese esto como se quiera, una nueva revelación, o una vieja revelación, o lo que sea. Yo digo que fue el Espíritu de Dios el que enseñó a esta mujer, que oraba, que iba a haber un avivamiento. "El secreto del Señor" estaba con ella, y ella lo sabía. Sabía que Dios había estado en su corazón, y lo había lienado a rebosar.

13. Puede esperarse un avivamiento religioso cuando los cristianos empiezan a confesar sus pecados unos a otros. En otras ocasiones confiesan sus pecados de un modo general, como si no lo hicieran del todo en serio. Pueden hacerlo en lenguaje elocuente, pero esto no significa nada. Pero cuando hay un sincero quebrantamiento, y un derramamiento del corazón en la confesión del pecado, las compuertas están a punto de estallar y la salvación lo inundará todo.

14. Puede esperarse un avivaimento cuando los cristianos están dispuestos a hacer los sacrificios necesarios para que tenga lugar. Tienen que estar dispuesto a sacrificar sus sentimientos, sus negocios, su tiempo y ayudar en la obra. Los pastores deben estar dispuestos a exponer su fuerza y arriesgar su salud y su vida. Tienen que estar dispuestos a ofender al impenitente con sus palabras fieles y claras, y quizás a ofender a muchos miembros de la la Iglesia que no querrán acudir para trabajar. Pero deben adoptar una actitud decidida ante el avivamiento, pase lo que pase. Deben de estar preparados a seguir trabajando aunque pierdan el afecto de los no penitentes y de la parte fría de la iglesia. El ministro debe estar preparado, si es la voluntad de Dios a perder su posición como pastor en aquella iglesia. Debe estar decidido a seguir adelante con rectitud y dejarlo todo a la mano de Dios.

15. Conozco a un pastor que tenía a un joven que trabajaba con él en un avivamiento. El joven predicaba la pura verdad y esto a los pecadores no les gusta. Estos dijeron: "Nos gusta el pastor y que predique él" Finalmente, le presionaron tanto que el pastor dijo al joven: "Fulano de tal, que da tanto para la obra, dice esto; Mengano dice aquello y Zutano lo mismo. Estas personas creen que se romperá la unidad de la iglesia si continúas predicando y, por tanto, creo que sería mejor que no predicaras más." El joven se marchó, pero el Espíritu de Dios se retiró inmediatamente del lugar y el avivamiento terminó. El ministro, al ceder ante los deseos malvados de los inicuos, alejó a Dios, por miedo de que el diablo le expulsara de allí. De modo que para satisfacer al diablo ofendió a Dios. Y Dios ordenó de tal modo el curso de las cosas, que al poco tiempo el pastor tuvo que dejar aqueIla iglesia, después de todo. EL intentó pasar por entre el diablo y Dios, y Dios lo echó.

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