el León de la tribu de Judá, la Raíz de David

Cachorro de león, Judá; De la presa subiste, hijo mío.

Tenemos también la palabra profética más segura

Porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos HOMBRES DE DIOS hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida

Pero levantándose Pedro, corrió al SEPULCRO; y cuando miró dentro, vio los lienzos solos, y se fue a casa maravillándose de lo que había sucedido.

Porque en él fueron creadas todas las cosas

El primer ser viviente era semejante a un león; el segundo era semejante a un becerro; el tercero tenía rostro como de hombre; y el cuarto era semejante a un águila volando.

He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo

El sol se convertirá en tinieblas, Y la luna en sangre, antes que venga el día del Señor, Grande y manifiesto

ALMA Y ESPIRITU 6/ W NEE

EL QUEBRANTAMIENTO Y LA DISCIPLINA
LA CONSAGRACION Y LA DISCIPLINA
Es indispensable una absoluta consagración al Señor para que el hombre exterior sea quebrantado. La consagración por sí sola no resuelve todos los problemas; solamente expresa nuestra disposición a rendir nuestra vida incondicionalmente a Dios. La consagración constituye sólo el comienzo de nuestra jornada y es el primer paso que damos en un momento de decisión, cuando tomamos la firme determinación de entregarnos sin reservas al Señor. No significa que con ella Dios concluya Su obra en nosotros; más bien, la inicia. Tampoco es una garantía de que Dios nos usará grandemente, porque después de ella, todavía tenemos por delante una larga jornada de disciplina de parte del Espíritu Santo. Es crucial que esta disciplina se añada a nuestra consagración, porque en gran parte depende de ello que seamos vasos útiles al Señor. Por lo tanto, debemos cooperar consagrándonos, pues si no lo hacemos, le sería difícil al Espíritu Santo aplicar Su disciplina.
Hay una gran diferencia entre la consagración y la disciplina del Espíritu Santo. Cuando consagramos nuestro ser al Señor, lo hacemos de acuerdo con la escasa luz que recibimos; pero cuando el Espíritu Santo nos disciplina, lo hace según Su propia luz, la cual nos imparte abundantemente. Al consagrarnos, lo hacemos basándonos en nuestra escasa visión espiritual, y ésa es la razón por la cual no alcanzamos a comprender cabalmente lo que nuestra consagración implica. La luz que recibimos es tan limitada que cuando creemos estar en la cumbre de la consagración y bajo la luz más gloriosa, a los ojos de Dios todavía estamos en tinieblas. Es por eso que lo que consagramos a Dios según nuestra luz, jamás satisface Sus requisitos ni complace Su corazón. Pero la disciplina del Espíritu Santo es totalmente diferente; nos calibra bajo la luz divina, según lo que Dios ve, no según lo que nosotros percibimos. El sabe exactamente lo que necesitamos y por medio de Su Espíritu prepara las circunstancias precisas para producir el quebrantamiento de nuestro hombre exterior.

Por lo tanto, podemos decir que la obra disciplinaria del Espíritu Santo trasciende enormemente nuestra consagración.La obra del Espíritu Santo se basa en la luz de Dios y se determina por Su perspectiva. Por eso decimos que es mucho más profunda y completa que nuestra consagración. Muchas veces nos sorprendemos ante las situaciones que se nos presentan y reaccionamos equivocadamente. Por lo general, lo que creemos más conveniente no es lo mejor a los ojos de Dios. Desde nuestra perspectiva sólo alcanzamos a ver una pequeña parte del panorama completo. Sin embargo, el Espíritu Santo prepara las situaciones que nos rodean, en conformidad con la luz de Dios. La disciplina del Espíritu Santo va mucho más allá de lo que nuestro intelecto puede comprender.

En ocasiones hay golpes que nos toman por sorpresa, y no nos sentimos preparados para recibirlos; nos parece que son muy severos y repentinos para nuestra condición. Gran parte del quebrantamiento del Espíritu Santo nos llega sin previo aviso y, por ende, en ocasiones, podemos ser sacudidos por un golpe inesperado. Tal vez creamos estar bajo la iluminación de la luz divina, pero para Dios aquello es sólo una luz tenue y vacilante, y en ocasiones, ni siquiera eso.





Aunque creemos conocer a fondo nuestra condición, no es así; es por eso que el Espíritu Santo nos disciplina en conformidad con la luz divina. Desde el momento en que fuimos salvos, Dios ha venido planeando y ordenando todas nuestras situaciones con el fin de traernos el mayor beneficio, pues sólo El sabe lo que verdaderamente somos y lo que necesitamos.La obra del Espíritu Santo en nosotros tiene un aspecto positivo y uno negativo.


El primero edifica, y el segundo derriba. El Espíritu Santo mora en nosotros desde que fuimos regenerados; pese a ello nuestro hombre exterior lo restringe. Esto es semejante a un hombre que calza zapatos nuevos; los siente tan duros y apretados que le es difícil caminar con ellos. El hombre exterior le ocasiona tantas dificultades al hombre interior que éste no puede controlarlo. Es por eso que Dios ha venido quebrantando nuestro hombre exterior desde el mismo día en que fuimos salvos, y lo hace de acuerdo con Su sabiduría, no según lo que nosotros pensamos que necesitamos o que nos conviene. El siempre descubre nuestra tenacidad y todo lo que no esté sometido al hombre interior, y precisamente ahí descarga Su disciplina con toda sabiduría.La estrategia del Espíritu Santo al enfrentar al hombre exterior, no es fortalecer al hombre interior ni proporcionarle gracia para que éste lo enfrente. No quiero decir con esto que el hombre interior no necesite ser fortalecido, sino que la estrategia de Dios es diferente. Esta consiste en minar la fuerza del hombre exterior por medio de las situaciones externas.

Al hombre interior le es difícil enfrentar y someter al hombre exterior, pues éstos tienen naturalezas diferentes. La naturaleza del hombre exterior corresponde a la del mundo exterior, y es por eso que todo lo externo lo afecta, lo oprime, lo golpea y puede derrotarlo fácilmente. Así que, Dios se vale de las situaciones externas para quebrantarlo.En Mateo 10:29 dice: “¿No se venden dos pajarillos por un asarion?” Y en Lucas 12:6 leemos: “¿No se venden cinco pajarillos por dos asariones?” Con un asarion se compraban dos pajarillos, y con dos asariones, cinco. Esta es una ganga. El quinto pajarillo lo daban gratis. Con todo, “ni uno de ellos cae a tierra sin vuestro Padre” (Mt. 10:29). Además, la Escritura dice: “Pues aun los cabellos de vuestra cabeza están todos contados” (Mt. 10:30). Esto nos muestra que todo lo que le sucede al creyente ha sido dispuesto por Dios. Nada nos sucede por simple casualidad. Dios desea que nos demos cuenta que todo está bajo Su providencia.Dios dispone todas las circunstancias conforme a lo que El sabe que necesitamos. El sabe qué es lo mejor para nuestro hombre interior, y cuál es la mejor manera de quebrantar y deshacer nuestro hombre exterior.


El sabe perfectamente cuáles circunstancias quebrantan al hombre exterior; y por consiguiente hace que eso mismo nos sobrevenga una vez, dos veces o las que sean necesarias. Tenemos que entender que todo lo que nos ha acontecido durante los últimos cinco o diez años, fue ordenado por Dios con el fin de instruirnos. Si murmuramos contra otros o pensamos que lo que nos acontece es una mala racha o mala suerte, no tenemos idea de lo que es la disciplina del Espíritu Santo. Recordemos que todo lo que nos sucede ha sido calculado por Dios y redunda en nuestro bien. Tal vez no sea de nuestro agrado, pero Dios sabe que aquello es lo mejor que nos puede pasar.

Basta pensar un poco en las aflicciones que podríamos haber sufrido si Dios no nos hubiera golpeado y si no nos hubiese puesto en las circunstancias en las que nos puso. Son éstas las que nos han mantenido puros y en el camino del Señor. Pero muchas personas no se someten a la disciplina del Espíritu Santo, pues neciamente murmuran y se resienten en su corazón. No olvidemos que todo lo que nos acontece ha sido medido por el Espíritu Santo, quien sólo busca nuestro bien y lo mejor para nosotros.Cuando un hombre es salvo, el Espíritu Santo empieza inmediatamente a trabajar en él. Al principio, el Espíritu no encuentra plena libertad para obrar, hasta que llega el día en que el nuevo creyente es motivado a consagrarse al Señor.

Quisiera recalcar el hecho de que desde el mismo día en que uno es regenerado, el Espíritu Santo comienza Su obra disciplinaria en uno, pero sólo cuando uno se consagra plenamente le da completa libertad para que aplique Su disciplina. Por lo general, después de que uno es salvo y antes de consagrarse, transcurre un tiempo en el que uno todavía se ama más a sí mismo que al Señor y por eso se resiste a cederle absoluto control de su vida. No podemos decir que durante ese lapso el Espíritu Santo no aplique ninguna disciplina, pero sí que Su esfuerzo se concentra en disponer las circunstancias para atraernos más a Dios y quebrantar nuestro hombre exterior.

Finalmente, el creyente es iluminado por Dios y decide consagrarse al Señor, pues entiende que no debe seguir viviendo para sí mismo. Y aunque tal vez la luz que percibe sea débil, es suficiente para acudir a Dios y decirle: “Me consagro a Ti. No importa si me espera la muerte o la vida, te rindo todo mi ser”. Desde ese momento el Espíritu Santo recibe plena libertad para actuar, e intensifica Su tratamiento en él. Por eso es tan importante consagrarse. Es muy probable que después de consagrarnos nos sobrevengan diversas pruebas, pues ya nos hemos entregado incondicionalmente al Señor. Ya le hemos dicho al Señor: “Señor, haz en mí lo que mejor te parezca”. Puesto que nos hemos consagrado de este modo, el Espíritu Santo puede moverse en nosotros sin hallar resistencia de nuestra parte. Por consiguiente, independientemente del grado de nuestra consagración, debemos prestar especial atención a la obra disciplinaria del Espíritu Santo.

LA MEJOR FORMA DE RECIBIR GRACIA


Desde el primer día que una persona es salva, Dios empieza Su obra de edificación en ella, al impartirle Su gracia. La gracia de Dios puede ser suministrada de muchas maneras. Podemos llamar a estas maneras los medios para recibir gracia. Por ejemplo, orar es un medio para recibir gracia, porque podemos acudir a Dios y recibir gracia allí. Escuchar mensajes es otro medio por el cual recibimos la gracia de Dios. Estos se pueden describir como “medios por los cuales se recibe gracia”, o simplemente “medios de gracia”. La iglesia ha usado esta expresión por siglos. Estos medios son canales que Dios usa para brindarnos Su gracia. Desde el comienzo de nuestra vida cristiana hasta hoy, hemos recibido mucha gracia por muchos medios: las reuniones, los mensajes de la Palabra, la oración, entre otros. Pero quisiera hacer énfasis en el medio más eficaz por el cual recibimos la gracia y el cual no debemos desatender; me refiero a la disciplina del Espíritu Santo. Este es el principal medio de gracia para todo creyente.

Ningún otro se le puede comparar: ni la oración, ni el estudio de la Palabra, ni las reuniones, ni escuchar mensajes, ni esperar, ni meditar en el Señor, ni alabarle. Ninguno de éstos es tan importante como la disciplina del Espíritu Santo, la cual es el medio por excelencia que nos trae gracia.Si revisamos nuestra experiencia con respecto a los diferentes canales por los cuales recibimos la gracia, nos daremos una idea de cuánto hemos avanzado con Dios. Si nuestro progreso espiritual sólo se basa en la oración, los sermones y la lectura de las Escrituras, nos hemos desviado del principal medio por el cual recibimos gracia.

Todo lo que experimentamos diariamente con nuestra familia, en la escuela, en el trabajo o en la rutina diaria, ha sido preparado por el Espíritu Santo para nuestro beneficio. Si no lo aprovechamos y permanecemos ignorantes y cerrados a este canal de la gracia, sufriremos una enorme pérdida. La disciplina del Espíritu Santo es crucial, puesto que es el principal medio por el que recibimos gracia durante toda la vida cristiana. La disciplina del Espíritu Santo no puede ser reemplazada por el estudio de la Palabra, la oración, las reuniones, ni por ningún otro medio de gracia. Por supuesto, debemos orar, estudiar la Biblia, escuchar mensajes y utilizar estos medios, pues todos son valiosos e indispensables; pero ninguno de ellos puede reemplazar a la disciplina del Espíritu Santo. Si no aprendemos las lecciones básicas, no podemos ser creyentes apropiados ni podremos servir a Dios.

Escuchar mensajes puede nutrir nuestro ser interior; orar puede avivarnos interiormente; leer la Palabra de Dios puede reconfortarnos; y ayudar a otros puede liberar nuestro espíritu. No obstante, si nuestro hombre exterior no ha sido quebrantado, otros verán contradicciones en nosotros, y notarán que nuestro corazón no es muy puro. Por un lado, detectarán nuestro celo; pero por otro, percibirán un conflicto de intereses. Por una parte, verán que amamos al Señor, pero también verán que aún nos amamos a nosotros mismos. Podrán decir: “Este es un hermano querido” y añadirán: “Pero algo necio”. Esto sucederá si nuestro hombre exterior no ha sido quebrantado. Así, aunque la oración, los mensajes y la lectura de la Biblia nos edifican, la más grande edificación proviene de la disciplina del Espíritu Santo.Debemos cooperar con Dios consagrándonos totalmente, pero no debemos suponer que la consagración puede reemplazar la disciplina del Espíritu Santo.

La función de la consagración es proporcionar al Espíritu de Dios la oportunidad de trabajar en nosotros sin impedimento. Debemos orar así: “Señor, me entrego en Tus manos y te cedo mi vida para que obres sin obstáculos en mí y me des lo que Tú veas necesario”.

Si nos sujetamos a lo que el Espíritu Santo ha dispuesto, indudablemente cosecharemos el beneficio. El simple hecho de someternos nos traerá mucho provecho espiritual. Pero si en lugar de tomar esta actitud, argumentamos con Dios y hacemos nuestra propia voluntad, erraremos el camino. Lo más crucial es que nos consagremos al Señor incondicionalmente y sin reservas. Una vez que entendamos que todas las situaciones que nos rodean fueron ordenadas por Dios, y que aun las que nos parecen más desagradables nos benefician, seremos dóciles a Su disciplina y veremos obrar al Espíritu Santo en nosotros de muchas maneras.

QUEBRANTADOS DESDE TODOS LOS ANGULOS

Cada persona tiene debilidades diferentes o está atada por un asunto en particular. Dios irá eliminando específicamente cada una de esas ataduras. Inclusive, asuntos tan triviales como la comida o el vestido no escaparán de la corrección minuciosa de Dios. Su trabajo es tan detallado que no pasará por alto ni el más mínimo detalle. Tal vez seamos atraídos por algo de lo cual no estamos conscientes, pero Dios lo sabe y se encargará de manifestarlo. Solamente cuando El quite todo esto de nosotros, nos sentiremos completamente libres. Por medio de la obra detallada del Espíritu Santo llegaremos a valorar lo detallada que es Su obra. Aun lo que se nos escapa y ya hemos olvidado, el Señor lo traerá a cuentas; nada se le escapará. Su trabajo es perfecto, y no se detendrá ni quedará satisfecho hasta que satisfaga Sus propios requisitos. Muchas veces Dios nos disciplina por medio de otras personas. Nos rodea de personas que nos resultan insoportables, o a las cuales envidiamos o menospreciamos. En numerosas ocasiones también utiliza personas que estimamos, para darnos las lecciones que nos hacen falta. Antes de pasar por estas experiencias no podemos ver lo sucios e impuros que somos. Pensamos que nos hemos consagrado por completo al Señor, pero después de pasar por la disciplina del Espíritu Santo, nos damos cuenta hasta qué grado las cosas externas nos atan y cuánta impureza todavía tenemos.Otro aspecto de nuestra vida que el Señor toca es nuestro intelecto.

Por lo general, nuestros pensamientos son confusos, naturales, independientes e incontrolados. Nos creemos muy astutos, pensamos que todo lo sabemos y que tenemos una mente superior a la de los demás. Entonces el Señor permite que cometamos error tras error y que tropecemos una y otra vez, con el fin de mostrarnos que nuestros pensamientos no son confiables. Una vez que recibamos Su gracia en este respecto, temeremos a nuestros pensamientos como tememos al fuego. De la misma manera que retiramos la mano del fuego, huiremos de ellos y nos diremos: “No debo pensar así; temo a mis pensamientos”. Otras veces Dios se ocupa de nuestras emociones y hace que pasemos por ciertas situaciones. Algunos hermanos tienen afectos muy activos. Cuando están contentos dan rienda suelta a su gozo, y cuando están deprimidos no encuentran consuelo. Todo su ser gira en torno a sus emociones. Cuando están tristes, nadie puede alegrarlos; pero cuando están alegres, nada les hace recobrar la sobriedad. Sus afectos los controlan a tal grado que su alegría se vuelve alboroto y su tristeza los arrastra a la pasividad. Sus emociones son su vida, y son tan manipulados por ellas que las justifican. Es por eso que Dios tiene que intervenir y regularlos por medio de las circunstancias. Les prepara situaciones tales que no se atreven ni a alegrarse ni a deprimirse en exceso.

En consecuencia, aprenden a no vivir por sus emociones, sino por la gracia y la misericordia de Dios.Aunque la debilidad más común de muchos tiene que ver con sus pensamientos y sus emociones, el problema principal de la gran mayoría radica en su voluntad. Las emociones y los pensamientos muchas veces son un problema debido a que la voluntad no ha sido tocada por Dios. En realidad, la raíz del problema reside en la voluntad.

Algunos se atreven a decir con mucha facilidad: “Señor, no se haga mi voluntad, sino la tuya”. Pero cuando atraviesan experiencias difíciles, ¿cuántas veces le permiten realmente al Señor encargarse de la situación? Cuanto menos se conocen a sí mismos más fácil se les hace hablar así, y cuanto menos luz divina tienen más capaces se creen de obedecer a Dios sin ningún problema. Los que se jactan sólo muestran que no han pagado el precio del quebrantamiento. Los que declaran estar muy cerca del Señor, muchas veces son los que se encuentran más alejados de El y más carecen de luz. Sólo después de recibir la disciplina del Señor reconocen cuán necios son y cuán llenos de conceptos están, pues antes siempre se habían creído muy acertados en sus opiniones, sentimientos, métodos, puntos de vista y en sus mismas personas. Veamos cómo el apóstol Pablo obtuvo la gracia de Dios al respecto. Filipenses 3:3 es el versículo que más claramente presenta esto: “No teniendo confianza en la carne”. Pablo aprendió que la carne no era nada confiable.

Tampoco debemos confiar en nuestros propios juicios. Tarde o temprano Dios nos guía a reconocer que nuestros juicios tampoco son dignos de fiar. Dios permitirá que cometamos error tras error hasta que, humillados, confesemos: “Mi vida pasada está llena de errores; mi vida actual también y en el futuro seguramente me seguiré equivocando.

Señor, necesito Tu gracia”. Con frecuencia el Señor permite que nuestros juicios nos acarreen graves consecuencias. Casi siempre que emitimos un juicio sobre algún asunto, resulta equivocado. Aún así, damos nuestra opinión una vez más. En otros casos, el error es tan terrible que no podemos recuperar lo perdido. Finalmente quedamos tan golpeados por nuestros fracasos que cuando se nos pide juzgar otro caso, decimos: “Temo a mis propios juicios como al fuego del infierno, pues mis juicios, mis opiniones y mi conducta están llenos de errores. Señor, tengo la tendencía de cometer errores, pues soy un simple ser humano lleno de equivocaciones. A menos que Tú tengas misericordia de mí, me lleves de la mano y me guardes, me seguiré equivocando”. Cuando oramos así, nuestro hombre exterior empieza a desmoronarse y no nos atrevemos a confiar en nosotros mismos. Por lo general, nuestros juicios son imprudentes, precipitados y necios. Pero después de que Dios nos quebranta vez tras vez, y después de que pasamos por toda clase de fracasos, diremos humildemente: “Dios, no me atrevo siquiera a pensar ni a tomar decisiones por mi cuenta”.

Esto es lo que produce en nosotros la disciplina del Espíritu Santo después de trabajar en nosotros valiéndose de las circunstancias y las personas.La disciplina del Espíritu Santo es una lección que nunca va a disminuir en nosotros. Tal vez pueda escasear el ministerio de la Palabra u otros medios de gracia, pero el medio principal por el cual recibimos gracia nunca faltará. La provisión de la palabra puede variar de acuerdo con las limitaciones o con circunstancias diversas, pero no la disciplina del Espíritu Santo, pues las circunstancias en lugar de limitarla, la realzan más. También es posible que en ocasiones digamos que no tenemos oportunidad de escuchar mensajes, pero nunca podremos decir que no tenemos oportunidad de obedecer la disciplina del Espíritu Santo. Nos puede faltar enseñanza de la palabra, pero no enseñanza del Espíritu Santo, pues éste prepara cada día oportunidades para que recibamos Sus lecciones.Debemos entender claramente que si rendimos nuestra vida a Dios,

El nos dará gracia por un medio más efectivo que la ministración de la palabra, a saber: la disciplina del Espíritu Santo. No debemos pensar que la suministración de la palabra es el único medio para recibir gracia, pues no olvidemos que el canal principal para que fluya la gracia es la disciplina del Espíritu Santo. Esta es el medio de gracia por excelencia y no sólo está disponible para los más cultos, perspicaces o sobresalientes, pues no hace acepción de personas ni favorece a nadie en particular. Todo hijo de Dios que se ha entregado incondicionalmente al Señor, es objeto de la disciplina del Espíritu Santo. Por medio de tal disciplina, aprendemos muchas lecciones prácticas. No debemos pensar que es suficiente tener el ministerio de la palabra, la gracia de la oración, la comunión con otros creyentes y los demás medios de gracia, pues ninguno de ellos puede reemplazar la disciplina del Espíritu Santo. Esto se debe a que necesitamos no sólo que algo sea edificado, sino también que algo sea derribado, a saber: todo lo que hay en nosotros que no pertenece a la esfera de la eternidad.

LA APLICACIÓN PRACTICA DE LA CRUZ
La cruz no es una simple doctrina, pues tiene que ser aplicada en la práctica; debe ser una realidad para nosotros. De hecho, es la cruz la que destruye todo lo que pertenece a nuestro yo. Después de recibir golpe tras golpe, cuantas veces sea necesario, somos libres de la arrogancia y nos volvemos sencillos. Esto no se logra sólo recordando que debemos ser humildes y rechazar nuestra arrogancia, pues tal negación no durará más de cinco minutos. La manera de deshacer definitivamente el orgullo es la disciplina de Dios. Por más orgullo que tengamos al principio, después de recibir los golpes de Dios una y otra vez, la arrogancia empieza a disminuir y se torna en humildad. Nuestro hombre exterior no puede ser derrotado por ninguna doctrina, enseñanza o buen propósito; sino solamente por la corrección de Dios y la disciplina del Espíritu Santo.

Después de recibir una buena dosis de disciplina, el hombre espontáneamente deja su orgullo. Eliminar el orgullo y derrotarlo no depende de nuestra memoria ni de nuestra decisión, ni de que escuchemos un mensaje sobre la negación ni de que nos esforcemos por seguir una enseñanza. Unicamente por la cruz el hombre exterior llegará a aborrecer su condición y a temerle como al fuego del infierno. Nuestra vida depende de la gracia de Dios, no de traer a la memoria constantemente que debemos actuar de cierta manera.


La obra que Dios realiza en nosotros es confiable y permanente. Cuando El la termine, no sólo recibiremos gracia y fortaleza en nuestro hombre interior; sino que el hombre exterior, el cual era un obstáculo que entorpecía Su Palabra, Su propósito y Su presencia, será totalmente quebrantado. Antes de este quebrantamiento, el hombre exterior no estaba en armonía con el hombre interior, pero al ser quebrantado, se postrará con temor y temblor; se rendirá ante el Señor y no volverá a presentar rivalidad con el hombre interior.Todos los creyentes necesitamos que el Señor nos quebrante. Si damos una mirada retrospectiva a nuestra vida, nos daremos cuenta de que todo lo que el Señor ha realizado en nosotros es muy significativo. Veremos que El ha ido eliminando minuciosamente cada una de nuestras debilidades, quebrantando sin cesar la corteza que nos rodea y derribando nuestra suficiencia, nuestra necedad y nuestro egoísmo.Espero que todos los hijos de Dios puedan ver el significado y la importancia de la disciplina del Espíritu Santo. Dios quiere que reconozcamos que por mucho tiempo nuestra condición ha sido de pobreza, rebeldía, equivocación, tinieblas, autosuficiencia, orgullo y arrogancia.


Pero ahora que sabemos que la mano del Señor está sobre nosotros para quebrantarnos, debemos entregarle nuestra vida incondicionalmente y sin reservas, y orar para que la obra de quebrantamiento siga adelante en nosotros. Hermanos y hermanas, el hombre exterior debe ser quebrantado. No traten de evitar su demolición ni traten de edificar su hombre interior, pues mientras presten la atención debida a la obra del quebrantamiento, espontáneamente la obra de edificación se realizará.



PREDICADOR CON FUEGO

Christmas Evans


Sus padres le pusieron el nombre de “Christmas” (Navidad), porque nació el día de Navidad, en 1766.La gente lo apodó “Predicador Tuerto”, porque era ciego de un ojo.Alguien se refirió así a Christmas Evans: “Era el hombre más alto, el de mayor fuerza física y el más corpulento que jamás vi. Tenía un solo ojo, si hay razón para llamar a eso ojo, porque, con más propiedad se podría decir que era una estrella luminosa, que brillaba como el planeta Venus.” También se le llamó “El Juan Bunyan de Gales”, porque era el predicador que, en la historia de ese país, disfrutó más el poder del Espíritu Santo.En todos los lugares donde predicaba, se producía un gran número de conversiones. Su don de predicar era tan extraordinario, que con toda facilidad conseguía que un auditorio de 15 a 20 mil personas, de sentimientos y temperamento diferentes, lo escuchasen con la más profunda atención. En las iglesias no cabían las multitudes que iban a escucharlo durante el día; de noche siempre predicaba al aire libre a la luz de las estrellas.



Por un tiempo vivió entregado a las diversiones y a la embriaguez.Durante una lucha fue gravemente acuchillado; en otra ocasión lo sacaron del agua como muerto, y aún otra vez, se cayó de un árbol sobre un cuchillo. En las contiendas era siempre el campeón, hasta que, por fin, en un combate sus compañeros lo cegaron de un ojo. Dios, sin embargo, fue misericordioso con él durante ese período, conservándolo con vida, para más tarde utilizarlo en su servicio.A la edad de 17 años fue salvo; aprendió a leer, y poco después fue llamado a predicar y fue separado para el ministerio.Sus sermones eran secos y sin fruto, hasta que un día cuando viajaba para Maentworg, amarró su caballo y penetró en el bosque donde derramó su alma en oración a Dios. Igual que Jacob en Peniel, no se apartó de ese lugar hasta recibir la bendición divina.Después de aquel día reconoció la gran responsabilidad de su obra; siempre su espíritu se regocijaba en la oración y se sorprendió grandemente por los frutos gloriosos que Dios comenzó a concederle.Antes tenía talentos y cuerpo de gigante. Era valiente como un león y humilde como cordero; no vivía para sí, sino para Cristo.Además de tener, por naturaleza, una mente ágil y una manera conmovedora de hablar, poseía un corazón que rebosaba amor para con Dios y su prójimo.
Verdaderamente era una luz que ardía y brillaba.Andaba de pie por el sur de Gales, predicando, a veces hasta cinco sermones en el mismo día. A pesar de no estar bien vestido y de sus maneras ordinarias, grandes multitudes afluían para oírlo. Vivificado con el fuego celestial, se elevaba en espíritu como si tuviese alas de ángel, y el auditorio se contagiaba y se conmovía también. Muchas veces los oyentes rompían en llanto y en otras manifestaciones, que no podían evitar. Por eso eran conocidos como los “Saltadores galeses”.Evans creía firmemente que sería mejor evitar los dos extremos: el exceso de ardor y la demasiada frialdad.


Pero Dios es un ser soberano, que obra de varias maneras. "A unos El atrae por el amor, mientras que a otros El aterra con los truenos del Sinaí para que hallen la paz preciosa en Cristo. Los indecisos a veces son sacudidos por Dios sobre el abismo de la angustia eterna, hasta que clamen pidiendo misericordia y encuentren el gozo inefable. El cáliz de ellos rebosa, hasta que algunos, no comprendiendo, preguntan: “¿Por qué tanto exceso?”Acerca de la censura que se hacía de los cultos, Evans escribió: “Me admiro de que el genio malo", llamándose "el ángel del orden", quiera tratar de cambiar todo lo que respecta a la adoración de Dios, volviéndola en un culto tan seco como el monte Gilboa.Esos hombres de orden desean que el rocío caiga y el sol brille sobre todas sus flores, en todos los lugares, menos en los cultos del Dios Todopoderoso.En los teatros, en los bares y en las reuniones políticas los hombres se conmueven, se entusiasman, y se exaltan como tocados por el fuego, igual que cualquier "Saltador Galés". Pero, conforme a sus deseos, ¡no debe existir nada que le dé vida y entusiasmo a los cultos religiosos! Hermanos, meditad en esto! ¿Tenéis razón o estáis equivocados?”


Se cuenta que en cierto lugar tres predicadores tenían que hablar, siendo Evans el último. Era un día de mucho calor, los dos primeros sermones fueron muy largos, de modo que todos lo oyentes estaban indiferentes y casi exhaustos. No obstante, después, cuando Evans llevaba unos quince minutos predicando sobre la misericordia de Dios, tal cual se ve en la parábola del Hijo Pródigo, centenares de personas que estaban sentadas en la hierba, repentinamente se pusieron de pie. Algunos lloraban y otros oraban llenos de angustia.Fue imposible continuar el sermón, la gente continuó llorando y orando durante el día entero, y toda la noche hasta el amanecer.


En la isla de Anglesea, sin embargo, Evans tuvo que enfrentarse a una doctrina encabezada por un orador elocuente e instruido. En la lucha contra el error de esa secta, Evans comenzó a decaer espiritualmente. Después de algunos años, ya no poseía el mismo espíritu de oración ni sentía el gozo de la vida cristiana. El mismo cuenta cómo buscó y recibió de nuevo la unción del poder divino que hizo que su alma se encendiera aún más que antes:“No podía continuar con mi corazón frío con relación a Cristo, a su expiación y a la obra de su Espíritu. No soportaba el corazón frío en el púlpito, en la oración secreta y en el estudio, especialmente cuando me acordaba de que durante quince años mi corazón se había abrasado como si yo hubiese andado con Jesús en el camino a Emaús. Por fin, llegó el día que jamás olvidaré: En el camino a Dolgelly, sentí la necesidad de orar, a pesar de tener el corazón endurecido y el espíritu carnal. Después que comencé a suplicar, sentí como que unas pesadas cadenas que me ataban, caían al suelo, y como que dentro de mí se derretían montañas de hielo. Con esta manifestación aumentó en mí la certeza de haber recibido la promesa del Espíritu Santo. Me parecía que mi espíritu se había librado de una prolongada prisión, o como si estuviese saliendo de la tumba de un invierno extremadamente frío. Las lágrimas me corrieron abundantemente y me sentí constreñido a clamar y pedir a Dios el gozo de su salvación y que El visitase de nuevo las iglesias de Anglesea que estaban bajo mi cuidado. Supliqué por todas las iglesias, mencionando el nombre de casi todos los predicadores de Gales.


Luché en oración durante más de tres horas. El espíritu de intercesión comenzó a pasar sobre mí, como ondas una después de otra, impelidas por un viento fuerte, hasta que mis fuerzas físicas se debilitaron de tanto llorar. Fue así que me entregué enteramente a Cristo, en cuerpo y alma, en talentos y obras, mi vida entera, todos los días y todas las horas que aún me restaban por vivir, incluyendo todos mis anhelos. Todo, todo lo puse en las manos de Cristo....... En el primer culto, después de esta experiencia, me sentí como removido de la región espiritualmente estéril y helada, hacia las tierras agradables de las promesas de Dios. Comencé entonces, de nuevo, los primeros combates de oración, sintiendo fuertes anhelos por la conversión de los pecadores, tal como había sentido en Leyn. Me apoderé de la promesa de Dios. El resultado fue, que al volver a casa vi que el Espíritu estaba obrando en los hermanos de Anglesea dándoles el espíritu de oración insistente.”Ocurrió entonces un gran avivamiento, pasando del predicador a la gente en todos los lugares de la isla de Anglesea, y en todo Gales. La convicción de pecado pasaba sobre los auditorios como grandes oleadas. El poder del Espíritu Santo obraba, hasta que el pueblo lloraba y danzaba de gozo.Uno de los que asistieron a su famoso sermón sobre el Endemoniado Gadareno, cuenta cómo Evans retrató tan fielmente las escena de la liberación del pobre endemoniado, al admiración de la gente al verlo liberado, el gozo de la esposa y de los hijos cuando volvió a la casa ya curado, que el auditorio rompió en grandes risas y llanto.Otro se expresó así: “El lugar se volvió un verdadero "Boquim de lloro"(Jueces 2:1-5). Otro más dijo que el auditorio quedó como los habitantes de una ciudad sacudida por un terremoto, que salen corriendo, se postran en tierra y claman la misericordia de Dios.Como no era poco lo que sembraba, recogía abundantemente, y al ver la abundancia de la cosecha, sentía que su celo ardía de nuevo y que su amor aumentaba, llevándolo a trabajar con más ahínco aún.


Su firme convicción era que nadie, ni aun la mejor persona, puede salvarse sin la operación del Espíritu Santo, ni el corazón más rebelde puede resistir al poder del mismo Espíritu.Evans tenía siempre un objetivo cuando luchaba en oración; se apoyaba en las promesas de Dios, suplicando con tanta insistencia como aquel que no se va antes de recibir.El decía que la parte más gloriosa del ministerio del predicador era el hecho de agradecer a Dios por la obra del Espíritu Santo en la conversión de los pecadores.Como vigía fiel, no podía pensar en dormir mientras la ciudad se incendiaba.Se humillaba ante Dios, agonizando por la salvación de los pecadores, y de buena voluntad gastó sus fuerzas y su salud por ellos. Trabajaba sin descanso, sin temer la censura de los religiosos fríos, el desprecio de los perdidos, ni la ira y la furia de los demonios.A la edad de 73 años, sin mostrar disminución en sus fuerzas físicas ni mentales, predicó el último sermón, como de costumbre, bajo el poder de Dios.Al finalizar dijo: “Este es mi último sermón.”Los hermanos creyeron que se refería a su último sermón en aquel lugar. Pero el hecho es que cayó enfermo esa misma noche. En la hora de su muerte, tres días después, se dirigió al pastor, que lo hospedaba, con estas palabras: “Mi gozo y consuelo es que después de dedicarme a la obra del santuario durante cincuenta y tres años, nunca me faltó sangre en el lebrillo. Predica a Cristo a la gente.”Luego, después de cantar un himno, dijo: “¡Adiós! ¡Adiós!” y falleció.La muerte de Christmas Evans fue uno de los acontecimientos más solemnes de toda la historia del principado de Gales. Fue llorado en el país entero.
El fuego del Espíritu Santo hizo que los sermones de este siervo de Dios enardecieran de tal manera los corazones, que la gente de su generación no podía oír pronunciar el nombre de Christmas Evans sin recordar vívidamente al Hijo de Maria en el pesebre de Belén, su bautismo en el Jordán, el huerto de Getsemaní, el tribunal de Pilato, la corona de espinas, el Monte Calvario, el Hijo de Dios inmolado en el altar y el fuego santo que consumía todos los holocaustos, desde los días de Abel hasta el día memorable en que fue apagado por la sangre del Cordero de Dios.

LA AGENDA DE DIOS

La reforma final de la iglesia esta aquí, la manifestación de los santos, la iglesia activada para levantar la gran cosecha...

La agenda de Dios

Hemos vivido tiempos impactantes en los últimos años, la iglesia ha sido llevada por la mano de Dios a la restauración de los cinco ministerios.


Antes hablar de apóstoles y profetas estaba vedado, cualquier persona que hablaba de estos temas era criticado. Hoy todo esto ha quedado en el pasado, ahora los cinco ministerios ha sido instalados y activados en la iglesia y están funcionando en la iglesia, posiblemente no en su plenitud, pero Dios ha levantado una iglesia revolucionaria trabajando “bajo la poderosa mano de Dios”

Por otro lado, hemos visto como señales sorprendentes están ocurriendo a la vista de todo el mundo. Desastres naturales, movimientos políticos y sociales, pobreza, de tal manera que nos damos cuenta que la venida de Cristo es inminente. El mover de Dios esta en límites que el ser humano no ha experimentado, Dios ha traído una ola de gloria a la tierra que no puede pasar desapercibida de la sociedad. Ante todo esto,

¿Qué sigue en la agenda de Dios?

Veamos este pasaje. Mateo 20.1-16
1. Porque el reino de los cielos es semejante a un hombre, padre de familia, que salió por la mañana a contratar obreros para su viña.
2. Y habiendo convenido con los obreros en un denario al día, los envió a su viña. 3. Saliendo cerca de la hora tercera del día, vio a otros que estaban en la plaza desocupados; 4. y les dijo: Id también vosotros a mi viña, y os daré lo que sea justo. Y ellos fueron. 5. Salió otra vez cerca de las horas sexta y novena, e hizo lo mismo. 6. Y saliendo cerca de la hora undécima, halló a otros que estaban desocupados; y les dijo: ¿Por qué estáis aquí todo el día desocupados? 7. Le dijeron: Porque nadie nos ha contratado. El les dijo: Id también vosotros a la viña, y recibiréis lo que sea justo. Jesús esta explicando con esta parábola el reino de los cielos. Y lo asemeja a un hombre que contrató a obreros en diferentes horarios.

Unos fueron contratados en la mañana, las labores iniciaban a las 6 a.m. Enseguida contrata a otros a la hora tercera del día, que eran las 9 a.m. El resto fueron contratados a la hora 6ta y 9na, que eran 12 a.m. y a las 3 de la tarde. Los últimos fueron contratados a las 5 de la tarde a punto de terminar el jornal. 8. Cuando llegó la noche, el señor de la viña dijo a su mayordomo: Llama a los obreros y págales el jornal, comenzando desde los postreros hasta los primeros. Para sorpresa de todos, aquel hombre ordenó pagar a los obreros lo mismo, sin importar a que hora habían iniciado el trabajo. 9. Y al venir los que habían ido cerca de la hora undécima, recibieron cada uno un denario. 10. Al venir también los primeros, pensaron que habían de recibir más; pero también ellos recibieron cada uno un denario. 11. Y al recibirlo, murmuraban contra el padre de familia, 12. diciendo: Estos postreros han trabajado una sola hora, y los has hecho iguales a nosotros, que hemos soportado la carga y el calor del día. 13. Él, respondiendo, dijo a uno de ellos: Amigo, no te hago agravio; ¿no conviniste conmigo en un denario? 14. Toma lo que es tuyo, y vete; pero quiero dar a este postrero, como a ti. 15. ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¿O tienes tú envidia, porque yo soy bueno? 16. Así, los primeros serán postreros, y los postreros, primeros; porque muchos son llamados, mas pocos escogidos. Algunos murmuraban por lo que aquel hombre había hecho, y la respuesta es sencilla: ¿No me es lícito hacer lo que quiero con lo mío? ¡Puedo ver que este es el tiempo de los postreros!

Muchos han trabajado en la viña del Señor, los que nos antecedieron han embrado mucho y los que en este momento están sentados en las sillas de las iglesias serán levantados como postreros para vivir el más grande de los avivamientos que amás la tierra ha experimentado. Porque muchos son llamados, más pocos escogidos. Es el tiempo de la activación de los santos. Esta es la reforma final de la iglesia de Jesucristo. Hasta este momento los cinco ministerios han sido restaurados, la iglesia ha pasado por las reformas necesarias, ahora, entramos en lo más grande y maravilloso, la manifestación de los santos.
Muchos son llamados. Esta frase esta muy clara. En la iglesia todos escuchan la voz de Dios: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Pero son pocos los que responden a este llamado: Heme aquí, envíame a mí. En realidad todos somos llamados a unirnos al ejército de Dios en algún área de trabajo en la viña del Señor. Pocos son los escogidos. La palabra escogido tiene una connotación que nos da luz acerca de lo que Jesús quiso enseñar. La raíz griega de “escogidos” significa escoger para sucesión de otro; Elegir a una persona para un propósito específico.
Por ejemplo, Dios le da instrucciones a Ananías acerca de Saulo de Tarso. Hechos 9.15-16 15. El Señor le dijo: Ve, porque instrumento escogido me es éste, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, y de reyes, y de los hijos de Israel; 16. porque yo le mostraré cuánto le es necesario padecer por mi nombre. Dios le llama instrumento escogido dando entender el propósito de Dios para Pablo. Entendemos que ser escogidos es ser elegidos para un propósito, “comisionados” a una tarea específica. Muchos escuchan la voz de Dios acerca de una tarea, pero pocos son comisionados al campo de trabajo. ¿Por qué sucede esto? Porque son pocos los que se atreven a escuchar la voz de Dios para recibir la comisión a la tarea. El hombre de la parábola escogió a varios obreros en diferentes horarios, los escogidos al final fueron personas que iban a trabajar solo una hora, pero recibieron el mismo salario.

Digo lo siguiente con completa convicción. ¡Estamos en la última generación! Esta generación solo trabajará “una hora” para levantar la gran cosecha. Esta generación es llamada “la manifestación de los santos” porque es la iglesia movilizándose en la tarea de levantar la gran cosecha.
En la agenda de Dios esta la movilización de la iglesia como estrategia final para levantar la “gran cosecha” de almas que serán arrebatadas en breve para estar una eternidad con nuestro amado Salvador.
El Dr. Bill Hammon le llama a este tiempo: El día de los santos. Esto no lo entendemos como un día específico en la historia, sino en una época donde la iglesia es activada y movilizada para ser el reflejo de Dios en la tierra. ¿Cómo será? ¡A través de la activación de los santos!

Dios mismo hará una movilización gloriosa donde sus hijos se manifestarán de una manera gloriosa. Se cumplirá la declaración del apóstol Pablo: Colosenses 3.4 Cuando Cristo, vuestra vida, se manifieste, entonces vosotros también seréis manifestados con él en gloria. Esta movilización de los hijos de Dios tendrá como propósito levantar la gran cosecha de este tiempo. El trabajo de pesca no será más con anzuelo sino con red. Pedro había tratado de pescar durante toda la noche y no había logrado buenos resultados. Jesús le desafía a tirar de nuevo la red y le dice: Lucas 5.4 Biblia de las Américas: Sal a la parte más profunda y echad vuestras redes para pescar. Nueva versión internacional: Lleva la barca hacia aguas más profundas, y echen allí las redes para pescar. Pedro tenía que llevar la barca hacia aguas profundas para poder tener una gran pesca. No podría pescar donde las aguas eran bajas, tenía que ir más adentro, ir a lo profundo para poder tener resultados.

¡Es lo mismo con la iglesia! Tenemos que buscar las aguas profundas del Espíritu Santo. El profeta Ezequiel vivió esta experiencia y lo describe de esta manera en el capítulo 47. 3. Y salió el varón hacia el oriente, llevando un cordel en su mano; y midió mil codos, y me hizo pasar por las aguas hasta los tobillos. 4. Midió otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta las rodillas. Midió luego otros mil, y me hizo pasar por las aguas hasta los lomos. 5. Midió otros mil, y era ya un río que yo no podía pasar, porque las aguas habían crecido de manera que el río no se podía pasar sino a nado. Déjame explicarte este pasaje con un poco de detalle. ¿Por qué Dios no dejó al profeta en los mil codos? Porque en ese nivel de agua el profeta podía moverse por sí mismo. ¿Por qué no lo dejó en los dos mil codos? Porque aún ahí el profeta podía caminar, moverse, por sí mismo. ¿Porque hasta los tres mil codos? Porque ahí el profeta no podía moverse por sí mismo, tenía que depender del mover de Dios. En los tres mil codos, el profeta estaba en un momento donde el agua le tapaba y no podía sostenerse en pié, Ezequiel tenía que “flotar” en el río. ¡Es lo que Dios quiere con la iglesia! ¡Tenemos que flotar en el río de Dios! Él desea dirigir nuestras vidas, que la iglesia de hoy dependa en totalidad de SU fluir en nosotros. Estamos en el tercer milenio, en la última etapa, en el tercer paso, al igual que el profeta Ezequiel. Este es el tiempo en que estaremos flotando en el río de Dios. Este es el tiempo en que los santos tienen que buscar la presencia de Dios para poder tener una gran pesca. Multitudes están esperando para ingresar al reino de Dios.

Romanos 8.19 Reina Valera 1960: Porque el anhelo ardiente de la creación es el aguardar la manifestación de los hijos de Dios. Reina Valera 1909: Porque el continuo anhelar de las criaturas espera la manifestación de los hijos de Dios. Entendemos “manifestación” como la aparición pública, abiertamente, hacerse manifiesto, develamiento.
Los hijos de Dios tienen que salir de las cuatro paredes y hacer su aparición pública manifestando la vida de Cristo al mundo. “Las criaturas”, la gente están esperando que los hijos de Dios se manifiesten, que salgan a la luz y muestren a la gloria a Dios.

Para hacerlo, tienen que ser formados, capacitados, activados y comisionados a la tarea específica a la que Dios les esta enviando. La unción sobre los hombres y mujeres de Dios, es la plataforma de lanzamiento para aquellos que desean hacerse manifiesto al mundo, expresando la gracia de Dios en la operación de los dones espirituales teniendo como vínculo los dones proféticos.
Los dones proféticos son la “bisagra” en el accionar con el resto de los dones. Se que esto puede sonar un poco extraño, pero es una realidad. ¿Por qué seis de los dones del Espíritu Santo son proféticos? Porque estos dones son el vínculo para el resto de los dones de Dios. Estos seis dones del Espíritu Santo nos hacen “ver” el corazón de Dios, oír lo que hay en su corazón para traerlo a sus hijos. Veamos algunos ejemplos:

1. Evangelismo-profético. Este es el evangelismo más efectivo. Tenemos el ejemplo de Jesús con la mujer samaritana. Jesús fluyó en palabra de ciencia y sabiduría para ganar a esta mujer. En el evangelismo los dones proféticos abren la puerta para presentar el plan de salvación de una manera mucho más efectiva.
2. Consejería personal. Los dones proféticos son de gran ayuda cuando es necesario ayudar a otros con sus problemas. La palabra de ciencia rebela la raíz del problema, la palabra de sabiduría da la salida.
3. Intercesión profética. Esta es la oración de intercesión usando los dones proféticos. El don de ciencia nos dice lo que esta pasando, usamos el don de sabiduría para orar con entendimiento y que la oración sea efectiva.
4. Guerra espiritual. La guerra espiritual se hace más efectiva cuando los intercesores tienen sueños y visiones, entienden la revelación de la palabra y los símbolos proféticos que están en la Biblia.

5. Liderazgo en general. Es una bendición muy grande que los líderes operen en los dones espirituales. Fluir en palabra de ciencia, sabiduría, profecía, puede hacer mucho más efectivo para ejercer un liderazgo con mucho fruto. ¡Por esto es necesario levantar un pueblo profético en las iglesias!

En la iglesia todo será más efectivo porque los hijos de Dios no solo conocen algo acerca de los dones, sino que los dones son manifestados según la necesidad de cada persona. Con le don de ciencia descubrimos la enfermedad, con el don de sanidad sanamos al enfermo. Aunque el don de sanidad no es un don profético, esta asociado al don profético de palabra de ciencia.

El don profético es la bisagra para que el don de sanidad sea más efectivo. Al activar los dones, personas tendrán visiones, darán palabra profética, entenderán la forma de escuchar y trasmitir la voz de Dios. Muchas personas que se sienten atraídos hacia el campo profético son personas potenciales para fluir en los dones y ser de bendición al cuerpo de Cristo. Debemos despertar al pueblo de Dios en el anhelo, deseo, de entrar y crecer en el llamado profético. Dejamos dejar claro la diferencia entre palabra de profecía y oficio del profeta, y la necesidad de tener una preparación sistemática y continúa en el campo profético.

Los mejores “ministros proféticos” son personas que están bajo autoridad en todo tiempo, dan honra a su líder y sus frutos son conocidos por su estabilidad emocional.

Provocar un ambiente profético no es crear “personas místicas” con vestimentas raras teniendo sueños y visiones a cada instante, ni viendo demonios detrás de cada sombra, sino preparar personas que sean efectivas en sus ministerios usando los dones proféticos como “bisagras” en su trabajo para el S
eñor, el seminario será acogido por toda la iglesia con mucho ánimo.

Los Celos


MATANDO GIGANTES
CHARLES R. SWINDOLL


CELOS Como una rata cegada por la ira y media muerta de hambre rondando en los apestosos desagües que van por debajo de una calle, así es la persona encerrada en la esfera sofocante del celo egoísta.

Atrapada por el resentimiento y enferma por la rabia, la persona se alimenta de la suciedad de su propia imaginación. Proverbios 6: 34 dice que "los celos son el furor del hombre".

Cuando se escribía el Antiguo Testamento, los hebreos usaban solamente una palabra para describir el celo. La palabra era kannah, que significa "estar intensamente rojo". El término describía a aquél cuya cara se sonrojaba en el momento en el que subía hasta su cara un flujo de sangre que anunciaba el surgimiento de emociones. Para demostrar la cruel ironía del idioma, la palabra "pasión" viene de la misma palabra que "celos". Funciona de esta manera.

Cuando yo amo mucho a algo, en realidad, demasiado, lo busco con celo. A veces lo deseo ardientemente; en efecto, deseo poseerlo por completo. Pero cuando aquello que amo se me escapa de las manos y pasa a las manos de otro, comienzo a experimentar ese súbito sentimiento corrosivo de los celos. Extrañamente, aquel sentimiento de fervor y amor comienza a cambiar. Debido al tenebroso y transformador poder del pecado, mi amor se torna en odio. En algún momento fui sensible, feliz, llena hasta el borde de deleites exquisitos, pero ya no. Ahora estoy encerrado en un angosto ámbito de ira interior; me siento intensa y locamente enojado.

Los términos celos y envidia a menudo se usan en forma intercambiable, pero hay una diferencia. La envidia comienza con las manos vacías, anhelando lo que no tiene. Dante describe a la envidia como un mendigo ciego a quien le cosió las pestañas con hilo y quedaron cerrados sus ojos. El hombre envidioso no es razonable, porque está encerrado dentro de sí mismo.

Los celos no son exactamente lo mismo. Comienzan con las manos llenas, pero se sienten amenazados de perder la abundancia que tienen. Los celos son el dolor de perder lo que tengo porque no quiero que pertenezca a otro y siento que lo voy a perder a pesar de todos mis esfuerzos por mantenerlo. Escuche el tormentoso grito de Otelo cuando siente temor pues cree que está perdiendo a Desdémona: Preferiría ser un sapo y vivir en la bruma de un calabozo que apartar un rincón en la cosa que amo para el uso de otros. (Otelo III.iii.270)

Ese fue el pecado de Caín. Él estaba celoso de Abel. Caín se resintió porque Dios aceptó a su hermano. Sin duda, en su rostro se vio la emoción y la ira cuando Dios se agradó del sacrificio de Abel. No fue sino hasta que la sangre caliente de Abel se derramó sobre las crueles manos de Caín que el celo se apaciguó. Salomón bien pudiera haber escrito el epitafio para la tumba de Abel: Duros como el Seol los celos; sus brasas, brasas de fuego, fuerte llama. (Cantares 8:6)


Cualquiera que haya experimentado liberación de este gigante infernal conoce de sobra el salvajismo de su ataque. Los celos diezmarán la amistad, disolverán un romance y destruirán un matrimonio. Los celos producirán tensiones en los rangos profesionales, anularán la unidad de un equipo, arruinarán una congregación y separarán a los predicadores. Los celos nutrirán la competencia desleal en un coro, traerán amargura y motivarán a señalarse con dedos acusadores entre los talentosos músicos y capacitados cantantes. Con ojos bizcos el gigante de los celos cuestionará los motivos y se lamentará del éxito de otro.

Los celos llegarán a ser severos, sospechosos, estrechos de visión y negativos. Yo sé lo que digo. Viví muchos de mis primeros años en las tuberías de los celos. Esas tuberías subterráneas, miserables y llenas de gases. Allí viví respirando esos gases y obedeciendo sus mandatos. Era como vivir en agonía. Pero finalmente, por la gracia de Jesucristo, me di cuenta de que no tenía que vivir en las tinieblas.

Tumbé al gigante de los celos, me alejé de él y la liberadora luz del sol captó mi corazón. Entonces me di cuenta de que el aire era muy fresco y limpio. Ah, ¡quédiferente ha sido desde entonces! En realidad es un deleite total. Pregúntele a mi esposa.
Le tengo celos a la luna

SOBRE LO PROFETICO


Profeta Bill Hammon
Nuestro Dios es un Dios personal. Él desea una relación íntima con cada persona, más que una relación distante con la raza humana. Cuando Adán y Eva conformaban toda la humanidad, el Todopoderoso hablaba y caminaba con ellos. Sin embargo, desde que el pecado opaco los oídos para escuchar y los ojos para ver a Dios, Él no ha podido comunicarse directamente con cada individuo. La raza humana no desea comunión con Dios y no es lo suficientemente sensible como para oír Su voz.

Los Profetas - Canales de Comunicación de Dios. Por esa razón, Dios ha tenido que encontrar individuos con quienes Él se pueda comunicar personalmente, y entonces por medio de ellos poder hablarle al resto de la humanidad. A través de las edades, Él ha levantado a personas especiales llamadas patriarcas y profetas para que fueran sus voceros para la humanidad. En la plenitud del tiempo, Dios nos habló en la persona de Jesucristo (He. 1:1-2), quien era el mismo Dios manifestado en carne (1 Ti. 3:16), la total y completa expresión del Dios mismo. (Col. 2:9).

Jesús - Dios en Forma Humana. Jesús era los pensamientos del cielo, palabras, principios, planes, y patrón de vida hecho visual y manifestado verbalmente en la tierra. Los profetas, del Antiguo Testamento, habían profetizado en parte, con frecuencia hablando palabras que ellos mismos no entendían en su totalidad, Jesús era más que un profeta. Él entendía completamente y expresaba a Su Padre celestial, declarando todo el consejo de Dios. Él era la más completa revelación de la gloria de Dios y la más grande expresión de su personalidad que ha tomado lugar en la eternidad.
Jesús rasgó el velo que nos impedía ver a Dios, y quitó nuestra sordera. Él abrió el camino para que Dios viniera y habitara personalmente en cada individuo. Cuando una persona nace de nuevo por la sangre de Jesús y es llena del Espíritu Santo, ese cuerpo individual de hecho se convierte en un templo de Dios, un lugar donde el Todopoderoso puede habitar (1 Co. 6:19). Estos cuerpos son entonces unidos como una casa espiritual donde la plenitud del Señor puede habitar (Ef. 2:19-22).

Jesús - El Prototipo de Una Nueva Raza. Esto es posible porque Jesús el Dios-Hombre fue el comienzo de una nueva raza de seres creados por Dios. Cristo Jesús fue el primogénito entre muchos hermanos, el prototipo de toda una nueva creación en Cristo quienes serían como Él, siendo conformados a Su misma imagen y semejanza. Ese cuerpo humano de Jesús, conteniendo la plenitud de la deidad, fue crucificado, enterrado, resucitado, y con un cuerpo inmortal aun está siendo lleno de la plenitud de Dios, y es la cabeza de los miles de millones de hombres y mujeres redimidos que hacen parte de la Iglesia.

La Biblia - Dios en Forma Escrita. Después de que Jesús ascendió en su cuerpo, el mundo no ha podido ver más la plenitud de Dios en carne, pero Jesús, nos envió al Espíritu Santo, y por medio del Espíritu se escribieron en la Biblia las reglas y normas por medio de las cuales Dios puede ser conocido y entendido. Conocido correctamente en su dimensión total, la Escritura es suficiente para damos el conocimiento de todo lo que necesitamos ser en nuestra vida mortal y en la eternidad. La Biblia es ahora la revelación de Dios y las Sagradas Escrituras es todo lo que la iglesia mortal necesita para llevar a cabo toda la voluntad de Dios.
El Profeta - El Portavoz de Dios. Hoy, Dios desea caminar y hablar con nosotros en una forma individual, personal, y en una relación íntima por medio de la Biblia y del Espíritu Santo. Aun así no todos los cristianos saben cómo . reconocer la voz del Señor. Aun cuando ellos pueden reconocerla, muchos no saben como responder a ella para así cumplirla. De ésta manera, y de muchas otras formas, ningún individuo es autosuficiente en su relación con Dios; todos necesitamos las otras partes del cuerpo de Cristo. Así que Dios ha establecido en el cuerpo el ministerio del Profeta como una voz especial; Él ha establecido el don de profecía como Su voz en medio de la congregación, Y nos ha enviado el espíritu de profecía para dar testimonio de Jesús por todo el mundo.

La Profecía - La Voz del Espíritu Santo. La venida del Espíritu Santo, el nacimiento de la iglesia, y la publicación de la Biblia no eliminó la necesidad de la voz profética del Señor; de hecho, intensificó está necesidad. Pedro insistió que el profeta Joel estaba hablando de la era de la iglesia cuando proclamó: "Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas Profetizarán" (Hech.2:17). Pablo enfatizó esta verdad cuando le dijo a la iglesia de Corinto "Procurad Profetizar" (lCo. 14:39; Ef. 4:11). Dios todavía quiere que la revelación de su voluntad sea proclamada, así que, ha Establecido el ministerio profético como una voz de revelación e iluminación la cual revelará la mente de Cristo a la raza humana. El también usa este ministerio para dar instrucciones específicas a individuos concerniente a Su voluntad personal para sus vidas.

El Ministerio del Profeta - Para Iluminar no para Añadir. El ministerio del profeta no es, por supuesto, para añadir o para sustraer de la Biblia. Cualquier adición nueva aceptada como infaliblemente inspirada podría ser un engaño, documentación falsa que podría contener errores que llevarían a la condenación. En lugar de esto, el profeta trae iluminación e instrucciones específicas sobre lo que ya ha sido escrito. El don de profecía del Espíritu Santo por
medio de los santos es para traer edificación, exhortación yconsolación a la Iglesia (1 Co. 14:3).

La Profecía Personal Trae Confirmación y Testimonio. El orden divino de Dios para la comunicación con el hombre, es el Espíritu Santo susurrando los pensamientos de Cristo en el corazón del cristiano. Pero lo que el individuo ha sentido en su espíritu debe ser confirmado: El consejo de Dios es que cada palabra necesita tener el testimonio y debe ser confirmada en la boca de dos o tres testigos (2 Co. 13:1). Este es un papel importante que puede ser llevado a cabo por la voz profétiCa. Obviamente, la profecía personal nunca debe convertirse en un sustituto de la responsabilidad del individuo y el privilegio de escuchar la voz de Dios por sí mismo. Dios es un Dios celoso, y no se complace cuando permitimos que cualquier cosa obstaculice una relación íntima y una comunicación personal con Él, aun si el obstáculo proviene del ministerio que Dios mismo ha ordenado.

¡La profecía personal no debe tomar el lugar de nuestra responsabilidad de ayunar, orar, y buscar a Dios hasta que oigamos del cielo por nosotros mismos! A la misma vez, muchas personas no pueden oír, o no toman el tiempo para escuchar, lo que Dios quiere decirles. Dios, usualmente desea más ansiosamente hablamos que nosotros de escucharle, pero Él no siempre irrumpirá nuestros horarios tan ocupados, tratando de gritar para sobre pasar el ruido de la televisión, o nuestras pláticas sociales, (aunque ocasionalmente él podrá tener nuestra atención cuando estamos durmiendo). Cuando esto sucede, el señor con frecuencia usa la voz del profeta para hablarle a individuos, congregaciones, y naciones. Su mayor deseo es que Sus hijos tengan momentos específicos en el cuál esperan en Él hasta que la mente, emociones, y voluntad se hayan aclarado lo suficiente para que Él pueda comunicar lo que hay en Su corazón y mente claramente.

Principios Proféticos Probados. Por treinta y cinco años, he estado involucrado en el ministerio profético al Cuerpo de Cristo. No es primordialmente una justificación teológica o bíblica de la autenticidad de la profecía en nuestros días; hablo para aquellos que están convencidos de que los profetas operan en la Iglesia de hoy, aquellos que han recibido una profecía personal, y que desean responder apropiadamente y en forma fructífera a lo que Dios les está diciendo.

Consejería Pastoral Sobre la Profecía Personal.
aquellos pastores y ancianos que pasan horas aconsejando a personas que creen que han recibido una palabra verdadera de parte del Señor. Estoy consciente de que aun las profecías verdaderas, si no se entienden o se responde correctamente, pueden causar gran confusión y provocar decisiones equivocadas entre cristianos inmaduros, sin compromiso, o bíblicamente analfabetas. Mucho peor, entonces, son los estragos, creados por las profecías falsas, las cuales requieren horas de consejería pastoral para resolver los problemas y sanar las heridas resultantes.
Los pastores que enfrentan tales situaciones tienen mi simpatía y compasión. Espero que las verdades expresadas en este libro les ayuden a dar consejos sabios a todos aquellos que en sus congregaciones han recibido profecías personales. Espero también que tengan en mente que la solución divina para los problemas de la profecía personal no es la de aislar a los santos de esto, ni desanimarles a que busquen a Dios personalmente sobre sus necesidades específicas. En lugar de esto, la estrategia bíblica es la de entrenarles para que disciernan lo que es verdad, y cómo responder correctamente a una palabra verdadera de parte del Señor.
Los Profetas ya Vienen - iPrepárense! Creo que este es el tiempo en que Dios está levantando una multitud de profetas que han sido escogidos y ungidos - honestos, verdaderos, entrenados y que con sus experiencias han adquirido madurez. Mezclados entre estos se encontrarán aquellos profetas que son ignorantes, inmaduros y aun falsos. No habrá lugar donde esconder a los santos de éstos, ya que en nuestros días los medios de comunicación llegan a cada hogar. Así que la única salvación verdadera de los engaños del enemigo será que los santos sean expuestos en forma apropiada y con propósito a los verdaderos profetas. Ellos deben aprender a discernir lo verdadero de lo falso, y ser entrenados en como responder.

Restauración o Devastación. En el arsenal de Dios y en el ministerio, pocos dones, creo tienen tan gran potencial de traer bendición o causar devastación como lo es la profecía.Así como el rayo láser, ésta puede ser usada para traer vida,sanidad y restauración; o confusión, destrucción o muerte.La profecía no es un juguete. Dios no la ha otorgado solamente para satisfacer al curioso. Es un químico volátil en el laboratorio de Dios, que debe ser manejado por manos experimentadas y usada bajo supervisión adecuada .

SOPLA EN MI

Espíritu Santo, sopla sobre las naciones , sopla sobre mi nación, sopla sobre mi familia, sopla Espíritu Santo en la iglesia donde pastoreo, sopla sobre mi ministerio, sopla , sopla........

24 DÍAS DE CAMBIO


: ¡Presión extrema!

(a partir del momento cuando usted comience a leer esta profecía)
Por Chuck D. Pierce Profeta de las naciones
clip_image002¡Un odre en transformación!
Por favor lea esto con atención. Los 24 días siguientes son importantes para nosotros. Ni bien entregaba la palabra en la reunión de los primeros frutos el sábado, comenzaron a ocurrir grandes cambios. El Señor comenzó a hablarme con claridad sobre la “presión extrema” por la que estamos atravesando. El sábado por la tarde, el Señor comenzó a hablarme sobre la intensidad de los próximos 24 días.
¡24 días de intenso cambio!
Esta es la palabra que el Señor me entregó el fin de semana pasado: “Te dije que las aguas no se apoderarán de ti. A través del tiempo en el que estás caminando, puedo verte hundiéndote y las aguas levantándose sobre tu cabeza. Mantente a flote conmigo. Mantente en fe estos próximos 30 días. Si te hundes, hay muchas trampas esperándote en el fondo, en el lugar de las circunstancias sobre las que estás caminando. Sí, te digo que estás caminando sobre las aguas y no debajo”.

“Mantente encima. Mantente encima y no debajo de esta situación. Las trampas son mayores si caminas por debajo de esta situación. Confía en Mí y la fe para estar por encima permanecerá en ti. ¡Mantente por encima! Camina conmigo. ¡Mantén tu cabeza en alto y las aguas no te cubrirán!”.

“¡Estos 24 días debes mantenerte por encima! Hay trampas que el enemigo alineó y estableció para atraparte. Estas trampas se ven como un laberinto y te encontrarás a ti mismo diciendo, ‘No puedo hallar la salida, porque cuando salgo de esta, caigo en otra’. Por eso, pídeme que te mantenga a flote. Cuando diga ven, acércate una y otra vez. No mires atrás o te hundirás y las trampas te acompañarán. Te verás diciendo, ‘No puedo hallar la salida’”.

Entiende la autoridad que tienes

“Arrojo una línea de vida ahora mismo, deja de pensar que las aguas te cubrirán. Ya arrojé el salvavidas. No te hundas y no pierdas la visión de lo que te dije. ¿Piensas que soy una aparición fugaz en medio de ti? No soy fugaz. Estaré allí los próximos 24 días para cuidarte hasta que estés reposicionado”.
“Te estoy mojando estos días para que no te quemes con el fuego y el calor. Aún el agua no puede apagar el fuego. Pero mi presencia, mi viento y la flotabilidad de tu fe, mantienen tu cabeza sobre el agua e impiden que el fuego queme tus pies. Muchos te están observando caminar ahora, por eso no debes mirar las circunstancias, sólo mira hacia adelante y cuida como caminas”.

“La línea salvavidas que te arrojé se está transformando en una cuerda de equilibrista. Dirás, ‘Espera, espera, puedo ver el camino. Es muy estrecho y muy peligroso, pero mi fe mantiene mis pies plantados y mi cabeza sobre el agua’”.

“Entiende quién eres. Entiende la autoridad que te entregué. Ahora te estoy invitando a entrar en una nueva abundancia. Sé lo que viene en tu contra. Permití que estas cosas se levanten para que puedas destruirlas. No te destruirán y, debido a ello, la abundancia te está esperando. Podrás decir, ‘Sí, estoy en lo nuevo. Pero no me gusta lo nuevo’”.
“Muchos no se moverán hacia lo nuevo, porque lo nuevo puede ser mucho más incómodo que lo viejo. Algunas personas prefieren la incomodidad a la comodidad, porque saben que la comodidad pierde su gloria con mucha más rapidez. ¡Atraviesa la incomodidad ahora y entrarás en mi reposo en los días por venir!”.

¡Aparte 3 días!

Debes ser como Esdras. Él se detuvo en el río Ahava y proclamó ayuno. ¡Aparta 3 días! El lugar que tienes por delante es tan estrecho que si no ayunas tres días, no lo podrás atravesar. Creo que Dios trajo esto sobre nosotros y comenzará a agitarse a partir de ahora . Creo que si apartamos 3 días para ayunar en los próximos 24 días, atravesaremos esta dificultad y saldremos del lugar estrecho en el que nos encontramos.
No temas ayunar. Dios escogerá tu ayuno. Ponte de acuerdo con Él. Pídele al Señor que te diga cuáles son los tres días que debes ayunar. Este ayuno es para buscarlo para que nos revele el camino correcto para nosotros, para sus pequeños (la siguiente generación) y por nuestras posesiones.

¡El enemigo está en el camino!

Esdras 8:22 dice: “En realidad, sentí vergüenza de pedirle al rey que nos enviara un pelotón de caballería para que nos protegiera de los enemigos, ya que le habíamos dicho al rey que la mano de Dios protege a todos los que confían en él, pero que Dios descarga su poder y su ira contra quienes lo abandonan”. ¿Qué te dice eso? El enemigo está en el camino. Ciro les ofreció protección total, una compañía que los llevó hasta Jesuralén. Pero Esdras supo que no era el camino de Dios. Él los rodearía de una manera sobrenatural y los llevaría hasta el siguiente lugar. Verían operando a Dios.

Creo que el Señor nos está diciendo lo mismo. Esto es lo que llamamos “presión extrema y camino estrecho”. Es el lugar al que llegas, donde se cumplen todas tus promesas, pero no puedes atravesarlo porque es demasiado estrecho, hasta que te detienes y miras, diciendo: “Está bien, ¿ahora cómo haré para atravesar esto?”. Ese es un lugar de presión extrema. Así se ve. ¿Cómo poder atravesarlo para seguir experimentando lo nuevo que Dios colocó en nosotros?

Esdras sigue en el verso 23: “Así que ayunamos y oramos a nuestro Dios pidiéndole su protección, y él nos escuchó”. ¿El resultado?

Primero, el Señor hizo que el enemigo en el camino no tuviera poder para operar. Luego protegió sus posesiones para el plan futuro de edificación. Finalmente, esto también permite la protección de los pequeños para que puedan entrar en su futuro.
Muchas obras del enemigo se soltarán en contra nuestra, pero Dios dice: “Ayuna. Detente 3 días durante los 24 y permíteme determinar tu ayuno. Aseguraré tus posesiones para el futuro. Aseguraré a la siguiente generación que te sigue. Removeré al enemigo que está en el camino”.

“Afírmate conmigo. Búscame y me hallarás. Yo te veré atravesar el lugar estrecho. Algunos de ustedes sienten como si estuvieran en una caparazón. No están ahí. Les daré la estrategia para salir en estos próximos 24 días. Yo te traje hasta este lugar en este nuevo viaje y ahora estás a punto de salir”.

“Espera que me mueva a tu favor. Espera que me mueva. Conozco los planes que tengo contigo, por eso debes esperar que me mueva. Espera que tu final sea mayor que tu principio”.
Chuck D. Pierce